Perdedores y ganadores de la crisis
Los cinco grandes bancos españoles han obtenido en 2022 unos beneficios conjuntos de 20.580 millones, los más altos de su historia, el año en que el precio de la energía se ha disparado
Decía el magnate de las finanzas Warren Buffet con una cierta impudicia que la clave de su éxito estaba en vender cuando todos querían comprar y comprar cuando todos querían vender. Ese se supone que es el funcionamiento normal del mercado en una economía cíclica que permite a los mejor posicionados aprovecharse de las crisis. Pero para tener éxito en esa estrategia hay que asegurarse de que, cuando llegue la crisis, serás de los que pueden comprar y no de los que tienen que vender. Todas las crisis tienen perdedores y ganadores. Pero hay actores económicos que se las arreglan para estar siemp...
Decía el magnate de las finanzas Warren Buffet con una cierta impudicia que la clave de su éxito estaba en vender cuando todos querían comprar y comprar cuando todos querían vender. Ese se supone que es el funcionamiento normal del mercado en una economía cíclica que permite a los mejor posicionados aprovecharse de las crisis. Pero para tener éxito en esa estrategia hay que asegurarse de que, cuando llegue la crisis, serás de los que pueden comprar y no de los que tienen que vender. Todas las crisis tienen perdedores y ganadores. Pero hay actores económicos que se las arreglan para estar siempre entre los que ganan. Cuando la coyuntura es favorable, porque pueden sacar rédito de la crisis, y cuando esta les alcanza, porque saben cómo arreglárselas para que los poderes públicos les rescaten.
Después de que los propios excesos del sistema financiero llevaran en 2008 a la crisis más grave desde el crack del 29, después de un rescate bancario en el que el Estado tuvo que poner 101.500 millones de euros, los cinco grandes bancos españoles que ahora dominan el sector han obtenido en 2022 unos beneficios conjuntos de 20.580 millones de euros, los más altos de su historia. Eso en el año en que el precio de la energía se ha disparado, los alimentos han subido un 30%, los alquileres han alcanzado su nivel más alto y cada vez hay más familias que han de elegir entre calentarse o comer.
Ya habíamos visto cómo las compañías eléctricas multiplicaban los “beneficios caídos del cielo” gracias al aumento del precio. En agosto, en pleno debate sobre el impuesto a las eléctricas, se supo que las tres principales compañías —Naturgy, Iberdrola y Endesa— sumaban en el primer semestre 3.548 millones de euros de beneficio, un 24% más que en 2021. En su informe a la CNMB, Naturgy reconocía que “el importe neto de la cifra de negocios ordinaria asciende a 16.737 millones de euros, con un crecimiento del 83,4% comparado con el primer semestre de 2021, principalmente por los mayores precios de la energía en el período”. Este es el mecanismo por el que las penurias de muchos se convierten en riqueza para unos pocos.
La banca está obteniendo ahora beneficios récord gracias a la inflación. Las entidades se han apresurado a trasladar la subida de los tipos de interés a las hipotecas, pero no a los depósitos de los ahorradores. Así es como un jubilado puede ver cómo la inflación se come los ahorros que tiene depositados en el banco, mientras su hijo ha de pagar 3.000 euros más al año por la hipoteca de un piso pequeño que antes costaba cuatro años de su salario y ahora cuesta ocho. El aumento de los tipos solo ha incidido en el tercer trimestre, lo que augura beneficios estratosféricos en 2023. Además de un aumento de los márgenes, que en el caso de La Caixa roza el 20%, los resultados extraordinarios de este año también tienen que ver con el recorte de plantillas, el cierre de oficinas o la restricción de los horarios de atención al público, es decir, con un peor servicio.
La vicepresidenta Nadia Calviño ha pedido a la banca que arrime al hombro. Más que pedir, habrá que exigir, porque poco se puede esperar del sentido de la responsabilidad de unos directivos que se enriquecen asignándose salarios y bonus de escándalo mientras la mayoría del país se empobrece.
Fe de errores: en una edición anterior aparecía en el artículo el nombre de George Soros cuando en realidad se trataba de Warren Buffet.
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