El Pirineo se sube a la ola de protestas contra la falta de vivienda asequible
Alrededor de 1.500 personas, según los Mossos d’Esquadra, y 40 entidades protestan en la Seu d’Urgell durante el puente de la Purísima para reclamar medidas contra la turistificación y gentrificación de las comarcas de montaña
El Pirineo catalán también se planta contra la falta de vivienda asequible tras la multitudinaria manifestación de Barcelona del pasado 23 de noviembre. Una cuarentena de entidades aglutinadas bajo la organización Pirineu Viu se han concentrado este viernes en la Seu d’Urgell (Lleida) para protestar contra las elevadas tasas de pisos turísticos y segundas residencias, que rozan el 65% de media en la zona, según datos del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat). Los organizadores han elegido el puente de la Purísima porque es la fecha que da inicio a la temporada de invierno y reúne el mayor grueso de turismo de montaña del año. “El Pirineo está secuestrado por la especulación inmobiliaria. A la Generalitat y a los ayuntamientos les pedimos tres cosas: regulación inmediata de los alquileres, limitación de las segundas residencias y paralizar todos los desahucios en el territorio”, ha reclamado Bernat Lavaquiol, portavoz de Pirineu Viu.
Un millar de personas, 1.500 según los Mossos d’Esquadra, han participado en la protesta, una cifra destacable en una zona poco poblada. En un principio la marcha caminaba en dirección al Ayuntamiento, pero finalmente se han desviado para cortar la carretera que une la Seu d’Urgell con Andorra. Esto ha provocado largas colas a la entrada del municipio, ya que se han detenido justo en el cruce entre la N-145 y el Eje Pirenaico que conecta con la Cerdanya. Un grupo de tractores se ha sumado a la columna para dar apoyo a la manifestación y denunciar el modelo de monocultivo turístico y los bajos salarios anuales que, en cifras del Idescat, en el Alt Pirineu y Aran está en 21.200 euros netos, por debajo de la media catalana. Cuatro tractores de la Unió de Pagesos ha contribuido al corte del tráfico y su portavoz, Laia Angrill, ha leído el manifiesto del colectivo: “Cuando se autoriza la construcción de segundas residencias en nuestros prados, nos afecta directamente. La comarca más envejecida de Cataluña, el Alt Urgell, es un reflejo del abandono de los pueblos, que son ya 1.700 en todo el territorio catalán”, ha leído. La organización ha anunciado protestas similares durante la campaña de invierno y no han renunciado a acciones más contundentes en el territorio.
El ambiente ha sido festivo, con actividades en el Ateneu de la Seu, que han empezado al mediodía con intervenciones del grupo ecologista francés Soulèvements de la terre, comidas populares y talleres de pancartas. Algunas de ellas con contundentes mensajes como “En el Pirineo no puedo ni abortar ni pagar el alquiler” o “Los ricos y caciques nos quitan techo y camas”. Hacia las 18.00 y al ritmo de los tambores, la columna, con el Sindicat de Llogateres de Cerdanya, Alt Urgell y Pallars Sobirà al frente, ha empezado a marchar hacia el Ayuntamiento, además de la Coordinadora de l’Habitatge de Andorra.
Muchos de los participantes han sido jóvenes que se han visto forzados a irse de sus pueblos por la falta de oportunidades laborales. La fuga de talento joven se ha consolidado en los territorios de montaña desde hace dos décadas y los que todavía residen encuentran dificultades para acceder a una vivienda asequible. “Las opciones formativas son muy limitadas. Hasta hace dos años no teníamos ninguna opción universitaria. No hay formación relacionada con los servicios públicos, está todo enfocado al turismo. Nos vemos obligados a irnos a estudiar a las grandes ciudades y el retorno es imposible”, ha remarcado Pol Oliva, residente en el Pallars Jussà (Lleida).
En la Vall d’Aran, el 63% de las viviendas son de uso turístico. Y la comarca de la Cerdanya es la más perjudicada por el fenómeno de las segundas residencias, que en los municipios de Alp, Fontanals o La Molina superan el 80%. Solo por detrás del Barcelonès, la Cerdanya es la comarca con el precio del metro cuadrado más alto de Cataluña y supera ya los 2.500 euros de media.
El turismo se ha convertido en la principal fuente de ingresos del Alt Pirineu y representa más del 70% del PIB en todas sus comarcas, según las estadísticas del Idescat. “La industria turística, aunque aparentemente es el motor económico del Pirineo, ha creado un decorado que favorece la especulación y genera riqueza para unos pocos a costa de la mayoría. Mientras, las personas que vivimos aquí sufrimos los efectos de un mercado inmobiliario descontrolado”, ha leído el manifiesto al final de la convocatoria.