Un animoso matador y un valiente novillero
Talavante, a hombros, y Nek Romero libran una tarde entretenida
La corrida se abrió con un noble, pastoso y pastueño toro, tan falto de fuerza como sobrado de bondad. De los que colaboran sin condiciones, de los que rinden bandera blanca desde que saltan al ruedo. Ante toro tan amigo, Talavante le anduvo sobrado, como si tal cosa. Cómodo, a gusto e incluso con cierto recreo en el toreo al natural. Porque esa faena la basó sobre el buen pitón izquierdo del toro. ...
La corrida se abrió con un noble, pastoso y pastueño toro, tan falto de fuerza como sobrado de bondad. De los que colaboran sin condiciones, de los que rinden bandera blanca desde que saltan al ruedo. Ante toro tan amigo, Talavante le anduvo sobrado, como si tal cosa. Cómodo, a gusto e incluso con cierto recreo en el toreo al natural. Porque esa faena la basó sobre el buen pitón izquierdo del toro. Talavante dibujó naturales limpios, pero a la cosa le faltaba emoción. No arrancó de verdad esa faena, porque al tendido llegaba el asunto con cierta frialdad.
Menos todavía con el segundo. Otro toro bien armado, también con las fuerzas muy medidas que, en este caso, no tuvo entrega en la muleta además de ponerse defensivo. Tampoco Talavante mostró mucha decisión en el embate, además de sufrir el desaire de un desarme, por lo que el asunto quedó pronto para el olvido.
Más bajo y mejor hechurado fue el tercero de Talavante. Otro astado de franca embestida que, como los anteriores, fue despachado en varas por mero trámite reglamentario. La faena de Talavante, iniciada de rodillas con poca limpieza pero su dosis de emoción, tuvo más galería que sustancia. Con la complicidad de un público a favor de corriente, todo fue un escaparate que acabó con derechazos mirando al tendido y un desplante a cuerpo limpio. Esta vez la presidencia se rindió al plebiscito general y premió con generosidad.
DOMINGO HERNÁNDEZ, GARCIGRANDE, FUENTE YMBRO / TALAVANTE, ROMERO
Toros de Garcigrande (2º, 4º y 5º) y uno de Domingo Hernández (1º), de correcta presentación, justos de fuerzas, muy dóciles, menos el quinto que no tuvo entrega. Dos novillos de Fuente Ymbro, bien presentados, nada fáciles para la muleta.
ALEJANDRO TALAVANTE: estocada (saludos); dos pinchazos y estocada (silencio); pinchazo y media (oreja); pinchazo y estocada (oreja).
NEK ROMERO: dos pinchazos y estocada _ aviso _ (oreja); pinchazo, estocada _ aviso _ y dos descabellos (saludos).
Plaza de Valencia, 8 de octubre. Corrida mixta. Segundo festejo del Día de la Comunitat Valenciana. Media.
Más compromiso de Talavante con el mansurrón quinto. Fue el toro que mejor se empleó en varas, empujando en las dos entradas, pero a la muleta llegó con cierto resabio, defendiendo su parcela y amagando con rajarse. Al tercer muletazo el toro se llevó por delante a Talavante, que en esta faena no volvió la cara. Con mayor compromiso, dejando que el toro le llegara muy de cerca, la faena no fue brillante pero sí tuvo mérito. Siempre habilidoso, Talavante se descaró al final de la faena con cites muy de frente para librar naturales más efectivos que profundos.
No fue fácil el primero de los novillos. Por codicia, por listeza, porque no se dejaba convencer sin que Nek Romero apostara con valor. Este de Fuente Ymbro, feo de hechuras, muy estrecho de sienes y cornalón, fue pronto desde que asomó por toriles. Con el capote Romero se destapó con variedad, versátil, desde los lances de recibo en combinación con chicuelinas y la revolera de remate. También un quite de frente por detrás, menos limpio pero con tilde de emoción. Sin calentamiento alguno, Nek Romero lo recibió en los medios con la muleta. La faena tuvo más de emoción que otra cosa. De cerca, provocativo siempre, el valenciano plantó cara a novillo que no vendió barata su embestida. Al salir de un muletazo el de Fuente Ymbro vio presa fácil y se llevó por delante a Romero, en una voltereta aparatosa pero sin mayores. De cerca, con la muleta por pantalla panorámica, Nek Romero acabó por bernadinas una labor decida y valiente. Meritoria a novillo con bastante que torear.
Complicado y con peligro el sexto de la tarde, que siempre estuvo pendiente del torero más que de la muleta. A la embestida seca y topona del novillo, respondió Nek Romero también con valor seco. Aguantó miradas de poco amigo, le consintió, aunque cualquier intento de lucimiento se frustraba por la nula entrega de un novillo que no terminaba de pasar. La emoción esta vez si subió a los tendidos y el valenciano puso empeño y valor del auténtico, lo que pedía la ocasión. Cumplió con creces.