Tudanca e Igea acorralan a Mañueco por su posible pacto con Vox

El candidato del PP reivindica su autonomía frente a Génova: “Me la juego yo, no Casado”

Luis Tudanca, Alfonso Fernández Mañueco y Francisco Igea durante el segundo y último debate televisivo de cara a las elecciones autonómicas celebrado este miércoles en Valladolid. Foto: NACHO GALLEGO (EFE) | Vídeo: EPV
Valladolid -

El ambiente es tenso en la campaña de Castilla y León a falta de tres días para las elecciones. Algo se ha torcido para el PP y los sondeos apuntan a un posible fiasco en las urnas. El problema es que el adelanto electoral que Alfonso Fernández Mañueco convocó para liberarse de ataduras puede terminar en un resultado, según las últimas encuestas, insuficiente para los populares, que obligaría al PP a cambiar un socio moderado...

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El ambiente es tenso en la campaña de Castilla y León a falta de tres días para las elecciones. Algo se ha torcido para el PP y los sondeos apuntan a un posible fiasco en las urnas. El problema es que el adelanto electoral que Alfonso Fernández Mañueco convocó para liberarse de ataduras puede terminar en un resultado, según las últimas encuestas, insuficiente para los populares, que obligaría al PP a cambiar un socio moderado (Ciudadanos) por otro radical (Vox). En ese contexto de nerviosismo en el PP se celebró este miércoles el segundo y último debate electoral, en el que los candidatos del PSOE, Luis Tudanca, y Ciudadanos, Francisco Igea, salieron al ataque tratando de acorralar al candidato popular por su posible acuerdo con la extrema derecha.

Mañueco sigue en cabeza en los sondeos, pero no le servía con empatar. El candidato del PP estaba obligado a coger vuelo porque la tendencia de su partido es a la baja. “Esta tierra necesita un Gobierno fuerte y estable. Libre de hipotecas y de chantajes”, arrancó Mañueco en el debate en Castilla y León Televisión tratando de rehuir los acuerdos con Vox. Sus rivales no le dieron tregua y descalificaron desde el primer momento los motivos del adelanto electoral. “Tenemos unas elecciones con motivos inconfesables, por los líos internos del PP, por su corrupción”, criticó Tudanca. “Es una campaña convocada desde la deshonestidad”, sostuvo Igea.


En el PP esperaban unos adversarios más agresivos que en el primer debate, sobre todo en el caso del socialista, que buscó en el primero un perfil presidenciable y le faltó mordiente. Así fue, y Tudanca e Igea apretaron a Mañueco por las consecuencias de sus posibles pactos con la extrema derecha.

Igea buscó todo el tiempo el cuerpo a cuerpo con su exsocio. “No vamos a permitir que triunfe la xenofobia”, subrayó en referencia a Vox. “¿Usted está dispuesto a que la lucha contra la violencia de género se reduzca a cambio de seguir en el poder?”, inquirió también Tudanca. “El PP aprobó la primera ley de violencia de género en Castilla y León, y no vamos a dar un paso atrás”, se zafó Mañueco. “Lucho y lucharé por la igualdad entre hombres y mujeres. Porque he tenido una madre, cuatro hermanas, una mujer y lo hago por todas ellas”. El candidato popular insistió en todo momento en que no quiere pactar con los ultras. “No sé a qué socios se refiere, porque yo quiero gobernar en solitario”.

Igea le recordó entonces las palabras de Isabel Díaz Ayuso en la campaña, llamando a un acuerdo con la extrema derecha. “Lo dijo ayer Ayuso: si hay que pactar con Vox, se pacta”. Los rivales utilizaron también las turbulencias internas en el PP para atacar al aspirante popular, que tuvo que reivindicar su autonomía frente a Génova. “Aquí hay un secreto a voces, señor Mañueco, que a usted le han usado en la disputa entre Casado y Ayuso. Les van a dar una lección, por eso están tan nerviosos y va a ganar el cambio”, subrayó Tudanca. “No sé quién se presenta a estas elecciones, Casado o Ayuso”, apuntaló Igea. “Aquí me la juego yo, no Pablo Casado”, se revolvió Mañueco.

El debate fue en general plano y Mañueco sufrió en la pinza de Igea y Tudanca. El candidato popular sacó el colmillo sobre todo contra su exsocio de Gobierno, al que acusó de provocar el anticipo electoral. “Estamos aquí porque a Igea solo le importa Igea. Dinamitó un pacto de Gobierno que funcionaba. Buscaba su supervivencia política”, defendió Mañueco. “Tal y como va la campaña, parece que el tren va a atropellarle”, le disparó de vuelta el de Cs.

El candidato socialista aprovechó la disputa de los antiguos socios y buscó su espacio al final del debate. “El señor Igea cerró la puerta al cambio y el señor Mañueco le ha abierto la puerta a Vox”, censuró Tudanca. La extrema derecha, que no estaba presente, fue la protagonista de un debate sin brío, a pesar de la tensión ambiental, que no dejó un ganador claro y será difícil que funcione como revulsivo.


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