Sexo, locura, perfume y muerte; qué hacer en un fin de semana de agosto
Barcelona Se Sale revisa los cuatro museos más insólitos para visitar en una ciudad transformada por las vacaciones
Nada puede colmar la desazón vital – o directamente la envidia- que supone trabajar en pleno mes de agosto mientras en cualquier punto de Barcelona continúa la invasión de turistas. Si no puedes con el enemigo solo cabe unirse a él. Playa, bares, fiesta… eso está bien, pero cuando uno viaja fuera de casa tiene que -por lo menos- intentar entrar en algún museo para disimular el zoquete que todos llevamos dentro. Este fin de semana podemos compensar, a medias, nuestras ansias de libertad y visitar cuatro museos insólitos que no nos exprimirán, demasiado, las tres acaloradas neuronas con las que ...
Nada puede colmar la desazón vital – o directamente la envidia- que supone trabajar en pleno mes de agosto mientras en cualquier punto de Barcelona continúa la invasión de turistas. Si no puedes con el enemigo solo cabe unirse a él. Playa, bares, fiesta… eso está bien, pero cuando uno viaja fuera de casa tiene que -por lo menos- intentar entrar en algún museo para disimular el zoquete que todos llevamos dentro. Este fin de semana podemos compensar, a medias, nuestras ansias de libertad y visitar cuatro museos insólitos que no nos exprimirán, demasiado, las tres acaloradas neuronas con las que pretendemos arrastrarnos hasta el fin de este mes creado para las vacaciones.
Museo de L’Eròtica Barcelona (Comenzamos fuertes)
El Museo de la Eròtica ofrece un recorrido histórico y cultural sobre la influencia del erotismo en todas las épocas. La propuesta comienza con el Paleolítico Superior pasando por Egipto, Grecia, Roma, Pompeia… El recorrido no es acto para conservadores de mente y está salpimentado con ilustraciones del Kamasutra, cinturones de castidad, videos de los cortometrajes pornográficos que se encargaron para la colección privada de Alfonso XIII o, incluso, las sillas del placer donde se reúnen el misterio, el morbo y la auténtica perversión. La Rambla, 96 (Entrada General 12 euros).
Colección de carrozas fúnebres (porque todo tiene un punto y final)
El Cementerio de Montjuïc esconde 13 carrozas fúnebres que fueron utilizadas durante más de 90 años, en Barcelona, para trasladar a los difuntos hasta los camposantos. En el siglo XIX comenzaron a oficiarse entierros fuera de los camposantos de las iglesias por lo que apareció un nuevo oficio: los portadores de difuntos. En 1835 el Ayuntamiento de Barcelona impuso la obligación de utilizar carruajes para trasladar a los fallecidos a los cementerios. A partir de entonces, comenzaron a adecuarse carrozas a las que se recargó de ornamentos artísticos acabaron convirtiéndose en uno de los símbolos del poder político y económico del difunto que transportaban. Entre las carrozas destacan la Grand Doumont, que se utilizó en Madrid para trasladar el cadáver del torero Joselito; la Imperial, que se utilizó en el entierro del alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván o la carroza Estufa, (cerrada y con grandes vidrios) que se utilizó en los entierros de Santiado Rusiñol o Enric Prat de la Riba. Mare de Déu de Port, 56-58 (Acceso por Ronda Litoral, Salida 13) (Gratis)
Paradox Museum (La constatación de que el cerebro engaña)
El Paradox Museum Barcelona inaugurado este 2023 en la capital catalana ofrece 70 exposiciones inmersivas e interactivas basadas en las ilusiones ópticas a partir de espacios creados. El visitante puede hacerse mil y una fotografías que –la mercadotecnia manda- posteriormente colgará en las redes sociales sirviendo de publicidad y reclamo para nuevos visitantes. El museo está dividido en decorados con los que engañar a nuestro propio cerebro. Plaza Urquinaona 3 (Entrada General 18 euros).
Museo del Perfume (La colección escondida)
Este puede que sea uno de los museos más escondidos de la ciudad. Está tan oculto que tiene hasta instrucciones para llegar a la instalación, tal y como indica la página web del museo: “Tiene que acercarse al paseo de Gràcia 39, en el centro de Barcelona, y entrar en la Perfumería Regia. Cualquiera de nuestras dependientas le acompañará muy amablemente hasta la puerta de nuestro museo. No dude en preguntar todo aquello que le resulte de interés y comprobará que, detrás de cada frasco, recipiente o polvera, hay un trocito de nuestra historia, una historia para contar”. Dentro de la instalación hay vitrinas con 5.000 recipientes de colonias y perfumes de todas las épocas y culturas. Paseo de Gràcia 39. (Entrada General 5 euros).
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