Un vecino de Montmeló tras el atropello múltiple de tren: “Hemos pedido más de una vez que lo vallen”

Las cuatro víctimas, de entre 19 y 22 años, cruzaron por un punto no autorizado a través de una urbanización, que se prevé apantallar, según ha explicado el alcalde

La policía científica trabaja en la zona del atropello del accidente, acordonada por los Mossos.Kike Rincón

A medianoche, las calles de la urbanización de Can Tabola en Montmeló (Barcelona) seguían cortadas. Un equipo de la policía científica de los Mossos continuaba sobre el terreno, recogiendo pruebas del atropello en el que murieron cuatro personas: dos jóvenes de 22 años, otra de 19, y un chico de 21. Otras tres resultaron heridas leves, con ataques de ansiedad ante la tragedia. Horas después, Vicente observaba las tareas de investigaci...

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A medianoche, las calles de la urbanización de Can Tabola en Montmeló (Barcelona) seguían cortadas. Un equipo de la policía científica de los Mossos continuaba sobre el terreno, recogiendo pruebas del atropello en el que murieron cuatro personas: dos jóvenes de 22 años, otra de 19, y un chico de 21. Otras tres resultaron heridas leves, con ataques de ansiedad ante la tragedia. Horas después, Vicente observaba las tareas de investigación de la policía desde la puerta de su casa, la última antes de llegar a los arbustos que preceden al montículo de tierra que separan la urbanización de la vía del tren por donde cruzaron, en un punto no autorizado. “Hemos pedido más de una vez que lo vallen”, contó el hombre. Al otro lado, solo hay campo, por el que los jóvenes creyeron que llegarían al Duro Festival, de música Techno. El alcalde de Montmeló, Pere Rodríguez, ha explicado este lunes que el proyecto de las obras en curso de la línea R3 de Cercanías prevé poner pantallas de vallado en el lugar del accidente.

Las vías del tren cruzan Montmeló, y los vecinos conocen perfectamente la zona. En la urbanización de Can Tabola, existe un vallado que separa las vías del tren de las casas relativamente reciente, asegura Vicente. Pero quedan tramos abiertos. Algunos, como Alberto Serrano, buscan espárragos junto a los raíles. “Es un peligro”, admite él mismo, que más de una vez ha visto como el tren le pasaba por al lado, pitaba, o incluso “paraba”. En algunos puntos, la vía del tren está a nivel, sin nada que impida pasar de un lado a otro. “Pero no lleva a ningún sitio”, cuenta Serrano, que reconoce la temeridad de caminar por allí. El lugar por donde cruzaron los jóvenes es además una curva, con poca o nula visibilidad. “No lo vieron venir”, lamentan fuentes policiales, sobre la negligencia.

El alcalde de la ciudad, conocida por albergar el Circuit de Catalunya donde se celebra la Fórmula 1, Pere Rodríguez, ha detallado que la investigación apunta a que el grupo de siete jóvenes, amigos de Madrid y Barcelona, se bajaron del tren en la estación de Cercanías de Montmeló, y de ahí se fueron hacia la zona del circuito por el camino de tierra de la urbanización de Can Tabola. El alcalde de la ciudad está convencido de que los jóvenes “no sabían dónde estaban” y tomaron lo que creían un atajo para llegar al festival que en realidad solo daba a campos. A unos 100 metros, tenían un puente que les hubiese permitido llegar a la zona, ha lamentado, sobre la desgracia, ocurrida de noche en un lugar sin iluminación ni visibilidad

Los tres supervivientes fueron quienes avisaron al 112 de lo ocurrido. Después les trasladaron al hospital de Mollet del Vallès (Barcelona), donde recibieron atención psicológica por el estado de nervios en el que se encontraban. El conductor del convoy de la línea R3 también recibió asistencia psicológica después del atropello mortal, y dio negativo en el control de alcoholemia. Ninguno de los 170 pasajeros que viajaban en el tren en el momento del accidente necesitaron atención médica.

El tren permaneció más de una hora y media parado, con todos los pasajeros dentro porque el desnivel impedía un desalojo seguro a pie. De fondo, seguían tronando los altavoces del Duro Festival, que congregó a unas 15.000 personas. La policía consideró que no era conveniente desalojarlos, ya que muchos habían llegado en transporte público y no tendrían como regresar. Algunos de los jóvenes seguían bailando ajenos a la desgracia. Otros se la encontraban de frente al toparse con los medios de comunicación y preguntar qué pasaba. También en algunos casos fueron unos padres, preocupados, que al ver las noticias del atropello llamaron a sus hijos para comprobar que se encontraban bien. “Estamos en shock”, reconoció afectada una pareja de chavales, sentados en uno de los puentes, escuchando las conexiones en directo de los medios de comunicación.

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Montmeló ha declarado tres días de luto por la muerte de los jóvenes y ha celebrado un minuto de silencio el mediodía de este lunes, al que ha asistido también la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, quien también se ha referido al vallado de las vías. “Trabajamos porque nuestras vías sean seguras, pero está claro en que los pasos que no están señalizados no se pueden cometer imprudencias”.

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