Absuelven al pastor evangélico acusado de vejar a su hijo por ser gay
Se trata de un caso de denuncias cruzadas, en el que los padres también habían acusado al hijo de lesiones, pero ambas partes han sido exculpadas
La Audiencia Provincial de Barcelona ha absuelto al pastor evangélico y a su mujer que habían sido acusados de vejar a su hijo por ser gay y agredirle tanto a él como a su pareja en 2017 en Terrassa (Barcelona), después de que él huyera de casa por temor a la reacción de sus padres al descubrir su orientación sexual.
Según han afirmado fuentes judiciales ...
La Audiencia Provincial de Barcelona ha absuelto al pastor evangélico y a su mujer que habían sido acusados de vejar a su hijo por ser gay y agredirle tanto a él como a su pareja en 2017 en Terrassa (Barcelona), después de que él huyera de casa por temor a la reacción de sus padres al descubrir su orientación sexual.
Según han afirmado fuentes judiciales a EFE, la sección novena de la Audiencia Provincial de Barcelona ha absuelto a los padres del joven de los delitos contra la integridad moral, lesiones leves y maltrato que les imputaba la Fiscalía porque el tribunal ha considerado que “no ha quedado acreditado el modo de producción de las lesiones”.
Los hechos se produjeron cuando el joven, que había huido de su casa en enero de 2017 ante el temor de la reacción de sus progenitores si descubrían que era homosexual, se encontró con ellos para que le devolvieran su pasaporte acompañado de su pareja. Los procesados se negaron a entregarle el pasaporte, lo que motivó que se produjera un forcejeo.
Se trata de un caso de denuncias cruzadas, en el que los padres también habían acusado a su hijo de lesiones que, aseguraban, les habían producido ese mismo día, pero finalmente el tribunal también lo ha declarado inocente.
Durante su declaración, el joven explicó que sus padres llegaron a decirle que “tenía el demonio dentro” cuando, en una reunión de mediación en el instituto, les comunicó su orientación sexual y que su padre le hizo llegar una carta donde le decía que lo que hacía “era pecado”. Además, en esa misma sesión del juicio expresó que haber crecido en ese ambiente familiar le hizo creer que “había algo malo” en él y que se vio “obligado a encajar en un molde que no era para mí”.
Por su parte, los padres negaron que tuvieran ningún problema con el hijo por su orientación sexual, pese a que para ellos fue “un shock” que hubiera “cambiado su inclinación sexual”, y aseguraron que, el día de la agresión, el acusado fue hacia el coche y trató de quitarle el bolso a su madre y la atacó.
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