Madrid: unas autonómicas disfrazadas de generales

En la izquierda, los dos partidos que conforman el Gobierno central no salen reforzados

El candidato del PSOE, Ángel Gabilondo, con Pedro Sánchez en un mitin en Getafe (Madrid) este domingo.Víctor Sainz

En estos comicios el PP tendrá la oportunidad de reforzar su imagen competitiva aglutinando a los votantes del bloque de la derecha en torno a una causa común: la defensa de un Gobierno que dice representar una singular manera de gestionar y de vivir. La más que probable desaparición de Ciudadanos en la nueva Asamblea implicaría que el PP podría duplicar sus escaños. La contrapartida, sin embargo, es la dependencia de Vox, provocando un desplazamiento del centro de gravedad de la política madrileña hacia la derecha.
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En estos comicios el PP tendrá la oportunidad de reforzar su imagen competitiva aglutinando a los votantes del bloque de la derecha en torno a una causa común: la defensa de un Gobierno que dice representar una singular manera de gestionar y de vivir. La más que probable desaparición de Ciudadanos en la nueva Asamblea implicaría que el PP podría duplicar sus escaños. La contrapartida, sin embargo, es la dependencia de Vox, provocando un desplazamiento del centro de gravedad de la política madrileña hacia la derecha.

En lo que va de campaña (y probablemente, hasta el final) la izquierda no ha conseguido reducir de forma significativa la distancia que, de partida, le separaba del bloque de la derecha. Pese al encrespamiento del debate público en los últimos días, menos de la mitad de los potenciales votantes de las formaciones de izquierda cree posible la victoria final de su bloque.

Aunque resulta aventurado estimar la repercusión en el escenario político nacional, sí cabe al menos anticipar algunas posibles tendencias. En el ámbito de la derecha, Isabel Díaz Ayuso no tiene rival a la hora de capitalizar el enojo existente ante lo que se percibe como dogmatismo de esa izquierda autoerigida en referente moral indiscutible y definidora de límites democráticos para los demás que no fija para sí misma. En cambio, Pablo Casado, desde la oposición, se verá en dificultades para conseguir apoyos extramuros del PP, que habrá de disputarse con Santiago Abascal.

En la izquierda, y de confirmarse las estimaciones del sondeo de Metroscopia, los dos partidos que conforman el Gobierno nacional no saldrían reforzados. El PSOE lograría su peor resultado histórico en Madrid, y los esfuerzos movilizadores de Pablo Iglesias habrían resultado más beneficiosos para Mónica García que para él. Más Madrid vería fortalecidas sus posiciones y estaría en condiciones de abanderar una forma de entender el país desde la izquierda con una retórica renovada, más “a la europea” y centrada en avances efectivos en el bienestar (salud mental, “derecho al tiempo”…).

Postdata. Un eco del pasado: en las elecciones madrileñas de 1991, el entonces partido de centro (CDS) se desplomó y pasó del 17% de los votos a un 3%. La consecuencia de su desaparición fue un crecimiento de 11 puntos del PP, una pérdida de terreno por parte del PSOE, y un fortalecimiento a su izquierda. Treinta años después, la historia parece repetirse. Quizá, en la política madrileña, como escribiera Azorín, “vivir es ver volver”.

Andrés Medina es director general de Metroscopia.

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