In Memoriam

Adiós, Micaela, bailalunas

Micaela Torres, pedagoga, bailarina, directora fundadora del Conservatori Superior de Dansa Nacho Duato, fallece a los 87 años

Micaela Torres, en una imagen de de serie de retratos realizada por Eva Ripoll para su autobiografía 'Mi Danza Infinita'.Eva Ripoll

El pasado mes de enero Micaela Torres, bailarina y pedagoga, me mandó un texto que había escrito el día de Reyes, titulado Don Bailalunas. Quienes han convivido a menudo con ella saben que Don era su perrito, que había fallecido después de acompañarle quince años. Micaela comenzó 2024 con ganas de reactivar su vida, escribir, tocar el piano, soñar, y proyectar futuro con su nuevo compañero, Kai, un chihuahua muy joven. En esas ilusionantes cuartillas pude leer: ”No sé si Kai me llegó del cielo o de una llamada de amor a la confianza en la vida y en las personas que ya no puedo tener a mi lado porque se fueron a otro mundo”. Más adelante continuaba expresando: “En su pequeño tamaño esconde fuerza, agilidad, alegría, inmenso amor, y curiosamente también tranquilidad, cuando la necesitamos los dos”.

Micaela, que en su perfil profesional destaca por haber creado y dirigido en 2003 el Conservatori Superior de Dansa de València, cuenta en su autobiografía Mi danza infinita, publicada en 2021, cómo fue la última vez que subió a un escenario cuando cumplió 65 años. Actuó descalza, sin música, a palo seco –así se llamó la coreografía-. En el teatro Rialto se movió y voló al ritmo de los silencios y los versos de Rabindranath Tagore. “Corrí buscando y descubriendo el espacio escénico que tanto amaba”, recuerda en la página 157. “Hablé, recité, mi cuerpo y mis brazos se expresaron con los movimientos que brotaban sin cesar desde lo más profundo de mi ser libre y creador… ¡Gracias, danza, que me lo has dado todo en la vida!”.

Micaela este fin de semana ha interpretado otra coreografía muy diferente, su última danza eterna, ejerciendo los valores de libertad y amor que fueron su divisa en la vida. “Fuego en las entrañas y serenidad expresada”, así es como define en su libro el arte de la danza. “Dolor, guerra interior, angustia, desesperación, debilidad, fortaleza, amores, desamores, miedos, esperanzas… La lucha siempre”.

Ejerció de pionera en dignificar la danza en España como disciplina académica y universitaria y en reconocer su valor de creación artística que genera una profesión. Desde las primeras reuniones ministeriales, ya en democracia, en las que participó para regular el reconocimiento universitario de las disciplinas artísticas, hasta la reciente aprobación parlamentaria de una ley reguladora, ha transcurrido un largo período histórico en el que Micaela, acompañada de un valioso equipo docente, han ido mejorando las condiciones de esta enseñanza artística.

Era catedrática de carrera de música y artes escénicas, especialidad de danza clásica, titulada por el Institut del Teatre de Barcelona. Con el nombre artístico de Miky Torres se le conoció en su primera etapa profesional, en los años 60, ejerciendo de bailarina, pedagoga, docente y coreógrafa.

Se entregó a la docencia en escuelas privadas de la ciudad (creó L’Arabesque) y posteriormente accedió a los centros públicos de Valencia donde formó numerosas generaciones de bailarinas y bailarines valencianos. Fundó las formaciones artísticas Nova Dansa (1986-1992) y Joven Ballet de Valencia (1990-1992) para promover nuevas oportunidades profesionales para los bailarines.

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La docencia pública la inició en 1971 en el claustro de profesores del Conservatorio de Música y Declamación de Valencia. En 1984 fue nombrada vicedirectora de la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza, y diez años después directora del Conservatorio de Danza, al desdoblarse los estudios de arte dramático y danza. En 2003 se crea el Conservatori Superior de Dansa Nacho Duato, con rango universitario, del que es directora fundadora. Después de jubilarse fue profesora consultora de la Universidad Internacional de Valencia-VIU (2011).

Ha tenido reconocimientos institucionales por su participación en trabajos de investigación en la República Democrática Alemana y por proyectos artísticos desarrollados en Rusia. La publicación del libro Mi danza infinita. Autobiografía poética fue consecuencia de su afición literaria ejercida desde muy joven.

Adiós, Micaela, bailalunas. En la noche del pasado viernes al sábado te has ido a los 87 años ejerciendo tu libertad, plenamente consciente de que atravesabas la puerta de nuestra realidad conocida para dirigirte a un imaginario espacio de luz. Ha sido tu respuesta inteligente a un corazón traicionero que nunca te había avisado de este final.

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