Mónica García, lista para el ‘sprint’ final

La candidata partía como una de las caras menos conocidas, pero todos los analistas ensalzan su excelente debate. En el partido aseguran que todavía no ha tocado techo electoral en las encuestas

Mónica García, durante el debate entre los candidatos a la presidencia de Madrid, el 21 de abril.Pool Efe (GTRES)

Mónica García entra por la puerta. Sube a la última planta del número 30 de la Gran Vía, un pequeño piso con terraza que Más Madrid ha alquilado para estos 15 días de campaña. Acaba de comer con sus tres hijos en casa. Son las 16.00 y es un día clave para su candidatura. Es, junto con el candidato de Ciudadanos Edmundo Bal, la política menos conocida para los madrileños. Faltan solo cinco horas para su primer debate electoral. Está ante un momento decisivo. Tanto, que ella misma pidió a su equipo el martes tener un tiempo para estar sola. Nada de actos, ni entrevistas. Quería prepararse a conc...

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Mónica García entra por la puerta. Sube a la última planta del número 30 de la Gran Vía, un pequeño piso con terraza que Más Madrid ha alquilado para estos 15 días de campaña. Acaba de comer con sus tres hijos en casa. Son las 16.00 y es un día clave para su candidatura. Es, junto con el candidato de Ciudadanos Edmundo Bal, la política menos conocida para los madrileños. Faltan solo cinco horas para su primer debate electoral. Está ante un momento decisivo. Tanto, que ella misma pidió a su equipo el martes tener un tiempo para estar sola. Nada de actos, ni entrevistas. Quería prepararse a conciencia su gran presentación ante una audiencia millonaria. “El debate en Telemadrid estaba marcado en rojo en su calendario desde la primera semana”, cuenta una persona de su máxima confianza. Al llegar al edificio, le recibe su jefa de gabinete, María José Benavente, y el jefe de campaña, Pablo Gómez Perpinyà. Los tres repasan juntos durante toda la tarde los puntos débiles de la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Son las 19.00. García se cambia. Ha traído de su armario un traje rojo y una camisa blanca. Una sugerencia de su equipo. “Es el color perfecto. Vimos que combinaba perfectamente con el fondo del plató y es el más telegénico de todos”, recuerda el jefe de campaña. Llega la maquilladora. Son las 20.00. Se sube en la furgoneta del partido. Aterriza en Telemadrid. Todo fluye muy deprisa. Visiblemente nerviosa, mira el reloj y ya son las 21.35. Es su momento:

―¿Cuál es su propuesta para Madrid? —inquirió el presentador.

“Bien. Yo quiero empezar el debate dando un abrazo a los familiares y amigos de las víctimas del covid”, dijo. Y, como sabía que era la menos conocida, fue la única que se presentó por su nombre a todos los madrileños. “Me quiero presentar. Soy Mónica García, soy médica del Hospital 12 de octubre y madre de tres críos. Vengo a este debate por primera vez y quiero centrarme en los temas importantes”. Dos horas después, las encuestas y la mayoría de los analistas la situaron como la gran sorpresa y la ganadora del debate. “Ella era la desconocida, y tenía todo por ganar”, opina el consultor político Xavier Peytibi. “Así ha sido, destacando con argumentos y haciendo frente a la todopoderosa presidenta”. Cuatro de los ocho analistas independientes a los que EL PAÍS pidió opinión la vieron como la política que emergió entre todas las confrontaciones. “Es de las pocas candidatas que ha tenido un enfoque centrado en la Comunidad de Madrid y no en la política más nacional”, opina la politóloga Silvia Clavería. “Ha hecho valer el trabajo que ha realizado en la oposición durante los últimos años”.

García fue desde el principio contra la presidenta madrileña: “¿Cuántos ingresos hospitalarios ha habido en Madrid durante la pandemia, señora Ayuso?”. Y no hubo respuesta. La candidata de Más Madrid comparó estos días el debate con las oposiciones del MIR, a las que ella misma se enfrentó hace casi 20 años. “Esto no se puede preparar el último día. Tienes que tener mucho trabajo hecho antes”, dijo el martes en referencia a sus dos años de oposición en la Asamblea.

García ha sido el gran azote del PP durante el gobierno de la presidenta. El pasado 1 de octubre, por ejemplo, revolvió del asiento al consejero de Sanidad con un discurso durísimo: “Cuando teníamos 100 fallecidos ustedes no vieron que esto era una urgencia. Ahora esto es una emergencia social, sanitaria y económica”. Fueron siete minutos con datos, punzadas y con conocimiento interno. En los corrillos del PP se dirigen a ella como “la pistolera” por un gesto que hizo con el dedo al consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty durante una sesión de control en el Parlamento madrileño. Y hace unos meses, pidieron su dimisión por haber cobrado como diputada cuando estaba de baja en el centro sanitario donde trabaja, hecho que la propia García había advertido antes a la Asamblea para que se subsanara.

Mónica García, junto a su jefa de gabinete, María José García, antes del inicio del debate del martes. Juanjo Martín (EFE)
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De 47 años, y anestesista de profesión, vivió las tres olas de la pandemia en el Hospital 12 de Octubre, donde trabaja desde hace más de 20 años. Sin duda, ella y su equipo sabían que el arranque del debate con el tema sanitario era una baza fundamental para presentarse y así tratar de arañar el voto de los más de 500.000 indecisos a los que apuntan todas las encuestas.

El partido puede situarse el 5 de mayo como la tercera fuerza de la región solo dos años después de su nacimiento, tras aquel pacto de Íñigo Errejón y Manuela Carmena. Alcanzaron 20 escaños y más de 470.000 votos. En 2021, sin Errejón, el partido fio su futuro a García, con el riesgo que supone presentarse con una candidata poco conocida. “Pero sabíamos que era una figura en ascenso”, cuenta por teléfono el propio Errejón. Y tanto. El sondeo del CIS de este miércoles —previo al debate— augura a la formación entre 22 y 24 escaños.

“Todavía no hemos tocado techo”, cuenta Perpinyà, el jefe de la campaña. “El crecimiento que está teniendo es una pasada. Empezamos la campaña con confianza, porque habíamos trabajado muy duro en los meses anteriores. Ese era nuestro gran capital político para las elecciones”. Solo en redes sociales, su crecimiento está siendo exponencial. 500 seguidores diarios en Twitter, 418 en Facebook y 254 en Instagram.

Los encuestas internas que manejaba el partido explicaban que era una candidata muy potente para los menores de 45 años. “Antes de la campaña, notábamos cierta dificultad para calar en el electorado de los mayores, pero estos días todo está cambiando”, cuenta un alto cargo del partido. García tiene la baza de ser una candidata muy vertical. El CIS de abril la situaba como la más valorada entre los propios votantes de Podemos, muy por encima del propio Pablo Iglesias. Arrastra voto joven y voto femenino, los dos pilares sobre los que pilota gran parte de su campaña.

El miércoles, tras el debate, los chats de la formación echaban humo. “Hemos salido como un cohete”. “Cuando la gente conoce a Mónica, todas nuestras interacciones en redes sociales se disparan”. Faltan 11 días para las urnas. García ya ha votado. “Si vas a tener problemas para ir a votar (por trabajo o por conciliar) no lo dudes y pide el voto por correo. Tienes hasta el 24 de abril. No lo dejes para el último momento. Yo ya lo he hecho”. Ha sido la primera candidata en hacerlo. Lo hizo el 26 de marzo.


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