Ardillas, desinformación y fuego
La campaña de la Generalitat ‘Stop al Foc’ emplea una ardilla recreada por Inteligencia Artificial cuyo modelo no es valenciano, ni ibérico, ni europeo
“Tú eres de disfrutar de la comida. Y esta ardilla, pues es como tú”. Así rezaba el banner más compartido de la vergonzosa campaña Stop al Foc de 2025 de la Conselleria de Medi Ambient, Infraestructures i Territori. No busquen a la ardilla en valenciano, yo no la he podido encontrar en el idioma que este Consell dice defender, pero que en realidad somete a un menosprecio constante, escondiéndolo y humillándolo día tras día.
Es posible que se hayan tropezado con esta campaña en la edición digital de algún periódico, en un portal oficial o en las redes sociales. ¿Les ha llamado algo la atención? Búsquenla y fíjense bien. La ardilla, imagen que nos conmina a cuidar un bosque que es “de los nuestros”, no es tal ardilla. Es una triste recreación realizada con inteligencia artificial, una tecnología que es especialmente nociva para el medio ambiente, dado su consumo intensivo de agua y energía. Eso, no obstante, es lo de menos en este caso.
Investigaciones recientes, como el estudio liderado por el zoólogo de la Universidad de Córdoba José Guerrero Casado, apuntan a que la generación de imágenes y vídeos de animales silvestres con inteligencia artificial puede distorsionar la realidad, muy especialmente entre los más jóvenes. ¿Cómo aprender a identificar y conocer nuestras especies salvajes, si lo que proyecta la pantalla son especies que no existen y comportamientos que no se dan en el medio natural? ¿Cómo distinguir la realidad de la imitación?
Lo que es aún más grave es que... ¡No es una ardilla valenciana! La especie que la inteligencia artificial ha tomado como modelo es la de una ardilla listada del género Tamias, conocida genéricamente en inglés como chipmunk. La de la película infantil Alvin y las ardillas. Esta especie no existe de forma natural ni en el territorio valenciano, ni en la península ibérica, ni tan siquiera en Europa. No es una especie exótica cuya presencia se haya naturalizado y pueda dar pie a una cierta confusión: está completamente ausente de nuestros bosques. Nunca jamás la verán “disfrutando de la comida” en ninguno de nuestros parques naturales. Compárenla con la ardilla roja autóctona, Sciurus vulgaris, y verán que son especies imposibles de confundir.
En definitiva, la imagen principal que ha escogido el departamento que dirige Martínez Mus para la campaña frente a los incendios de 2025 corresponde a un animal creado por la inteligencia artificial a partir del robo del trabajo de fotógrafos profesionales y aficionados, en un bosque que no es mediterráneo, de una especie que no podremos cruzarnos nunca en nuestras montañas. La conselleria teóricamente encargada de dar a conocer nuestro medio natural contribuye así a la desinformación ambiental, a la disgregación de la realidad, a la erosión del conocimiento y a la desconexión de la naturaleza por parte de la ciudadanía.
En otra de las imágenes de la campaña puede verse a una mujer y una niña caminando por un bosque. Inmediatamente salta a la vista que ni las rocas ni los árboles pertenecen a un ecosistema valenciano, tampoco ibérico. Una búsqueda rápida por los repositorios de imágenes arroja un resultado fácil de intuir: es un bosque nórdico, concretamente sueco.
¿Quién ha sido capaz de aprobar esta campaña? ¿De verdad tenemos como responsables de nuestra naturaleza a personas que la desconocen y desprecian de una forma tan dolorosa y evidente? ¿De verdad no les importa lo más mínimo nuestro territorio? ¿De verdad no saben escoger una imagen real y cercana, capaz de conectar con la gente y evitar este bochorno?
Por último, el propio mensaje, dejando de lado las lamentables imágenes que lo acompañan, ha suscitado no pocas controversias. La conselleria nos conmina a “apagar el fuego”. ¿Qué fuego, señor Martínez Mus? Más allá de la posible confusión que puede generar el uso del imperativo en algunas personas, que quizás lleguen a pensar que es su deber ir a sofocar incendios forestales activos, la forma en que está escrita esa recomendación da a entender que se puede encender fuego.
Y no, no siempre se puede o se debe encender fuego, ni mucho menos en todos los lugares, como bien se indica en el Decreto 91/2023. ¿Cómo es posible que se esté animando de forma implícita a hacer un fuego, y cuanto menos normalizándolo, en una campaña llamada “Stop al foc”? ¿Por qué no se incluye ni una mínima mención a ello, a los niveles de preemergencia ni a los mapas de riesgo? Parece que, incluso tras la dana y su negligente gestión, el Consell sigue siendo incapaz de entender el verdadero valor de la prevención.