Cierra el Navas, el último cine de gran pantalla de Alicante
La sala, ubicada en el centro de la ciudad, se convertirá en un restaurante tras su desmantelamiento, dos años después de la última sesión, justo antes del confinamiento
El goteo es constante y dura ya tres días. Una cuadrilla de trabajadores ha ido desmontando y acumulando en camionetas centenares de butacas, en grupos de tres o cuatro. Posteriormente, le ha llegado el turno al material eléctrico y todos los elementos metálicos. Finalmente, de la sala del cine Navas de Alicante, el más antiguo de la ciudad, han salido el viejo proyector de celuloide, otro más moderno y digital y la enorme pantalla, replegada, que lo convirtió en el único superviviente del viejo formato de los cines de sala ...
El goteo es constante y dura ya tres días. Una cuadrilla de trabajadores ha ido desmontando y acumulando en camionetas centenares de butacas, en grupos de tres o cuatro. Posteriormente, le ha llegado el turno al material eléctrico y todos los elementos metálicos. Finalmente, de la sala del cine Navas de Alicante, el más antiguo de la ciudad, han salido el viejo proyector de celuloide, otro más moderno y digital y la enorme pantalla, replegada, que lo convirtió en el único superviviente del viejo formato de los cines de sala única y situados en pleno casco urbano. El Navas, con apenas 43 años de vida, se desvanece ante la atenta mirada de los empleados y clientes del bingo y la cafetería que lo flanqueaban, que han visto pasar el último ejemplar de cine clásico mientras echaban caladas a sus cigarrillos y sorbían un café. Su esqueleto vacío dará paso a un restaurante.
El Navas, que tomó el nombre de la calle en que se ubicó, la de las Navas de Tolosa, en el centro de Alicante, no ha podido sobrevivir a la pandemia. Cerró con el confinamiento de marzo de 2020, señalan fuentes de la empresa propietaria, Vicente Espadas SA, y ya no despertó. Apenas dio unas últimas boqueadas con preestrenos patrocinados diseminados en los últimos dos años, pero las nuevas costumbres de los aficionados y las demandas estructurales han podido con él. La sala era amplia, llegó a albergar unas 800 butacas en sus mejores momentos. También supo adaptar su confortabilidad, tras bajar el aforo a unos 650 espectadores, con asientos más cómodos y pasillos más anchos. Pero desde la entrada, una vez pasado el bar de las palomitas y los refrescos, había que subir una escalera. Y al otro lado, para acceder a los aseos, otra escalera impedía la accesibilidad total.
Construido a finales de los 70, con un proyecto firmado por los arquitectos Guillermo López y Miguel Ángel Villar, el Navas respondió a un momento en el que el cine había dejado de ser el espectáculo grandioso de su época dorada y todavía estaba lejos su reconversión hacia las multisalas de centros comerciales. Fue inaugurado en junio de 1979, con la proyección de El expreso de medianoche, de Alan Parker. Nunca tuvo marquesinas para carteles de grandes proporciones. Tampoco aparcamiento gratuito y una antesala repleta de restaurantes de comida rápida. No era el espacio que busca el público mayoritario, joven, para los estrenos de grandes superproducciones. Aunque sí se hizo un hueco para la otra porción importante de clientes, los mayores que buscan un cine más minoritario e intimista.
Asistió al descalabro del cambio de siglo, en el que cerró toda su competencia del centro urbano de la ciudad. Llegó a albergar un año, en 2007, la sede de la Filmoteca Valenciana en Alicante. Y continuó con proyecciones de películas como El escándalo (Bombshell), de Jay Roach, o 1917, de Sam Mendes, algunos de los últimos títulos que precedieron a su cierre, justo el fin de semana en el que Pedro Sánchez anunció el toque de queda del confinamiento pandémico, a mediados de marzo de 2020. Su destino final, una vez liberado el espacio de unos mil metros cuadrados que ocupaba la sala desmantelada, será convertirse en un restaurante, avanzan fuentes de la exhibidora, Este periódico ha tratado de ponerse en contacto en repetidas ocasiones con el propietario, Vicente Espadas, sin obtener respuesta.
Los cinéfilos alicantinos quedan ahora a merced de dos ofertas radicalmente diferentes. Subsisten las tres salas de los multicines Aana, también de la misma empresa, en el centro, a unos cien metros del ya desaparecido Navas. Pero copan prácticamente la cartelera los Kinepolis del centro comercial Plaza Mar 2 y los Yelmo del complejo Puerta de Alicante. Las multisalas que Cinesa tenía en un centro de ocio en el puerto, Panoramis, también sucumbieron a la pandemia.