Tocar, saborear e investigar: Madrid se descubre jugando

Este verano se ha convertido en la penúltima evidencia de que las redes sociales dictan ya no solo el lugar al que ir de vacaciones, sino también dónde hay que detener el viaje para disfrutar de los planes más especiales. Aunque es posible que aún quede algún nostálgico de la Lonely Planet, lo cierto es que los vídeos de TikTok mandan.

Tal ha sido el auge que los locales de sitios como Mallorca, por ejemplo, tuvieron que tomar medidas para que ...

Este verano se ha convertido en la penúltima evidencia de que las redes sociales dictan ya no solo el lugar al que ir de vacaciones, sino también dónde hay que detener el viaje para disfrutar de los planes más especiales. Aunque es posible que aún quede algún nostálgico de la Lonely Planet, lo cierto es que los vídeos de TikTok mandan.

Tal ha sido el auge que los locales de sitios como Mallorca, por ejemplo, tuvieron que tomar medidas para que sus playas favoritas, virales por derecho propio, no se vieran hasta la bandera de turistas atraídos por la idea de recrear para sí las seductoras imágenes que los deslumbraron en Instagram.

A nosotros la fama también nos ha tocado con uno de sus tentáculos. Sin ir más lejos, esta columna recibe cada vez más mensajes de decenas de personas que piden recomendaciones. Muchos coinciden: reclaman saber dónde ir de brunch con una amiga o en qué azotea se disfrutan mejor los gin-tonics. No obstante, sin duda la frase que más se repite es: “¿Dónde puedo llevar a mi pareja a vivir una experiencia inolvidable?”.

Con el tiempo, se nos pueden olvidar los lugares donde hemos estado, pero no cómo nos han hecho sentir. Es por esto que este fin de semana hay tres planes que apelan a las emociones fuertes: tocar, saborear e investigar al lado de tu persona favorita asegura el recuerdo de imágenes que perdurarán años.

Tu comida, cocinada a un metro

Un imperdible es Sala de Despiece (Calle de la Virgen de los Peligros, 8). Es un restaurante en donde la decoración industrial, las herramientas y la comida hacen una combinación perfecta.

La barrera entre la cocina y el salón no existe. La gente se sienta en mesas largas compartidas, los bolsos cuelgan de ganchos sobre sus cabezas y entre martillos y armas de fuego se van creando los platos. La interacción con el cliente, los platos y la forma de consumirlos hace que aunque la conversación sea pobre y aburrida la cena no lo sea.

Cada plato es una explosión de sabor y una experiencia digna de recordar. Pero sin duda, las alcachofas se merecen una mención especial porque son un pequeño placer en la boca.

Para su creador, Javier Bonet, Sala Despiece es un homenaje a los mercados de toda la vida como Mercamadrid. Al mismo tiempo, es su forma de buscarle el lado amable a la industrialización de la comida.

Su carta es una radiografía de cada producto que se pide: “Alcachofa, Tudela, confitada, ingredientes, peso y precio”, se puede leer al comienzo de la página dos. “El cliente recibe lo que lee, sin sorpresas, y se termina de preparar en su cara”, asegura Bonet.

Sala Despiece 2, cerca al metro de Sevilla, tiene además un espacio en donde venden camisetas, cuchillos y hasta los delantales del restaurante. También cuenta con sala privada en la que cenar detrás de los grandes frigoríficos donde está la mercancía.

Resolver un asesinato en un palacio

Si sientes que lo has hecho todo en Madrid, este es un plan que seguro te sacará de la rutina. Murder Mistery organizado por Fever, es un plan para hacer con muchos amigos.

Todos alguna vez hemos jugado al Cluedo y hemos pasado horas intentando encontrar al asesino. Esto es parecido pero con personas reales a los que toca interrogar mientras que corres por los pasillos del Palacio Santa Bárbara. Aquí lo único que se necesita es estar dispuesto a sacar ese niño que todos llevamos dentro para jugar a ser el mejor detective.

El juego dura dos horas y cuesta 27.50 por persona. Las entradas ya están disponibles y empiezan el 9 de septiembre hasta finales de octubre.

Un escape room con bar

Volver a la rutina puede ser difícil, así que este plan sirve para escapar de todo lo que suene a monotonía. Fox in a Box Madrid no es un escape room cualquiera, pues este cuenta con un bar. Puede parecer un detalle menor, pero la presencia del local hace que el antes y el después del juego sea aún más divertido, ya que se puede discutir con los otros participantes la experiencia mientras se comparte bebida y comida.

Los juegos de escape tienen una temática en donde los participantes pueden interactuar con todos los elementos de las habitaciones. Resolver puzzles, encontrar pistas y llevar a cabo una misión en un tiempo máximo de 75 minutos forman parte de las tareas de unos participantes que en muchos casos vuelven al cabo de poco tiempo a por más. El juego está disponible en castellano y en inglés.

En la mesa de los cócteles se escucha un grito que rompe con las conversaciones del bar: “Que se abra el portón. Suben los nuevos reos”. Acaba de empezar el juego de Cadena Perpetua. El ticket por persona empieza en 21 euros.

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