El PP posibilitará que Trias se haga con la alcaldía de Barcelona
Los populares se votarán a sí mismos, lo que facilitará que el cabeza de lista de Junts consiga el bastón de mando municipal, porque prefieren ese escenario antes de que el socialista Collboni gobierne con los Comunes
Los cuatro concejales de 41 que el dirigente del PP Daniel Sirera ha logrado en el Ayuntamiento de Barcelona tienen una de las llaves para el complejo rompecabezas de pactos que ha dejado en la ciudad el resultado de las elecciones municipales del 28 de mayo. No es la única, porque la fragmentación política en la capital catalana exige acuerdos a tres bandas si se quiere evitar que Xavier Trias, cabeza de lista de Junts y fuerza m...
Los cuatro concejales de 41 que el dirigente del PP Daniel Sirera ha logrado en el Ayuntamiento de Barcelona tienen una de las llaves para el complejo rompecabezas de pactos que ha dejado en la ciudad el resultado de las elecciones municipales del 28 de mayo. No es la única, porque la fragmentación política en la capital catalana exige acuerdos a tres bandas si se quiere evitar que Xavier Trias, cabeza de lista de Junts y fuerza más votada el 28-M, se convierta en el próximo alcalde de Barcelona. Pero los populares tienen una pieza clave y su decisión, no exenta de complejidad, es hoy por hoy posibilitar que Trias se haga con la alcaldía. El PP ha resuelto el dilema y ha decidido votarse a sí mismo, lo que facilitará que el candidato del partido independentista consiga el bastón de mando municipal. Los populares prefieren ese escenario antes de que el socialista Jaume Collboni gobierne con los Comunes de Ada Colau. La decisión es compartida por el PP catalán y por la cúpula de Alberto Núñez Feijóo, según fuentes de las dos direcciones.
Mientras, Colau (que sacó nueve concejales) hizo público a última hora del miércoles un vídeo en el que revela que se ha reunido con el socialista Jaume Collboni (10 concejales) y el republicano Ernest Maragall (cinco) para intentar cerrar un Gobierno “estable” con la mayoría de izquierdas que suman los tres partidos: 24 concejales de 41. La dirección de ERC ha apostado por pactos independentistas en los Ayuntamientos y Colau admite que “no será sencillo”. Apuesta por pactar tomando como base a los programas y actuaciones concretas, y asegura que los comunes lo intentarán “hasta el último minuto antes de la investidura” prevista para el sábado 17.
Xavier Trias, por su parte, ha manifestado este jueves que ha redoblado los esfuerzos para alcanzar un acuerdo de gobierno con Esquerra Republicana. Si hay entendimiento, el vínculo sumaría 16 ediles, por debajo de los 21 que dan la mayoría, pero con más tono muscular que los magros 11 ediles que ha ganado Junts. Hay buena sintonía con Ernest Maragall, ha admitido Trias, que ha puesto de relieve que no se trata de una “unidad independentista”, sino de “unidad para hacer funcionar Barcelona”. En una entrevista en Radio Estel, el candidato de Junts ha afirmado que en la ronda de contactos también ha entrado el PSC para sondear un posible pacto a tres. Esta opción le aseguraría a Trias un sólido apoyo de 26 ediles, pero una triple alianza “no gusta” ni a Esquerra ni al PSC.
Trias se muestra tranquilo con respecto a la posibilidad de convertirse en alcalde, mientras acusa a Ada Colau de tener mal perder. El candidato de Junts ha criticado las maniobras que promueve Barcelona en Comú para forzar un pacto de izquierdas con PSC y ERC, lo que frustraría sus aspiraciones de hacerse con la alcaldía. “Le pido a la señora Colau que toque la realidad”, se ha quejado.
En todo este embrollo entra como opción decisiva también la del PP, pese a que, en las elecciones del 28 de mayo, los populares quedaron relegados a quinta fuerza en el Consistorio, solo por delante de Vox, que obtuvo dos ediles. Xavier Trias fue la opción más votada, a solo un edil de ventaja de Jaume Collboni, del PSC, y a dos de Ada Colau, de Barcelona en Comú. Junts per Catalunya está, con todo, muy lejos de los 21 que marcan la mayoría absoluta del pleno. Ahí entran las ecuaciones múltiples para la gobernabilidad. Y aparece la posibilidad de que, con sus cuatro concejales, el PP evitara que Barcelona quede en manos de una formación que controla Carles Puigdemont desde la distancia. Podría hacerlo si entregara su apoyo a Collboni. La jugada, compleja, tiene un precedente: hace cuatro años, la lista electoral que comandaba Manuel Valls por Barcelona pel Canvi y que integraba a Ciudadanos cedió sus votos a Ada Colau para evitar que gobernara ERC, que había ganado las elecciones. Ahora, salvo un giro en la posición del PP, no sucederá.
La cuestión es que para que el socialista Collboni saliera elegido alcalde con los votos del PP necesitaría también el apoyo de los Comunes, y los populares consideran que es peor un Gobierno de Barcelona formado por el PSC y los Comunes que uno comandado solo por Junts. “Nos han votado para echar a Colau”, afirman fuentes del entorno de Daniel Sirera, que insisten en que el PP no votará a favor de un alcalde separatista en ningún caso, como se comprometió en campaña. No lo hará, pero lo que ocurre es que al votarse a sí mismo facilitará que haya un regidor independentista. En el PP catalán argumentan además que, tras la decisión de Manuel Valls hace cuatro años de apoyar a Colau, tanto su partido como sus satélites has sido barridos del mapa y se han quedado sin representación.
La dirección nacional del PP está conforme con la decisión del PP del Ayuntamiento de Barcelona de posibilitar que el veterano político de 76 años vuelva a tener el bastón de mando municipal —ya gobernó entre 2015 y 2019—. “No nos parece peor Trias que Colau, y Trias ha ganado las elecciones”, defienden fuentes de la cúpula de Alberto Núñez Feijóo. La decisión la tiene Sirera, aseguran en Génova, pero la dirección de Feijóo está de acuerdo en que el escenario menos malo es dejar gobernar a Trias antes que apoyar activamente un Gobierno conjunto del PSC con los Comunes. “La mayoría de los ciudadanos de Barcelona no aceptan el ticket Collboni-Colau”, argumentó este martes en Onda Cero el líder del PP. “El PSC hace tiempo que ha dejado de ser un partido constitucionalista”, remachan en Génova.
El PP catalán deja abierto un resquicio para un posible acuerdo con el PSC, pero con una condición que rechaza el tercer actor que sería imprescindible para la ecuación, los Comunes. “Si Collboni garantiza que gobernará sin Colau, hablamos”, afirman en el entorno de Daniel Sirera, donde aseguran estar “dispuestos a hacer alcalde de Barcelona a un socialista”, a quien consideran su “principal adversario, pero con la garantía de que la extrema izquierda no va a estar en el Gobierno municipal”. Es decir, si el PSC gobernara en solitario. Pero para eso necesitaría un apoyo externo del partido de Ada Colau, que este no le brinda. Fuentes de los comunes niegan categóricamente la posibilidad de apoyar la ecuación de hacer alcalde a Collboni con su apoyo externo y el del PP. Y cuestionan la posibilidad de que el PP apoyara al partido socialista a semanas de unas elecciones.
Desde el PSC, fuentes del partido aseguran que trabajan “para formar un Gobierno de izquierdas liderado por el PSC” y que “no hay ningún otro escenario planteado”. El planteamiento sigue siendo el de la noche electoral y del viernes, cuando la número tres de la lista, Laia Bonet, que ejerce de portavoz de las negociaciones, abogó de nuevo por un Gobierno tripartito de izquierdas con Comunes y ERC. Una ocasión en la que Bonet se mostró durísima con los republicanos, a quienes acusó de “traicionar” al electorado que los había votado “pensando que votaba a un partido de izquierdas” cuando la dirección se inclina ahora por pactos independentistas.
La dirección nacional del PP asegura que no le hará mella la presión que ya ha empezado a recibir del PSOE y de entidades como Sociedad Civil Catalana para que evite que Barcelona caiga en manos del partido de Puigdemont. Los socialistas han salido en tromba contra el PP. “Si eso se confirma, yo tengo que decir que estoy escandalizada”, ha afirmado la ministra de Defensa, Margarita Robles. “El señor Feijóo, que siempre da lecciones, está dejando la alcaldía de una ciudad como Barcelona en manos del partido de Puigdemont”. “Feijóo dice que nunca acordaría nada con separatistas, pero en Barcelona vemos que están dispuestos a allanar el camino a que el Ayuntamiento esté en manos de los independentistas de Puigdemont con tal de evitar que haya un socialista de alcalde en Barcelona”, ha criticado por su parte el portavoz del Grupo Socialista, Patxi López, en los pasillos del Congreso. “¿Esto qué es? ¿Volver a lo de ‘España, antes rota que roja’?”. En el PP responden que los socialistas “no están para dar lecciones porque el PSC lleva cogobernando con Junts los últimos cuatro años la Diputación de Barcelona”. Y, mientras tanto, Xavier Trias acaricia de nuevo la alcaldía de la capital catalana.
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