La autopsia determina que la muerte de la mujer hallada en un piso de la plaza de los Cubos fue natural
La primera conclusión es que no hay signos de que se tratara de un homicidio, pero los análisis toxicológicos darán más respuestas sobre las causas del deceso
Ana, la mujer de 45 años hallada en un piso de la plaza de los Cubos de Madrid este martes, falleció de forma natural por un fallo cardíaco, según fuentes policiales. La autopsia ha dictaminado que no hay signos de violencia, si bien para conocer el motivo que causó la muerte habrá que esperar más tiempo, a que esté listo el informe definitivo. La primera hipótesis es que sufrió una sobredosis. Fueron otras mujeres que trabajaban con ella las que alertaron a los servicios de emergencias del hallazgo de la víctima, pero los sanitarios solo pudieron certificar su muerte.
La mujer fue hallada en una estancia de un domicilio de la calle de la Princesa en el que se ejerce la prostitución. Las testigos que se encontraban en el apartamento en ese momento negaron haber escuchado ningún ruido extraño que les alertara y encontraron a su compañera tumbada boca abajo sin signos vitales. En ese momento explicaron que poco antes había abandonado el domicilio un hombre y que Ana tenía una expareja, aunque la hipótesis de la violencia de género quedó descartada en los primeros pasos.
Cuando llegó la policía, no halló ningún signo de violencia, pero en un primer momento asumieron las primeras pesquisas el grupo de homicidios, algo habitual en cualquier muerte en la que existan sospechas criminales. Ahora es la comisaría de Moncloa la que continúa con la investigación para esclarecer todas las circunstancias que rodearon la muerte de Ana.
Para ello serán fundamentales los resultados toxicológicos, que pueden llevar entre tres y seis meses. Esos datos pueden ser cruciales para esclarecer qué provocó el deceso. Una de las hipótesis es que la mujer consumiera algún tipo de sustancia o medicamento que desencadenara el fallecimiento, pero todavía falta un tiempo para saber qué pudo consumir y en qué cantidad.
La víctima era una mujer boliviana que ejercía la prostitución en la décima planta del edificio de la plaza de los Cubos y que había llegado a España hacía dos décadas.