El Rey del Cachopo afirma ahora que el cuerpo de Heidi lo ocultó un tío suyo médico y dibuja una localización

Román asegura que su familiar, ya fallecido, enterró solo el cadáver en Toledo y que por eso no sabe la ubicación exacta y traslada el escenario del crimen a una nave industrial en lugar de su piso

Croquis que incluye César Román en un escrito en el que detalla la localización de los restos de su pareja, asesinada en 2018.EUROPA PRESS

César Román, más conocido como el Rey del Cachopo, ha mandado otra carta a la Audiencia Provincial de Madrid en la que cuenta una nueva versión sobre la muerte y descuartizamiento de su expareja, Heidi Paz, por la que él está en prisión desde 2018. Sus anteriores relatos incluían la intervención de una mafia policial y una presunta red de narcotráfico muy peligrosa. Según esta nueva misiva, y ha mandado ...

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César Román, más conocido como el Rey del Cachopo, ha mandado otra carta a la Audiencia Provincial de Madrid en la que cuenta una nueva versión sobre la muerte y descuartizamiento de su expareja, Heidi Paz, por la que él está en prisión desde 2018. Sus anteriores relatos incluían la intervención de una mafia policial y una presunta red de narcotráfico muy peligrosa. Según esta nueva misiva, y ha mandado al menos cinco en el último año, Román asegura que un tío suyo, médico de profesión y que ya ha fallecido, le ayudó a deshacerse del cuerpo la noche del crimen y fue quien la descuartizó y además ha mandado un dibujo hecho por él sobre un paraje en Toledo en el que supuestamente su familiar escondió las partes del cuerpo de la víctima que nunca aparecieron: la cabeza y las extremidades.

En el último relato que el condenado por este homicidio hace de los hechos, traslada el crimen hasta la nave industrial en la que se encontró el torso de Heidi. Hasta ahora, y según los indicios recopilados por la policía y como se reconoce en la sentencia, esta muerte se produjo en el domicilio de Román en Vallecas en julio de 2018. El Rey del Cachopo fue condenado en 2021 por matar a su expareja a 15 años de prisión.

César Román, conocido como el 'Rey del Cachopo', a su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid, en 2021.Víctor Lerena (EFE)

La investigación comenzó con el hallazgo del torso de la víctima en una nave de Román en el verano de 2018. Cuando se localizaron estos restos, de forma casual, el individuo desapareció y fue localizado por la policía meses después oculto en Zaragoza, donde se hacía pasar por un cocinero venezolano. Román siempre aseguró que él no tenía nada que ver con la muerte de Heidi y que mafia policial y redes de narcotráfico estaban involucradas en el homicidio. Según el relato probado de los hechos por la sentencia, Román mató a su expareja y descuartizó el cadáver para dificultar su identificación y el establecimiento de la forma de la muerte. Sus extremidades y su cabeza nunca fueron encontradas.

Ahora cuenta otra historia. “El fallecimiento de Heidi sucedió en el transcurso de una absurda discusión. Ante una actitud agresiva que nunca había visto en mí, cogió una pistola que yo en aquel momento tenía por mi seguridad, intenté arrebatársela, pero en el forcejeo el arma se disparó”, relata Román en la carta, adelantada por Europa Press y a la que ha tenido acceso El PAÍS. Según el condenado, la bala penetró en la cabeza de Heidi “con orificio de entrada y no de salida”. “Estos extremos podrán comprobarse en unos restos no hallados y que deseo profundamente que sean localizados”, prosigue la carta. Para completar su relato, adjunta un dibujo con un paraje de Toledo.

La parte más sorpresiva de la nueva versión llega, sin embargo, cuando Román incorpora un nuevo personaje del que hasta ahora nada se sabía: su tío médico, una persona de su “total confianza”. “Tras detallarle lo ocurrido y analizar las posibles consecuencias penales, tomamos la equivocada decisión de ocultar lo sucedido, deshaciéndonos del arma y el cadáver”, continúa. Según Román, ambos tomaron la determinación de que fuera el tío médico el que se encargara de la tarea de deshacerse del cuerpo, mientras Román hacía la vida “más normal posible”.

El condenado por el homicidio asegura que no es capaz de especificar exactamente la localización de los miembros del cuerpo porque él no estaba presente, pero hace una descripción de un paisaje que él conoce desde su niñez. “El paraje es conocido como Las Cárcavas, cerca del parque arqueológico, antes de cruzar el río Guadarrama”, escribe.

“Desgraciadamente, nunca acordamos el descuartizamiento del cadáver y lamento profundamente que este hecho que tanto dolor causó se produjese”, prosigue. Román explica que su tío hizo prácticas de anatomía en el Instituto Anatómico Forense y que supone que tomó esta determinación para facilitar el transporte del cuerpo. Para lo que no da una explicación es para la insólita decisión de dejar las extremidades y la cabeza en el campo en Toledo y después cargar con el torso hasta una nave propiedad de Román en Madrid, donde acabó apareciendo.

Como muestra de humanidad, Román explica que nunca antes había hablado de su tío porque durante el juicio estaba gravemente enfermo y después acabó falleciendo. “Entendí que tenía una deuda de gratitud con él y que debía proteger su identidad”. Esta carta forma parte de la correspondencia que Román ha establecido con la Audiencia Provincial desde hace algo más de un año.

En las anteriores misivas, reconoció su autoría en la muerte de su pareja, algo que durante el juicio nunca hizo, y aseguró que había descubierto a Dios y que estaba estudiando Derecho. En el último de sus escritos, el pasado septiembre, ya adelantaba que había contado con alguien de su confianza para el crimen. Ahora, en esta especie de novela por entregas que escribe, asegura que se trata de un tío médico que hizo prácticas en el Anatómico Forense, pero que, lamentablemente, no podrá contar su versión porque ha fallecido.

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