Desmantelada una red de narcotráfico en Barajas que contaba con empleados del aeropuerto
La Policía ha detenido a 16 personas en cinco registros en los que ha incautado cinco millones de euros, una pistola, un fusil, un lanzagranadas, dos vehículos y 10 teléfonos
Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con Guardia Civil y la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera, han desarticulado una organización criminal que introducía droga a través del aeropuerto de Madrid-Barajas con falsos viajeros, explica una nota policial enviada este viernes. Han sido detenidas 16 personas que tenían un claro reparto de funciones, entre las que se encontraban empleados del aeropuerto. Los investigadores lograron incautar 60 kilos de cocaína, cinco millones de euros, una pistola, un fusil de cerrojo, un lanzagranadas, multitud de cartuchería, cerca de 100 detonadores, dos vehículos y 10 teléfonos móviles. Los implicados en esta red están acusados de un delito contra la salud pública, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y tenencia ilícita de armas y explosivos.
Para trasladar la sustancia estupefaciente fuera de las instalaciones aeroportuarias esta red criminal contaba con personal que aprovechaba su condición de empleado del aeropuerto con acceso restringido al recinto. Los investigadores realizaron un total de cinco entradas y registros en tres domicilios y dos trasteros en los que se incautaron de más de cinco millones de euros, una pistola, un fusil de cerrojo, un lanzagranadas, multitud de cartuchería, cerca de cien detonadores, dos vehículos y 10 teléfonos móviles.
La investigación comenzó en octubre de 2022 con la incautación de varias mochilas que contenían entre 10 y 14 kilos de cocaína con origen de diferentes aeropuertos extranjeros, donde resultaron detenidas varias personas. En el año 2023, nuevamente se interceptó equipaje que contenía en su interior más de 40 kilos de cocaína, lo que llevó a pensar a los agentes que se encontraban ante una organización sofisticada, especializada en el tráfico de droga a gran escala y con una logística y estructura internacional bien establecida.
En el curso de la investigación, que se ha prolongado tres años, comprobaron que esta organización criminal mantenía una estructura operativa con un claro reparto de funciones para cada uno de sus miembros. Por un lado, el líder era el “conseguidor”, actuando de centro neurálgico de la red, integrando y vinculando cada célula a través de decisiones estratégicas. Mantenía contacto con cada eslabón de la cadena, asegurándose del buen funcionamiento del entramado. Era el encargado de implantar las fuertes medidas de seguridad que adoptaban en la recepción y traslado de la droga, además de ser el engranaje de los miembros que conformaban la estructura operativa dentro del recinto aeroportuario, detalla la nota.
Falsos pasajeros
La red delictiva contaba con “rescatadores” que actuaban en el interior del aeropuerto. Actuaban como supuestos pasajeros que accedían al terminal aéreo usando tarjetas de embarque para vuelos nacionales de bajo coste para poder llegar a la sala de llegadas internacionales. En la cinta de equipaje se encontraban las maletas que ocultaban grandes cantidades de cocaína. Le quitaban la etiqueta que permitía su identificación y salían del recinto aduanero, haciéndose pasar por viajeros que venían de vuelos nacionales.
Participaban también los “maleteros” que eran trabajadores de las diferentes empresas que se encuentran en la zona aeroportuaria y facilitaban la entrada de la droga, con un papel crucial en la salida de la mercancía.
Además, otro miembro actuaba como testaferro, recibiendo contraprestaciones económicas tanto del líder como de la organización internacional por cometidos como el alquiler o compra de vehículos a su nombre y de propiedades, encubriendo las actividades ilícitas de los otros miembros de la organización. El testaferro era también el encargado del suministro de armas y municiones, señalan fuentes policiales.
Blanqueo
La organización contaba con una persona encargada del blanqueo de capitales a través de un entramado de empresas. Ejercía de administrador y disponía de una oficina física que tenía como empleado al líder para justificar y dar apariencia de normalidad a su nivel de vida. Además, desviaba el dinero a cuentas bancarias en países extranjeros, a los que viajaba con frecuencia y sacaba el dinero de la circulación mediante monedas virtuales.
Las investigaciones culminaron el pasado mes de mayo con la entrada y registro de tres viviendas y dos trasteros. Una era una suerte de piso-guardería de droga en el municipio toledano de Sonseca, donde los agentes intervinieron 25 kilos de cocaína.