Torrelaguna despide a José Antonio, el guardia civil fallecido al caer en la inspección de una nave
El agente murió este viernes al caer de una altura de 12 metros en San Agustín de Guadalix, cuando el suelo cedió bajo sus pies
El municipio madrileño de Torrelaguna ha despedido este sábado a José Antonio, el guardia civil fallecido este viernes en San Agustín de Guadalix en una inspección de una nave abandonada en un polígono industrial. Según explicó la Guardia Civil, el agente cayó de una altura de 12 metros cuando el suelo de una de las plantas más altas cedió bajo sus pies. Los servicios del Summa 112 trataron de reanimarlo durante 40 minutos, pero a su llegada el agente sufría varios traumatismos y heridas internas y fue imposible. El direc...
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El municipio madrileño de Torrelaguna ha despedido este sábado a José Antonio, el guardia civil fallecido este viernes en San Agustín de Guadalix en una inspección de una nave abandonada en un polígono industrial. Según explicó la Guardia Civil, el agente cayó de una altura de 12 metros cuando el suelo de una de las plantas más altas cedió bajo sus pies. Los servicios del Summa 112 trataron de reanimarlo durante 40 minutos, pero a su llegada el agente sufría varios traumatismos y heridas internas y fue imposible. El director general, Leonardo Marcos, ha impuesto sobre el féretro la Cruz del Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo.
Según especifica el cuerpo, el guardia murió en acto de servicio durante el desarrollo de un operativo policial en un accidente que sucedió sobre la una de la tarde. El agente, de 46 años y originario de Sevilla, prestaba servicio en el puesto de Torrelaguna, donde se ha celebrado su funeral antes de que sus restos fueran enviados a su ciudad natal, Dos Hermanas. En su lugar de trabajo, sus compañeros y vecinos del municipio improvisaron un pequeño altar con flores y una foto del fallecido como homenaje a José Antonio. El ayuntamiento ha decretado tres días de luto por la muerte de su agente. Durante toda la mañana cientos de personas han pasado por su capilla ardiente para despedirse del agente, que deja una mujer y dos hijos.
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