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¿Quién mató al bar Paco?

La extrema derecha continúa con su estrategia tramposa de enfrentar autóctonos con extranjeros, utilizando elementos de la realidad para reforzar su idea de que los primeros están siendo expulsados por los segundos

Si usted es una persona que no acaba de entender el concepto del Gran Reemplazo o simplemente no se traga que exista una estrategia que tiene como objetivo acabar con la población autóctona europea para sustituirla por extranjeros, principalmente musulmanes, los concejales de Vox tienen para usted el arma definitiva: unos vídeos en los que van recorriendo calles de distintos municipios de Cataluña, señalando a los comercios en función del origen geográfico de sus dueños. “Menos pakis y más comercios” es el lema de la campaña, que trae ecos de escaparates con estrellas de David pintadas al lado...

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Si usted es una persona que no acaba de entender el concepto del Gran Reemplazo o simplemente no se traga que exista una estrategia que tiene como objetivo acabar con la población autóctona europea para sustituirla por extranjeros, principalmente musulmanes, los concejales de Vox tienen para usted el arma definitiva: unos vídeos en los que van recorriendo calles de distintos municipios de Cataluña, señalando a los comercios en función del origen geográfico de sus dueños. “Menos pakis y más comercios” es el lema de la campaña, que trae ecos de escaparates con estrellas de David pintadas al lado de la palabra “juden”.

La extrema derecha continúa con su estrategia tramposa de enfrentar a los autóctonos con los extranjeros, utilizando elementos de la realidad para reforzar machaconamente su idea de que los primeros están siendo expulsados por los segundos y que, obviamente, hay que tomar medidas para remediarlo. De momento no hablan (aun) de asaltar los comercios de los extranjeros, pero ya han empezado a señalarlos, a pintarles, ni que sea digitalmente, el escaparate.

Vox se sirve de algo que cualquiera puede observar. Nuestras calles y nuestros barrios han cambiado en los últimos años. Cada vez hay más comercios regentados por personas que no han nacido aquí y, por lo general, cada vez hay menos comercios, sobre todo en los barrios. Nos ha cambiado el paisaje. Es algo evidente. Pero Vox agarra esa evidencia para colar su mensaje racista, para inocular el miedo y la rabia, sus caballos de batalla.

Y lo hace con una trampa, un truco racista de mago de tercera. La idea es simple: “los chinos” están ocupando nuestros bares de toda la vida y están llenando de bazares nuestras calles, las carnicerías halal remplazan las “de toda la vida”, donde estaba la zapatería de siempre ahora hay un locutorio y la panadería donde compraba tu abuela una cadena de “degustación”.

Todo esto es cierto, pero no obedece a un plan diabólico. En algunos casos se trata de dinámicas sociales positivas: los hijos de Paco no se han querido quedar con el bar de su padre porque fueron a la universidad, trabajan en una oficina y no tienen ningún interés en trabajar más de doce horas seguidas todos los días de la semana. A Feng, en cambio, le parece una buena opción. Es posible que sus hijos, cuando tengan la edad, ya no quieran trabajar en el bar.

Pero también hay otras dinámicas, menos positivas. Y es que en los últimos años se ha producido un proceso de laminación del tejido comercial de los barrios, de donde han desaparecido todo tipo de tiendas, dejando nuestras calles más oscuras, más muertas, inseguras. Fundidas a negro si no fuera, paradoja, por los bazares y los colmados regentados por… extranjeros.

¿Quién es entonces el culpable de la desaparición de “nuestras” tiendas? Pues son las grandes cadenas y las plataformas de comercio online. Pero de esto, curiosamente, nada se dice en los patrióticos vídeos de los chicos de Vox.

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