Ayuso, sobre la lucha en el PP: “No me preocupa perder poder, sino no ejercerlo en la Comunidad”
La presidenta describe como “complicado” el pulso con el equipo de Casado
Las heridas que está abriendo la guerra por controlar el PP de Madrid ya tienen un coste público y político para la formación conservadora. Público, porque Isabel Díaz Ayuso ha reconocido este miércoles el desgaste que está suponiendo el pulso que disputa con la dirección nacional de Pablo Casado: “Lo que está pasando estos días es complicado, no es fácil, las cuestiones del partido pesan. Me gustaría que las primar...
Las heridas que está abriendo la guerra por controlar el PP de Madrid ya tienen un coste público y político para la formación conservadora. Público, porque Isabel Díaz Ayuso ha reconocido este miércoles el desgaste que está suponiendo el pulso que disputa con la dirección nacional de Pablo Casado: “Lo que está pasando estos días es complicado, no es fácil, las cuestiones del partido pesan. Me gustaría que las primarias se celebrarán pronto para evitar más confrontación”, ha dicho. Y político, porque la presentación de dos proyectos clave para la presidenta de la Comunidad de Madrid (rebaja del IRPF y supresión de tasas regionales) ha quedado absolutamente opacada por la polémica de la formación, que ha centrado toda la rueda de prensa.
Filtraciones interesadas. Amenazas constantes. La insinuación de que todo puede acabar en los tribunales. El choque abierto por controlar el PP de Madrid, cuyo congreso sigue sin fecha, se está viendo jalonado de ataques mutuos que están llevando al límite la relación entre Casado y Díaz Ayuso. Dos amigos a los que está separando el poder. Poco queda de la complicidad que les unía en 2019, cuando el líder apostó por una desconocida como candidata a la presidencia de la Comunidad. La popularidad de la baronesa, y su apuesta por presidir el PP de Madrid, como hicieron antes Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre, es percibido como una amenaza por la dirección nacional de Génova.
“Hemos estado unidos”, ha recordado la líder regional, utilizando el pasado justo cuando más duro es su enfrentamiento con el hombre de confianza del líder, Teodoro García-Egea, el secretario general del PP. “Tenemos una buena relación [ella y Casado], la hemos mantenido durante 27 años, lo que quiero es normalidad y coherencia”, ha abundado después de hacer una reflexión que también ha servido para recordar que su currículo le separa de dos políticos que aún no han gestionado nada: “No me preocupa perder poder ninguno, me preocupa no ejercerlo [en la Comunidad] para bajar impuestos, para mejorar la economía de la Comunidad, es decir, perder el tiempo ahora que tengo la inmensa oportunidad de ser la presidenta. Es lo único que me preocupa”.
Díaz Ayuso no ha evitado ninguna pregunta, pero sí ha intentado apagar el fuego que amenaza con dejar en nada la dinámica positiva que generó con su victoria en las elecciones del 4-M. Con el partido revuelto ante la posibilidad de que José Luis Martínez-Almeida, el alcalde de la capital, le dispute la presidencia del PP de Madrid, recuperar la paz interna parece imposible en estos momentos.
“Lo que tiene que hacer el equipo de Ayuso es parar ya el pulso”, pide un dirigente popular que conoce a la perfección las cuitas del PP de Madrid con el nacional. “Hacen guerra psicológica y no psicológica”, reprocha este interlocutor, que cuenta con la confianza de Casado. “Por ejemplo, dicen que la dirección madrileña es ilegal. Entonces, ¿es ilegal la lista electoral para el 4-M?”, se pregunta. “Luego dicen que vale, que no es ilegal, pero que el mandato expira en marzo. ¡No paran!”, se queja. “¡Difícil creer así en la integración!”.
De hecho, la posibilidad de que Ayuso y Martínez-Almeida negocien una lista conjunta no está encima de la mesa en estos momentos, según ha detallado Díaz Ayuso. Una muestra más de que el pulso por el PP de Madrid lo ha cambiado todo.
Es una guerra interna que marca un antes y un después. En la relación de Casado y Ayuso y en la unidad del PP. Los principales cargos populares se acuestan cada noche leyendo las primeras ediciones de los periódicos con nerviosismo, preocupados por lo que leerán sobre una cuita que debería ser interna. Luego, como ocurrió el lunes, se suceden las llamadas para decidir qué decir, cómo reaccionar, qué hacer. Con las elecciones generales, municipales y autonómicas de 2023 en la agenda de todos, el caos de Madrid ha sembrado la tensión en todo el PP.
“Ir a unas urnas a uno siempre le hace libre”, ha dicho Díaz Ayuso sobre la celebración del congreso, que querría que fuera antes de marzo, pese a que la dirección nacional puede aplazarlo hasta junio. “Por eso me gustaría seguir adelante con este proceso”, ha subrayado, dejando claro que no piensa renunciar para lograr la paz interna. Y se ha despedido: “Lo voy a hacer”.
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