Ni la pandemia frena los homicidios en Madrid

Aunque el número de crímenes ha descendido en la región durante el año del confinamiento, este delito aumenta con respecto a 2019

El confinamiento no ha impedido que los agentes continuaran con sus intervenciones, en un año que se despide con una percepción de aumento de las agresiones.Eduardo Parra (Europa Press)

Ni una pandemia ha sido capaz de frenar el número de homicidios en Madrid, que ha experimentado un ligero repunte con respecto al 2019. Ha sido un año marcado por el descenso de delitos debido al confinamiento, pero empañado en las últimas semanas por reyertas y apuñalamientos.

Por el momento, a la espera de las cifras oficiales, en lo que llevamos de año se han cometido 33 homicidios en Madrid, uno más que durante el 2019. Porque tres meses de confinamiento, con las calles vacías, no ha impedido que los agentes continuaran con sus intervenciones en un año que se despide con una percepc...

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Ni una pandemia ha sido capaz de frenar el número de homicidios en Madrid, que ha experimentado un ligero repunte con respecto al 2019. Ha sido un año marcado por el descenso de delitos debido al confinamiento, pero empañado en las últimas semanas por reyertas y apuñalamientos.

Por el momento, a la espera de las cifras oficiales, en lo que llevamos de año se han cometido 33 homicidios en Madrid, uno más que durante el 2019. Porque tres meses de confinamiento, con las calles vacías, no ha impedido que los agentes continuaran con sus intervenciones en un año que se despide con una percepción de aumento de las agresiones, a pesar del toque de queda.

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En los últimos días dos hombres han muerto apuñalados en Chamberí y en Villanueva del Pardillo mientras que otro permanece muy grave en el hospital tras recibir al menos seis heridas de arma blanca en un portal en Arganzuela.

Descenso de delitos

Sin embargo, los últimos datos publicados por el Ministerio del Interior reflejan un descenso del 24,4 % de las infracciones penales entre enero a septiembre en la Comunidad de Madrid. Las mayores caídas se han producido en los delitos relacionados con los hurtos (-39,6 %), los robos con fuerza en domicilios (-39,4 %) y en establecimientos (-33 %).

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La ausencia de turistas en la capital, el confinamiento, el cierre del ocio nocturno y el toque de queda son algunas de las causas que han propiciado estas cifras, según informan fuentes policiales a Efe. Lo que antes eran rondas nocturnas por las discotecas, por el exceso de alcohol y las reyertas, ahora se han convertido en acudir a los avisos de ruidos por fiestas ilegales.

El primer asesinato de 2020 en la región fue, nada más comenzar el año, el 3 de enero, en Getafe se encontró de madrugada del cadáver de un hombre apuñalado. La Policía Nacional aún continúa con la investigación de este homicidio.

Solo el mes de mayo estuvo libre de homicidios en Madrid y la crónica negra de este año ha estado marcado por las tragedias que han puesto en el mapa pequeños municipios como Chapinería, Anchuelo o Velilla de San Antonio.

Precisamente en Chapinería, el pasado 5 de agosto fue hallado el cuerpo descuartizado de Marisa, una mujer septuagenaria. Meses después su yerno, apodado El Loco, y su hija serán juzgados por este caso cuando aún no se ha encontrado la cabeza de la víctima.

Iván era el nombre del joven que fue presuntamente asesinado por una mafia okupa en un edificio en Anchuelo y también se llamaba Iván el vecino de Velilla de San Antonio que recibió una brutal paliza y dos días después murió en el hospital. Ambos casos han sido resueltos por los investigadores y los presuntos autores se encuentran en prisión a la espera de juicio.

El coronavirus no ha frenado tampoco la violencia machista en la región. Dos mujeres han sido asesinadas a manos de sus exparejas, y tampoco ha evitado que cinco personas fueran asesinadas en reyertas familiares en Móstoles y en El Álamo.

A lo largo del año, uno de los principales focos de actuación de la Policía Nacional ha sido acabar con el negocio de la droga en el poblado chabolista de la Cañada Real.

A principios de octubre los agentes descabezaron el clan de Los Kikos, la organización criminal que regentaba la venta de estupefacientes en el poblado. Suministraban cerca de 200 dosis diarias.

Una semana después en otra operación antidroga la policía detuvo a 12 personas y desmanteló seis plantaciones de marihuana en el Sector 6.

Dos meses después, sin dejarles tiempo para reaccionar, los sucesores de Los Kikos, sobrinos de Los Gordos, fueron arrestados en otra macrooperación policial que movilizó a un centenar de agentes.

Situación excepcional para los servicios de emergencia

Si algo ha caracterizado este año ha sido el trabajo agotador de los servicios de emergencia, las fuerzas de seguridad y los sanitarios que desde marzo viven una situación excepcional. Todos ellos han tenido que “innovar” e “improvisar” para abordar una crisis sanitaria sin precedentes, con el único objetivo de apoyar a los sanitarios, según afirma a Efe Carlos Novillo, el director de la Agencia de Seguridad y Emergencias de la Comunidad de Madrid.

Novillo recuerda que la Semana Santa fue un “via crucis”, una festividad en la que los Bomberos de la Comunidad de Madrid y las policías locales dedicaron todos sus esfuerzos en ayudar en las residencias de la región. En ese terrible periodo incluso pensaron en activar industrias madereras ya que se estaban quedando sin ataúdes suficientes para todos los muertos que provocó la pandemia.

Tras esa primera ola llegó la tranquilidad del verano, que fue interrumpida por los incendios forestales, en especial por el de Robledo de Chavela, causado por un accidente de moto, donde se quemaron unas 1.000 hectáreas. “Fue un punto de inflexión que nos puso en jaque”, admite Novillo.

La pandemia, unida a las restricciones sanitarias, ha cambiado los hábitos de los madrileños, y entre los meses de marzo a junio, con el confinamiento, desaparecieron los incendios y los accidentes de tráfico. A pesar de la segunda ola de contagios el 112 recuperó durante el segundo semestre del año su actividad habitual y ya “solo” gestionan al día una media de entre 120 y 150 llamadas relacionadas por el coronavirus, cuando llegaron tramitar antes cerca de 20.000 en un día.

En los últimos meses del año se ha producido un “repunte” de los rescates en montaña, según adelanta Novillo, debido a la vuelta de la gente “a la naturaleza”. Esta circunstancia ha provocado que personas con ‘poca experiencia’ se pierdan en la montaña y Novillo adelanta que el Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA) va a cerrar el año con su mayor número de rescates pese a los confinamientos.

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