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El ballet Giselle vuelve al Liceu 15 años después de su última representación

La compañía bávara Bayerisches Staatsballett interpreta el ballet romántico con coreografía de Peter Wright

El Gran Teatre del Liceu vivirá este martes y mañana unas jornadas de ajetreo en las que convivirán, por unas horas, el frondoso bosque y las cabañas de Giselle con el sol gigante de la ópera Akhnaten de Philip Glass. El Liceu abre así la temporada de danza con uno de los ballets clásicos más célebres de la mano de la compañía bávara Bayerisches Staatsballett, integrada por 62 bailarines de una veintena de nacionalidades. El citado ballet romántico regresa al Liceu por primera vez en 15 años desde su última representación en 2010 y estará en cartel otras cuatro funciones desde este jueves hasta el domingo.

Con música de Adolphe Adam, Giselle está considerado uno de los ballets clásicos por excelencia junto a El lago de los cisnes, La bella durmiente o El Quijote. El director lituano Robertas Šervenikas dirigirá a la Orquesta Sinfónica del Liceu. Ambientada en un escenario bucólico, Giselle narra la historia de una joven campesina, de frágil salud, que se enamora de Albrecht, un noble que se hace pasar por un campesino y que la corteja, aunque ya está comprometido. Cuando descubre el engaño, Giselle muere y se convierte en wili, unos espíritus vengativos de las mujeres que han fallecido antes de contraer matrimonio y que atraen con su danza a los hombres hasta la muerte.

La bondad de Giselle y su amor salvará y liberará a Albrecht de morir. La obra, de tres horas de duración, cuenta con dos partes: la primera muestra el bosque con las casas de madera y la segunda el cementerio con la luz azulada, la luna llena, la cruz y las bailarinas vestidas con largos tutús y velos de novia cubriéndoles el rostro que acentúan la imagen fantasmagórica. Fundada en 1990, la compañía está dirigida por Laurent Hillaire, antiguo bailarín de la Ópera de París, integrada por 62 bailarines de una veintena de nacionalidades. Este lunes el ballet hizo su ensayo general en el Liceu.

Tras Giselle, el Liceu ha programado otros cuatro espectáculos de danza para esta temporada. Bajo el reclamo de Petipa a Balachine, organizada por el teatro y producida por el Ballet de Catalunya, el teatro volverá a acoger la Gran Gala de Danza o de las etoiles. El 9 y 10 de noviembre la gala reunirá a los primeros bailarines del teatro Bolshoi, del Royal Ballet, del Mariinski o del English National Ballet. En enero, la artista serbia, Marina Abramović, considerada la madre de la performance, presenta su espectáculo Balkan erotik epic que se representará cinco funciones. En abril, el Liceu acogerá Nijinsky creado por el coreógrafo John Neumeier del Ballet de Hamburgo en homenaje a la figura del bailarín ruso que se convirtió en una leyenda pese a su corta carrera de 10 años, rota abruptamente por la enfermedad.

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