El misterio de las 31 tiendas de telefonía de la calle Sant Pau de Barcelona

La gran concentración de comercios de móviles en una misma vía del Raval despierta sospechas de los vecinos pese a que la policía asegura no haber detectado irregularidades

Apple Doctor en la calle Sant Pau.Albert Garcia

Apple Doctor, Ultradigital, Mobile Corner, Amazing Phone House, Doctor Mobile… son solo algunos de los nombres de negocios -dedicados a la venta y reparación de teléfonos- que constituyen el monocultivo comercial de la calle Sant Pau en Barcelona. Esta vía peatonal nace en la Rambla – justo al lado del Liceu- y muere en la avenida Paral·lel. En estos 800 metros de calle se concentran buena parte de las necesidades del barrio del Raval. ...

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Apple Doctor, Ultradigital, Mobile Corner, Amazing Phone House, Doctor Mobile… son solo algunos de los nombres de negocios -dedicados a la venta y reparación de teléfonos- que constituyen el monocultivo comercial de la calle Sant Pau en Barcelona. Esta vía peatonal nace en la Rambla – justo al lado del Liceu- y muere en la avenida Paral·lel. En estos 800 metros de calle se concentran buena parte de las necesidades del barrio del Raval. Además, solo en 400 metros de esta vía- el tramo que va desde el Liceu hasta la rambla del Raval- la gran mayoría de comercios, hasta 31, son tiendas de venta y reparación de móviles, todas ellas regentadas por empresarios de origen pakistaní y con trabajadores de la misma nacionalidad. Si a esos 400 metros se le suman los poco más de 200 metros que se extienden por la calle Robadors, Sant Rafael y Nou de Sadurní (calles aledañas a Sant Pau) el número de negocios de telefonía aumenta hasta los 42. Locales instalados pared con pared y que en la mayoría de ocasiones están vacíos de clientes. ¿Por qué hay tantos negocios de telefonía móvil regentados por personas de la misma nacionalidad en una misma calle? ¿Cómo pueden subsistir? La pregunta llevan años haciéndosela muchos vecinos de la calle, que muestran su desconfianza sobre la verdadera naturaleza del negocio: “Todas las tiendas se dedican a lo mismo y siempre están vacías. No se entiende cómo pagan alquileres y se sacan un jornal”. Pese a esa sospecha vecinal de irregularidades, ninguna investigación policial ha concluido que esos negocios comentan ilegalidad alguna.

“Nos ganamos la vida así”, explica sin dar muchos detalles uno de los trabajadores de la calle al ser preguntado por la aparente falta de clientes y la exacerbada competencia que ejercen entre ellos. En la calle Sant Pau la única contestación que se obtiene por parte de alguno de los responsables es: “Hay mucho trabajo”. En 2018 los Mossos d’Esquadra detectaron que en un piso de la calle Sant Pau se desactivaban teléfonos robados. Era una especie de agujero negro donde la señal de los móviles robados desaparecía antes de enviarlos a Marruecos y Argelia. Aún así, la actividad delictiva llevada a cabo en este piso no se pudo relacionar con los negocios en plena calle. Los Mossos d’Esquadra no han abierto ninguna investigación en estas tiendas ni tienen constancia de que existan de denuncias sobre ellas. La Guardia Urbana en algún momento sí sospechó que la actividad que podía haber detrás de estos negocios era el blanqueo de capitales y la receptación (venta de mercancía robada). Fuentes policiales aseguran que hace, “muchísimos años”, sí que se había detectado algún tipo de actividad delictiva pero ya hace tiempo que no. “Hacemos inspecciones de manera muy periódica, algunas de ellas acompañados por funcionarios de trabajo y de hacienda. No hemos detectado ninguna actividad delincuencial o incumplimientos de normativas que sean destacables”, asegura el agente.

Una portavoz del Ayuntamiento de Barcelona advierte que las normativas autonómicas, estatales y europeas permiten a estos negocios abrir “solo con la comunicación previa” y después el Consistorio es el encargado de realizar las inspecciones para asegurar que no haya irregularidades. “Creemos que se dedican, básicamente, a desguazar y despiezar móviles. Compran piezas y obtienen márgenes muy importantes”, explica uno de los agentes de la Guardia Urbana que más inspecciones ha efectuado en Sant Pau.

Negocios de telefonía móvilAlbert Garcia

Jordi Bordas es el gerente del Eix Comecial Raval, la entidad que aglutina las tiendas de proximidad del barrio. Bordas destaca que el barrio siempre ha sido “la puerta de entrada a Barcelona” de colectivos de migrantes que se instalan en el barrio y abren sus negocios en el centro de Barcelona. “La mensualidad media de un local en alquiler en la calle Sant Pau es de 2.000 euros. Los que llevamos años en el barrio creemos que el negocio es el de la venta de tarjetas de datos de telefonía e Internet. Son tarjetas que venden a sus propios compatriotas para hacer llamadas a su país”, asegura Bordas. Años atrás compraban teléfonos y los vendían en Inglaterra, según el gerente, pero eso ha cambiado: “También se han especializado en la reparación de teléfonos móviles y ordenadores. Con eso y con las tarjetas de datos se ganan la vida”.

Mohammad Iqbal Chaudhry es uno de los portavoces de la comunidad paquistaní en el Raval. Conoce cuál ha sido el recorrido de sus compatriotas y, de hecho, también es empresario. “Antes de los negocios de teléfonos teníamos locutorios que se transformaron en tiendas de internet por horas y fotocopias y que, al final, se han convertido en tiendas de móviles”, defiende. Iqbal mantiene que la comunidad se ha especializado tanto en la reparación que muchos migrantes han estudiado, en su país de origen, con la intención de montar tiendas de telefonía en Europa. “Hay padres que obligan a sus hijos a estudiar mecánica de móviles para luego enviarles a España a trabajar”, admite.

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Berta Güell es una investigadora en el área de migraciones del Cidob (Barcelona Centre for International Affairs) y lleva años estudiando la comunidad pakistaní. “La concentración de negocios en la calle Sant Pau fue parte de mi tesis doctoral. Son negocios de venta al por mayor y proveen a tiendas de toda Europa”, aclara Güell. La investigadora asegura que los paquistanís se han especializado en dar servicios de reparación mucho más económicos que los de telefonía de las compañías oficiales y, además, están conectados con proveedores de piezas chinos que les abaratan el coste de las reparaciones.

DVD 1183 17/10/23. Barcelona. Tiendas de telefonia en la calle Sant Pau. [ALBERT GARCIA] EL PAISAlbert Garcia

La dedicación al comercio al por mayor resolvería el enigma de, por qué, la mayoría de los comercios no tienen clientes en el interior. Todavía queda la duda de por qué hay 42 tiendas, pared con pared, en pocos metros de calles. “La concentración les ayuda a actuar como clúster de empresas de tal forma que, si alguien quiere arreglar el móvil, o solicitar piezas, sabe que tiene que ir a la calle Sant Pau”, concluye Güell. La investigadora mantiene que es tal la concentración de negocios que incluso atraen trabajadores técnicos de la reparación de móviles de otras ciudades.

En 1904 el actor Lluís Millà abrió en el número 21 de la calle Sant Pau la Librería y editorial Millà especializada en teatro y llegándose a convertir en el negocio de referencia en obras escénicas. La familia Millà mantuvo el negocio hasta 2014 cuando cerró definitivamente la persiana. Hoy se conserva el cartel original de la librería y justo debajo un nuevo rótulo de la actividad que se desarrolla en el local desde su cierre: “Amazing Phone House. Venta, accesorios y reparación de móviles”.

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