La Fiscalía de Madrid investiga un centro de transfusión veterinario por drenar sangre a los animales hasta matarlos

El ministerio público sostiene que el empresario, presidente de la Asociación de Hematología y Hemoterapia Animal, sometía a los ejemplares “a prácticas dolorosas y crueles” para comerciar con sus fluidos

Algunas bolsas con sangre de animales del laboratorio investigado.

La Fiscalía de área Móstoles-Fuenlabrada, en Madrid, se ha querellado contra un empresario que se dedicaba a comerciar con sangre de animales a los que sometía a “prácticas dolorosas y crueles”, según informa el ministerio público. La demanda refleja que, en los centros que dirige el investigado, se extraía a los ejemplares gran parte o la totalidad de su volumen sanguíneo “sin lograr reponerlo adecuadamente hasta causarles la muerte”. La sangre se vend...

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La Fiscalía de área Móstoles-Fuenlabrada, en Madrid, se ha querellado contra un empresario que se dedicaba a comerciar con sangre de animales a los que sometía a “prácticas dolorosas y crueles”, según informa el ministerio público. La demanda refleja que, en los centros que dirige el investigado, se extraía a los ejemplares gran parte o la totalidad de su volumen sanguíneo “sin lograr reponerlo adecuadamente hasta causarles la muerte”. La sangre se vendía a clínicas veterinarias que la usaban para terapias o transfusiones a otros animales. La Fiscalía sostiene que entre abril y mayo murieron drenados unos 60 animales, sobre todo perros y gatos. El investigado es presidente de la Asociación de Hematología y Hemoterapia Animal, una entidad que se dedica precisamente a certificar laboratorios como el suyo.

Todo partió de una investigación en una finca del municipio madrileño de Humanes, propiedad del investigado, en la que la Guardia Civil sospechaba que se llevaba a cabo esta actividad de forma irregular. Los agentes comprobaron que el hombre era dueño también del Centro de Transfusión Veterinaria, un negocio que se dedicaba a comerciar con fluidos corporales de animales domésticos. La querella advierte de que no consta registro, ni autorizaciones, ni licencias a nombre dicho empresario por lo que durante años desempeñó su actividad “en la más absoluta clandestinidad”.

Los agentes registraron tanto la finca de Humanes como el laboratorio y encontraron decenas de animales en pésimas condiciones y centenares de bolsas de plasma listas para su distribución. La Guardia Civil liberó más de 200 ejemplares, entre los que había perros, gatos y conejos. El dueño de la empresa y otra persona fueron detenidos, pero han quedado en libertad a la espera de que prosigan las investigaciones.

Los animales que llegaban a esta finca pertenecían a propietarios que querían deshacerse de sus mascotas y también a protectoras que necesitaban ubicarlos en algún lugar para su cuidado. “El encargado de las instalaciones era un ciudadano de nacionalidad marroquí que además ayudaba en las extracciones de sangre”, especifica la Guardia Civil.

El ministerio público lo acusa además de intrusismo profesional porque para practicar extracciones y transfusiones a los animales hay que ser veterinario y el nombre del investigado no consta en el colegio oficial. Tanto en sus redes como en su página web, borrada después de que se hiciera pública la causa abierta, el empresario colgaba y anunciaba participaciones en congresos especializados, supuestas publicaciones científicas y colaboraciones con decenas de centros veterinarios tanto en España como en el extranjero. Este periódico se ha puesto en contacto con el encausado, que ha declinado hacer comentarios porque “es un proceso abierto”.

En la finca de Humanes se encontraron sobre todo galgos jóvenes, “al ser una raza donante universal, a los que sometía de forma reiterada a prácticas dolorosas y crueles mediante el uso de métodos prohibidos”, especifica la Fiscalía. Las pesquisas apuntan a que les extraía “gran parte o todo el volumen sanguíneo del animal sin lograr reponerlo adecuadamente hasta causarle la muerte con una punción perforante hacia la región de proyección del corazón”. En resumen, el investigado aplicaba presuntamente una eutanasia innecesaria con un “sufrimiento y padecimiento innecesarios”.

La investigación señala que la sangre de los animales era trasladada en neveras portátiles hasta el local donde se encuentra el laboratorio, en Madrid capital, y después se vendía a las distintas clínicas veterinarias de la Comunidad de Madrid. Los cadáveres de los animales eran incinerados en un crematorio de Yuncos (Toledo).

En la web ahora vacía se explicaba el nacimiento de este centro en un texto con bastantes erratas y faltas de ortografía: “El Centro de Tansfusión Veterinario se inagura año 2006 cuando comenzamos a poder producir hemocomponentes (concentrados de hematíes y plasma), anteriormente desde el año 2002 eramos un Banco de Sangre que solo ontaba con la posibilidad de sangre entera y trabajabamos en la Comunidad de Madrid. Hemos ido creciendo y actualmente trabajamos exclusivamente con veterinarios ofertando nuestros servicios de hemoterapia a toda España y otros países de la Comunidad Europea como Italia, Belgica, Francia y Portugal”.

En un mes, la Fiscalía ha contabilizado la muerte de 27 perros, 29 gatos, tres conejos y un hurón. En su página web había colgado un completo catálogo con todos los productos que ofrecía, aunque especificaba que para consultar tarifas era mejor ponerse en contacto con el centro. El ministerio público calcula en su querella que el valor aproximado que alcanzarían en el mercado 400 mililitros de sangre de perro sería de unos 80 euros, y la misma cantidad de gato, unos 85.

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