“Mi hija no tiene pediatra. Así es como fomentan la natalidad en Galicia, quitando servicios”
Plataformas de padres en distintas zonas de Galicia, con una población muy envejecida, denuncian la falta de médicos para sus hijos
Mayo de 2004. El 70% de los hogares gallegos no tienen menores de 16 años. Le preguntan al entones presidente de la Xunta, Manuel Fraga, sobre planes para fomentar la natalidad. “Lo que no puedo hacer”, responde, “es meter a un hombre y una mujer en la cama y decirles lo que tienen que hacer. La Administración tiene bastante poco que hacer en estos asuntos delicados. Hoy en día, una mujer antes de casarse procura tener su piso y su coche y cuando se da cuenta tiene el primer hijo a los 30 o 32 años, muchas veces por cesárea, lo q...
Mayo de 2004. El 70% de los hogares gallegos no tienen menores de 16 años. Le preguntan al entones presidente de la Xunta, Manuel Fraga, sobre planes para fomentar la natalidad. “Lo que no puedo hacer”, responde, “es meter a un hombre y una mujer en la cama y decirles lo que tienen que hacer. La Administración tiene bastante poco que hacer en estos asuntos delicados. Hoy en día, una mujer antes de casarse procura tener su piso y su coche y cuando se da cuenta tiene el primer hijo a los 30 o 32 años, muchas veces por cesárea, lo que hace difícil repetir después”.
Aquel 2004 habían nacido en la comunidad 20.621 niños, según el Instituto Galego de Estadística. En 2022 fueron 14.495 y ese porcentaje de hogares sin menores de 16 años ascendió al 78,64%. En los primeros seis meses de 2023 (últimos datos recogidos), apenas nacieron 6.745 bebés. Hace más de tres décadas que Galicia no tiene un saldo vegetativo positivo (más nacimientos que defunciones). “Manuel Fraga echaba la culpa a las mujeres por la falta de niños”, recuerda Vanessa Viquendi, portavoz de la plataforma Pediatras e matronas xa [ahora en galego], y vecina de Fisterra (A Coruña); “pero mi hija de siete años desde los cuatro carece de pediatra asignado. Así es como fomentan la natalidad en Galicia, quitando servicios básicos para los niños”. Sarah Martine Blanquet, residente en Muxía, en la costa da Morte, y madre de dos niñas, de cuatro años y 12 meses, afirma: “La Xunta te da la tarxeta benvida [una especie de cheque-bebé de 1.200 euros] y me parece fenomenal, pero lo importante es que tengan una buena asistencia médica”. Paula Fernández, de 38 años, madre de dos niños, de cuatro años y 14 meses, y natural de O Carballiño (Ourense), señala, frente al centro de salud de la comarca: “Este edificio tendría que dar cobertura a unos 2.300 niños, pero desde septiembre no tenemos pediatra porque una de las que había se jubiló y la otra se marchó. Lo cubrieron con un puericultor a media jornada. Y cuando unos padres tienen que ir tres o cuatro veces a una consulta privada, piensan en hacerse un seguro, porque ya lo amortizan. Es lo que se trata de fomentar” .
Según una macroencuesta de la Asociación Española de Pediatría difundida en 2023, más de 11.400 niños carecen en Galicia de un pediatra asignado. Ese déficit, que se produce también en otras comunidades ―en el conjunto de España la cifra ascendía a 523.000― ha provocado la movilización de padres y madres que presionan a la Administración desde distintas plataformas ciudadanas. En la multitudinaria manifestación en defensa de la Sanidad Pública que tuvo lugar en Santiago de Compostela el pasado 4 de febrero, el incremento de pediatras fue una de las 13 medidas urgentes del manifiesto reivindicativo. El programa electoral del PP no alude directamente a ese déficit, promete “construir más centros de salud, reducir la carga de trabajo del personal de atención primaria” y “aumentar la capacidad formativa de Galicia en medicina de familia”. Los programas de la oposición denuncian que “el 60% de los concellos carecen de pediatra” y prometen remediarlo, por ejemplo, incentivando el regreso de los médicos que se fueron.
Un niño en la UCI y “trapicheos” con las citas
Ana Isabel Álvarez, miembro de la Plataforma en defensa de la Sanidad Pública de O Carballiño, relata: “Un amigo de mi niño terminó en la UCI pediátrica por un mal diagnóstico. En el centro le dijeron que estaba bien y ese día tuvieron que ingresarlo por una neumonía con derrame pleural. No podemos funcionar así. Las madres trapichean con las citas, para que, si sueltas una, enseguida la coja otra”. Madres de este colectivo se reunieron el pasado enero con el conselleiro de Sanidad de la Xunta, Julio García Comesaña. “Nos aseguraron”, recuerda Paula Fernández, “que pronto íbamos a tener un pediatra y llegaron a decirnos que si nosotros encontrábamos uno que se lo comunicáramos, que le hacían un contrato. Mientras tanto, insistieron en que los puericultores son igual de capaces”.
Jorge Aboal, director general de Asistencia Sanitaria del Servicio Gallego de Salud, asegura que son los partidos de la oposición los que “organizan” estas plataformas de padres. “A 15 de enero de este año”, afirma, “hay 298 pediatras. Es el mismo número que había cuando gobernaba el bipartito (PSOE-BNG), pero con 30.000 niños menos. Creo que 950 niños por pediatra es una buena ratio. El problema no está en el número de efectivos, sino en que no hay pediatras para sustituir cuando hay bajas o vacaciones. Me encantaría tener un listado del que echar mano, pero no hay pediatras en paro a nivel nacional. A la plataforma de O Carballiño no les sirve que pongamos otro médico titulado en puericultura, quieren a su pediatra de siempre. En Galicia no hay ningún niño que no tenga un médico asignado porque hay médicos de cabecera con título de puericultura que hacen un excelente trabajo”.
Preguntado por si un puericultor puede ofrecer el mismo servicio, David Sánchez, pediatra en un centro de salud de A Coruña y miembro del sindicato O´Mega, responde: “Un puericultor es una persona que hace un curso para enseñar a que un niño coma bien, por ejemplo. Está más enfocado a la crianza, pero tiene un déficit muy importante: en su formación no ha visto niños enfermos de verdad, un gran prematuro, un niño en la UCI…”.
Jacinta Louzán, fundadora de la Plataforma Reiseñores, de niños con necesidades especiales, explica, frente al centro de salud de Cee (A Coruña): “Uno de mis dos hijos tiene autismo. El vínculo con el pediatra para él es muy importante, por no hablar de lo complicado que es repetir todo cada vez que le atiende alguien distinto. En teoría tenemos preferencia, pero, si falta el pediatra, todo se retrasa porque las pruebas, las medicinas... todo empieza con ellos. Alguna vez me han llegado a responder: ‘Pide al farmacéutico que te adelante la receta si tienes confianza”. Sarah Martine Blanquet, de padres belgas, se instaló hace unos años en Muxía. “He vivido toda mi vida fuera. Hablo inglés, francés, español, italiano... podía haberme ido a cualquier sitio, pero elegí España y Galicia precisamente porque había sanidad y educación pública para mis hijos. La mayor tuvo pediatra ocho meses. Con la pequeña no he visto al mismo en ninguna de las revisiones. Te dicen: ‘Si no, vete a urgencias’. Es una mala gestión de los recursos: las urgencias son mucho más caras para el sistema, y yo no quiero saturar ese servicio por una dermatitis atópica, por ejemplo”.
Auxiliares de enfermería, administrativas, dependientas en tiendas, traductoras, comerciales o madres a jornada completa entrevistadas para este reportaje hablan con soltura de conceptos como “tasa de reposición”, “plazas de difícil cobertura”, “notas de corte”, “residencias MIR”... Para la mayoría, es la primera vez que se implican en organizaciones de protesta y rechazan el “menosprecio” de la Xunta al sugerir que están manejadas por los partidos de la oposición. Viquendi, que en 2023 defendió en la tribuna del Parlamento gallego una iniciativa legislativa popular, respaldada por más de 50.000 firmas, para reclamar mejoras en atención primaria, se dirige al Gobierno gallego: “Deberían de dejar de poner excusas y escuchar a la gente. Si en un centro de salud no hay un pediatra, no nos lo estamos inventando. Lo que ocurre es que esto es como Las Vegas: lo que pasa en Galicia se queda en Galicia. Gastan millonadas en propaganda y a los que protestamos nos acusan de estar politizados. Pero si estuviera gobernando el BNG, estaríamos diciendo lo mismo. Es cierto que los distintos Gobiernos centrales podían haber eliminado la tasa de reposición [que introdujo un Ejecutivo del PP], pero la Xunta tiene las competencias y se están quedando plazas sin cubrir. Hacen falta medidas a corto, medio y largo plazo. Discriminar positivamente el rural y no ir poniendo parches, como los concursos de méritos [por el que un médico puede optar a una plaza fija en otro sitio]. Lo contrario es desincentivar la natalidad, que nos pensemos tener más hijos, que se vacíen determinadas zonas...”. “Si en el lugar donde vives”, añade Paula Fernández, “no tienes los servicios fundamentales, al final, te vas”.
“No creo”, afirma el director general de Asistencia Sanitaria de Galicia, “que nadie piense tener un hijo o no por un pediatra que sabes que vas a tener. Y se dice a veces como algo peyorativo que Galicia está envejecida, cuando es lo contrario: es una suerte vivir en Galicia porque vas a vivir más años”. Respecto a las plazas que se quedan sin cubrir, Aboal defiende que la Xunta ha aumentado la capacidad formativa en pediatría de 20 a 27 al año y ha lanzado una oferta pública de empleo por concurso de méritos. Los problemas, insiste, obedecen al Gobierno central. “La nota de corte en el MIR supone que al final se queden plazas sin cubrir en un momento de carencia de especialistas y con médicos que ya tienen su titulación universitaria”.
David Sánchez, del sindicato O´Mega, cree que esas plazas por concurso de méritos son un parche, porque suponen sacar a un profesional de un sitio para ponerlo en otro y porque, además, pasado un tiempo, pueden pedir el traslado. “Como en todo, es la ley de oferta y demanda. Si la oferta es buena, si hay mejoras, complementos salariales, va a haber demanda para ocupar esas plazas que ahora son de difícil cobertura y eso es competencia de la Xunta”. En cuanto a la nota del MIR, opina: “Es un examen difícil, pero la nota más alta es un 8, más o menos. A lo mejor la criba está en el 2,5. ¿Quién querría que le atendiese un médico que sacó un 2,5 en el examen general de todo?”.
Al menos en el corto plazo, Sánchez cree que la solución no pasa tanto por poner más recursos como por organizar mejor los ya existentes. “Yo estoy en un centro de salud en A Coruña; a kilómetro y medio hay otro y en el medio hay otro más, cada uno con un pediatra. Si estuviéramos los tres en el mismo, si un día falla uno no pasa nada, porque atienden otros dos. Los médicos también se ponen enfermos, en pediatría hay muchas mujeres jóvenes, con bajas de maternidad... Además, de esa forma, se ahorrarían consultas a hospital. Poner más centros de salud en lugar de agrupar a los pediatras es una decisión política”.
La sanidad es el segundo problema que más preocupa a los gallegos, por detrás del paro, según el CIS. Y en las proyecciones que hace el INE, España ganaría ganaría 4,2 millones de habitantes en 2037, gracias, fundamentalmente a la población inmigrante, y solo cuatro comunidades perderían habitantes: Castilla y León, Asturias, Extremadura y... Galicia.