El reto de moverse por Valencia y el área metropolitana sin metro y atascos kilométricos una semana después de la dana

Las lluvias dañaron infraestructuras básicas de transporte y los trabajos se centran ahora en reparar la A-7, la red del suburbano y las Cercanías de Renfe

Tráfico muy denso de entrada a Valencia en la A3, este miércoles, 6 de noviembre.Manuel Bruque (EFE)

De seis a nueve de la mañana, la circulación en el área metropolitana de Valencia y los accesos a la capital se convierten en un verdadero infierno por los efectos de la dana, con colas de vehículos kilométricas que se agravan si hay accidentes. El área metropolitana de Valencia, donde viven alrededor de 1,6 millones de personas, intenta una semana después de la riada reforzar la movilidad ciudadana, restablecimiento el tranvía, sustituyendo las líneas de Metrovalencia por 13 líneas de autobús y recuperando varias líneas de Renfe.

Los atascos se concentran en horas punta en la A-7, que permanece intransitable entre las localidades de Quart de Poblet y Torrent; en la A-3, entrada y salida Valencia-Madrid; en la V-31, más conocida como Pista de Silla, que es la autovía de acceso de la ciudad de Valencia por el sur y atraviesa la comarca más afectada por las inundaciones. La V-30, la vía rápida de circunvalación de la ciudad de Valencia, en la que cientos de ciudadanos se quedaron atrapados el pasado 29 de octubre por la riada de agua que venía de los municipios anegados, también soporta mucha intensidad de tráfico. Y todo ello sin el trasiego habitual que suponen los desplazamientos a los colegios, en los que esta semana no habrá todavía clases.

Muchos valencianos cogen estos días su coche particular porque los transportes públicos han sido dañados por las trombas de agua. La dana ha afectado a toda la red de Metrovalencia, que utilizan a diario para desplazarse cerca de 250.000 viajeros diarios, para la que no hay fecha de restablecimiento del servicio a día de hoy. La Generalitat trabaja en poner en funcionamiento las diferentes líneas de tranvía, que discurre en superficie, para reforzar los desplazamientos. Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana inicia este miércoles las pruebas en sus cuatro líneas de tranvía (L4, L6, L8 y L10) y la previsión es que el servicio pueda reanudarse a partir del 11 de noviembre e incluso antes, aseguran fuentes de la Consejería de Infraestructuras.

La compañía de transporte público ha diseñado además un plan de servicio de autobús que sustituirá al metro y que comenzó el lunes con una línea, el martes con otras 11 y este miércoles con una más; 13 en total. “En general, los servicios diseñados conectarán en Valencia con puntos de parada de la EMT, para facilitar la dispersión en la ciudad”, explican en el departamento autonómico de infraestructuras.

En una segunda fase, FGV pondrá en funcionamiento las líneas que no se han visto apenas afectadas por la riada (L1, L2 y L7) pero sí por la destrucción absoluta del Puesto de Mando de toda la Red, situado en la localidad de Paiporta, un punto conocido como Valencia Sud. Las imágenes del estado en que ha quedado este punto neurálgico es estremecedor. La compañía pública autonómica ha creado un puesto de mando gemelo en dos puntos de Valencia: Hermanos Machado y Tarongers. La tercera fase será para conseguir poner en marcha la red de metro del sur “para lo que faltan meses”, estiman a estas horas fuentes de FGV.

Además la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia ha recuperado las líneas de bus en las pedanías afectadas por la dana (La Torre, Horno de Alcedo...), concretamente son tres y en algún caso llegan incluso a algunos polígonos comerciales de la zona cero, como Sedaví, lo que permitirá a mucha gente del área metropolitana desplazarse a la capital para comprar o hacer otras gestiones. Los tres escalones de la Administración pública (Gobierno, Generalitat y ayuntamientos) intentan componer una red integral entre buses, metro y cercanías.

Vista de la destrozada estación de metro en Paiporta el pasado viernes, 1 de noviembre. Biel Aliño (EFE)

En la red de transportes que compete al Gobierno español, el ministro de Transportes, Óscar Puente, hacía el martes por la noche un repaso al estado a las redes de su competencia. En Cercanía de Renfe, los trabajos se centran en recuperar en el corto plazo las líneas C-1 (Valencia-Gandia) y C-2 (Valencia, Xàtiva, Moixent), mientras necesitará más tiempo la C-3 (Valencia, Buñol, Utiel), que está muy dañada, con 90 km de infraestructura arruinados, y un viaducto en Chiva que hay que reconstruir en su totalidad.

Desde el pasado fin de semana están en servicio la C5 y C6 de Cercanías Valencia, el Euromed Barcelona-Valencia y los trenes de media distancia entre Valencia-Castellón. Vinaròs y Valencia-Teruel-Zaragoza. La línea de alta velocidad entre Madrid y Valencia estará a pleno rendimiento el jueves o viernes de la próxima semana e incluso antes si avanzan más las labores de recuperación que son, sobre todo, la limpieza del barro. El ministerio se centrará en sustituir más de un kilómetro de vía en el túnel de Chiva.

En la red de carreteras, exceptuando el viaducto de la A-7 (vía de comunicación de todo el arco mediterráneo que soporta unos 100.000 vehículos diarios), la red de carreteras del Estado se encontrará “tal y como estabanantes de la dana”. En una entrevista en À punt, la televisión pública autonómica, el titular de Transportes se mostró la noche del martes “optimista a pesar de que los daños son muy importantes”. Además hay problemas graves en la A-7 y puntos muy dañados en la N-3, la A-330 y la A-323.

Para solucionar el problema en la A-7, el ministro ha explicado que se ha previsto un paso provisional a base de cajones de hormigón que sustituirá a un viaducto. Este paso estará abierto en siete días, una obra que supone “un alarde de ingeniería y una reacción sin precedentes y en tiempo récord”, expuso Puente.

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