La titánica tarea de comprar un volcán

La Generalitat ha iniciado los trámites para que La Garrinada, en Olot, pase a ser únicamente de gestión pública con libre acceso a los cráteres

Una imagen del volcán que quiere comprar la Generalitat.Massimiliano Minocri

El volcán La Garrinada de Olot acabará siendo de gestión pública. Esta es la determinación de la Generalitat, que ha iniciado los trámites para comprar la parte privada para, por una parte, asegurar la protección de esta reserva natural de la zona volcánica de la Garrotxa y, por otra, compensar la afectación por el terreno de la zona protegida que quedará afectado por la construcción de una carretera. El encargado de la adquisición, como promotor d...

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El volcán La Garrinada de Olot acabará siendo de gestión pública. Esta es la determinación de la Generalitat, que ha iniciado los trámites para comprar la parte privada para, por una parte, asegurar la protección de esta reserva natural de la zona volcánica de la Garrotxa y, por otra, compensar la afectación por el terreno de la zona protegida que quedará afectado por la construcción de una carretera. El encargado de la adquisición, como promotor de la infraestructura, es el Departamento de Territorio, que irá de la mano de Acción Climática. Ahora empezará el proceso de valoración de los terrenos, 51 hectáreas repartidas en 29 fincas de 27 propietarios diferentes. “La voluntad es que la compra sea realidad en un año, pero si las negociaciones son lentas o se debe expropiar, el plazo se alargará”, sostiene la secretaria de Acción Climática y concejal de Olot, Anna Barnadas.

La Zona Volcánica de la Garrotxa, formada por 11 municipios, es el mejor exponente de paisaje volcánico de la península Ibérica y de los más importantes de Europa. Tiene 40 conos volcánicos y más de 20 coladas de lava en una extensión de 15.309 hectáreas. De estas, 1.180 corresponden a las 28 reservas naturales parciales. El 98% del territorio del parque natural es de propiedad privada. Olot acoge cinco de los volcanes estrombolianos –con erupciones explosivas separadas por periodos de calma- de la comarca: el Montsacopa –el más conocido y turístico-, el Montolivet, Bisaroques, Puig del Roser y La Garrinada.

Este último, sobre el cual escribió el poeta Joan Maragall en el siglo XIX, es el más antiguo de la zona con 130.000 años y diferentes fases de erupción. Otra de sus curiosidades es que es el más grande y cuenta con tres cráteres de 150, 300 y 423 metros de diámetro. No se pueden visitar libremente porque es el único que, a pesar de ser de los más urbanos y de fácil acceso, ha tenido los accesos vallados. “Lo más importante es que se pueda disfrutar de esos conos volcánicos que están cerca de la ciudad. Es importante que no haya barreras”, afirma Barnadas.

Más allá de la voluntad de gestionar públicamente el patrimonio natural, el motivo de la compra de este volcán también recae en la construcción de una carretera. En la declaración de impacto ambiental del proyecto de la variante de Olot publicada en 2022, el parque natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa pedía la compra de este volcán como medida compensatoria en la construcción de la futura vía, que hará perder hectáreas al parque.

Una imagen del volcán que quiere comprar la Generalitat.Massimiliano Minocri

Una vez realizado el inventario y la valoración económica de los terrenos, “la anterior es de los años 80 y está desfasada”, asegura Barnadas, se iniciará la negociación con los 27 dueños de las 29 fincas, formadas principalmente por superficie forestal y agrícola, además de bajo bosque y prados. Estos terrenos incluyen la zona de reserva natural, es decir, los conos volcánicos y los espacios agrícolas adyacentes hasta el límite con el suelo urbano y la carretera. En este espacio también hay tres edificaciones: Mas Garrinada, La Garrinada y La Mosquera, esta última en ruinas.

Barnadas, que se muestra “sorprendida de la cantidad de propietarios”, explica que “siempre se había intentado comprar para devolverle su uso público y dar salida al barrio. No se puede gestionar un espacio privado como si fuera público”. Ahora se hablará con todos ellos y se espera colaboración, ya que son terrenos protegidos donde los propietarios tienen muchas limitaciones. “Además, la mayoría están contentos de obtener un beneficio económico que les corresponde por ley, pero si alguien tiene una desproporcionada pretensión económica se puede llegar a la expropiación forzosa”, apunta la concejal. Otra posibilidad es una permuta por un terreno en otra zona.

La compra de este volcán se enmarca en la estrategia de la Generalitat de adquirir, a través del fondo de Patrimonio Natural, fincas con elevado grado de protección y gestionarlas públicamente. A pesar de que Cataluña cumple con la obligatoriedad establecida por la UE de tener un 30% del territorio protegido en 2030, -actualmente es del 33%-, la Generalitat sigue comprando espacios privados donde pueda haber una mejora con la gestión. Por ejemplo, Mas Ventós en el Cap de Creus o la última adquisición anunciada de 70 hectáreas en Els Aiguamolls de l’Empordà.

En 2018 Generalitat y Diputación ya adquirieron el cráter del volcán Santa Margarida de Santa Pau por poco más de un millón de euros. Los volcanes de la Garrotxa están “inactivos” y los expertos prevén una nueva erupción en 10.000 o 15.000 años.

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