El jurado declara culpable al acusado del triple crimen de Barcelona y descarta una enfermedad mental

Los ciudadanos rechazan que John Musetescu tuviera alteradas sus capacidades por una alteración psíquica o por el consumo de drogas cuando mató a tres personas en Ciutat Vella en enero de 2020

John Musetescu Werberg, en la primera sesión del juicio por los tres asesinatos que cometió en Barcelona.Albert Garcia

El jurado popular ha declarado a John Musetescu Werberg culpable, por unanimidad, de los tres crímenes de los que estaba acusado. Apenas dos días después de la última sesión del juicio, los nueve ciudadanos ...

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El jurado popular ha declarado a John Musetescu Werberg culpable, por unanimidad, de los tres crímenes de los que estaba acusado. Apenas dos días después de la última sesión del juicio, los nueve ciudadanos han asumido todas las tesis de la Fiscalía, que acusaba a Musetescu de dos asesinatos y un homicidio cometidos en Barcelona en apenas una hora. El jurado ha descartado que el acusado tuviera alteradas sus capacidades por una enfermedad mental o por el consumo de drogas, por lo que no podrá disfrutar de ninguna atenuante o eximente que le permita rebajar la pena.

Los hechos ocurrieron el 20 de enero de 2020. Musetescu se encontraba en el piso de un chico, Héctor Núñez, al que había conocido a su llegada a Barcelona una semana antes. Por causas que se desconocen, el acusado, de origen sueco, le asestó más de 200 puñaladas y le asfixió. El jurado señala que causó un “sufrimiento innecesario” a la víctima, que no tuvo oportunidad de defenderse. Musetescu prendió fuego a la vivienda para deshacerse del cadáver y saltó a la calle desde el balcón. En su huida, según declara también probado el jurado, mató a otras dos personas: Concepción Rosa Díaz, de 77 años, y David Caminada, de 52.

Una de las claves del juicio era determinar si Musetescu actuó con las facultades anuladas o alteradas. El hombre, que tiene ahora 32 años, sufrió episodios de depresión y ansiedad en Suecia desde al menos 2017 y consta un historial médico-psiquiátrico en ese país. Los forenses, sin embargo, determinaron que no padece ninguna enfermedad mental grave que altere su percepción de la realidad. El jurado ha dado credibilidad a esa versión y concluye que Musetescu “no tenía sus facultades de querer y entender plenamente anuladas a causa de una alteración psíquica”. El jurado remarca que “no ha padecido ninguna enfermedad mental grave” y que, de haber existido, habría quedado reflejada en algún informe psiquiátrico de Suecia.

El jurado tampoco compra la idea, sostenida por la defensa, de que tuvo totalmente anulada su capacidad por el consumo de drogas, pese a que es cierto que había consumido cocaína en el domicilio de Núñez. En todo caso, una persona que no estuviera en condiciones “no sería capaz de bajar por la fachada de un tercer piso con la coordinación y agilidad” con que lo hizo Musetescu al huir de las llamas que él mismo había provocado, y tampoco de “circular con bicicleta y motocicleta” como lo hizo por las callejuelas del barrio de la Ribera de Barcelona hasta las inmediaciones de la plaza de Sant Jaume, donde finalmente fue detenido.

Solo uno de los miembros del jurado ha considerado que sí tenía “levemente” alteradas sus capacidades tanto por alteración mental como por consumo de drogas, aunque el resultado de la votación en ese punto (1-8) impide que Musetescu pueda beneficiarse de una eventual rebaja de la pena. La defensa de Musetescu había basado su estrategia en negar los hechos (pese a la ingente cantidad de indicios en su contra), pero a última hora exploró también la vía de una eximente o atenuante por trastorno mental.

Leído el veredicto por el jurado, corresponde al presidente del tribunal dictar sentencia. El fiscal había pedido inicialmente dos penas de prisión permanente revisable para Musetescu por los dos primeros crímenes (considerados dos asesinatos), pero la jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre ese delito le obligó a cambiar de posición. El fiscal pide 25 años de cárcel por el primer crimen, 20 por el segundo y 14 por el tercero, además de otras penas por el incendio y por las amenazas y lesiones que Musetescu causó aquella tarde a casi todo aquel que se cruzó en su camino.

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