A la caza del voto municipal: el PSOE gallego busca la fórmula para que el apoyo a sus alcaldes impulse a Besteiro
En los comicios municipales de mayo votaron a los socialistas en Galicia 167.000 ciudadanos más que en las últimas autonómicas. En las generales, esta diferencia de apoyo subió a 226.000
El PSOE exhibe en Galicia un importante músculo municipal, con Vigo como ejemplo paradigmático, pero esos resultados en elecciones locales no se replican en las autonómicas. En 2023, tanto en las generales como en las municipales, los socialistas gallegos cosecharon un 30% de los apoyos, un porcentaje que en las autonómicas de 2020 se quedó en el 20%, y en las de 2016, en el 18%. El equipo de José Ramón Gómez Besteiro pelea ahora por fidelizar a ese el...
El PSOE exhibe en Galicia un importante músculo municipal, con Vigo como ejemplo paradigmático, pero esos resultados en elecciones locales no se replican en las autonómicas. En 2023, tanto en las generales como en las municipales, los socialistas gallegos cosecharon un 30% de los apoyos, un porcentaje que en las autonómicas de 2020 se quedó en el 20%, y en las de 2016, en el 18%. El equipo de José Ramón Gómez Besteiro pelea ahora por fidelizar a ese elector para que no cambie su papeleta. “Si conseguimos movilizar a esos ciudadanos para que la mitad del voto se refrende en las autonómicas, evidentemente habrá un Gobierno progresista en Galicia”, sostiene Alberto Varela, alcalde de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra), secretario de política municipal del PSOE gallego y presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp).
Galicia solo ha tenido dos presidentes socialistas. En 2005, el PSdeG-PSOE logró conformar con el BNG un gobierno de izquierdas —una situación que solo se había dado antes entre 1987 y 1990 con el socialista Fernando González Laxe al frente de un tripartito y después de una moción de censura—. Manuel Fraga se quedó a un escaño de la mayoría absoluta y dio el relevo a Emilio Pérez Touriño. Pero desde que en 2009 el PP de Alberto Núñez Feijóo regresó a la Xunta, los socialistas gallegos no levantan cabeza en las autonómicas. Ahora se muestran convencidos de que volverán a gobernar la comunidad. “Creemos que este es el momento y la mayor oportunidad de cambiar de ciclo político, ante un PP que no da más de sí y con el liderazgo de Besteiro, que ha concitado la mayor aclamación y consenso en el partido“, proclama Varela.
El PSOE ostenta un centenar de alcaldías en los 313 ayuntamientos gallegos, entre ellas las de tres de las siete mayores ciudades (Vigo, A Coruña y Lugo). En las pasadas municipales de mayo de 2023, votaron al partido en Galicia 167.000 ciudadanos más que en las autonómicas de 2020. En las generales del 23-J, la diferencia creció: 226.000 papeletas más. “Hay que abrir la campaña para captar ese voto dual en las urbes grandes y medianas. Vemos que el escenario es propicio y estamos preparados para impulsar esa movilización”, afirma Varela, quien nunca ha percibido en el ciudadano gallego “tanto hartazgo como ahora, porque este es consciente de que ya no interesa hablar de los problemas de aquí y que se pone el foco en si España se rompe o no”. E insiste: “Habrá un vuelco electoral si convencemos a nuestro votante local para que no cambie de partido en las autonómicas”.
José Rúas es profesor de Comunicación Política de la Universidad de Vigo y exconcejal del PSOE en Ourense. En su opinión, el resultado del 18-F estará condicionado por el contexto, el liderazgo y el tiempo disponible para afianzar a un candidato. Cree que el PP ha intentado revertir la marcha de Feijóo y el “nombramiento exprés de Rueda” anunciando un adelanto electoral “unos días después de la presentación de Besteiro como candidato”. “Besteiro está demostrando una muy buena capacidad de líder, pero apenas dispuso de tiempo desde su retorno a la vida pública”, apunta.
El profesor y exconcejal socialista explica que una parte del electorado no solo “vota distinto en cada proceso electoral”, sino que incluso apoya “a un mismo candidato de forma distinta, dependiendo del momento”. Subraya “la tradicional dualidad gallega del voto entre el medio rural y la ciudad”, con más peso progresista en los entornos urbanos, y el hecho de que la diferencia en el resultado obtenido en las municipales y las autonómicas es “muy pronunciada y distinta en la izquierda, cuyo electorado es menos fiel, más crítico y castigador”.
El caso de Vigo
Vigo, la urbe más poblada, es el paradigma del problema que tienen los socialistas para atraer en las autonómicas a sus votantes de las municipales. En las locales del pasado mayo, 82.000 vigueses —el 60% de los ciudadanos que acudieron a las urnas— eligieron la papeleta del puño y la rosa. En las generales de junio, los socialistas siguieron siendo primera fuerza, aunque bajaron a 63.000 votos (37%). Sin embargo, en las últimas autonómicas, les rebasó el PP y el respaldo se quedó en 43.000 sufragios, apenas un 30% del total.
El diputado nacional y secretario provincial de los socialistas en Pontevedra, David Regades Fernández, pone el énfasis en que los resultados del PSOE en Pontevedra y Vigo siempre están por encima de la media de Galicia. Admite que el voto en la mayor ciudad de Galicia será decisivo pero añade que las expectativas son “inmejorables” con Besteiro.
Regades está convencido de que “la remontada está en marcha” y opina que el mensaje de Besteiro de “colaboración con el Gobierno central” le ayudará: “El ciudadano rechaza la bronca constante.Prefiere la sintonía entre gobiernos que atrae inversiones y oportunidades”.