El esquí se inmuniza contra la sexta ola y gana clientes en pandemia
Las seis estaciones de la Generalitat notan esta Navidad un aumento de visitantes del 32% en relación a 2019
El sector del esquí ha disfrutado de un buen regalo de Navidad. Las estaciones han logrado capear el impacto de la sexta ola coronavírica y, durante la campaña navideña, han registrado un generoso volumen de visitantes, mejorando incluso los datos previos a la ...
El sector del esquí ha disfrutado de un buen regalo de Navidad. Las estaciones han logrado capear el impacto de la sexta ola coronavírica y, durante la campaña navideña, han registrado un generoso volumen de visitantes, mejorando incluso los datos previos a la pandemia. “Después de que el año pasado fuese horrible, este está siendo muy bueno”, reconoce Joaquim Alsina, director de la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y Actividades de Montaña (ACEM). El interés por practicar actividades al aire libre y las ganas de alejarse de los espacios cerrados y de las restricciones de aforo han propiciado una fiebre por la nieve. “No se ha dado un día récord de visitantes, pero sí que ha habido una afluencia elevada de manera constante”, ilustra Alsina.
Las seis estaciones gestionadas por Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) atendieron a 175.000 esquiadores entre el 24 de diciembre y el 9 de enero, lo que supone un 32% más de usuarios que en 2019. “Hemos cubierto las expectativas, que consistían en volver a las cifras de prepandemia”, valora Marta Subirà, presidenta de FGC. De los ferrocarriles catalanes dependen los complejos de montaña de Vallter 2000, la Molina, Vall de Núria, Port Ainé, Espot y Boí Taüll.
En La Molina, el alud de gente se ha notado especialmente. La instalación de la Cerdanya recibió a más de 62.000 personas durante las últimas tres semanas, dato que refleja un incremento del 73% con respecto a hace dos años. La estación vecina, Masella, también se benefició de una dinámica muy positiva, con más de 83.000 esquiadores, según refiere la propia estación. “Es un volumen de esquiadores como el que teníamos antes de la pandemia”, indica un portavoz de Masella.
Las condiciones meteorológicas, viento intenso, obligaron a cerrar Vallter, este último fin de semana. Pese a ello, la estación supera en un 66% los datos de visitantes de 2019. El día 3 de enero incluso fue necesario colgar el aviso de aforo completo, y restringir el acceso de visitantes que trataban de subir desde Setcases.
En el Pallars Sobirà, Espot y Port Ainé también han notado incrementos de más del 40% de clientes, en comparación con 2019. La mancha negra para FGC es Boí Taüll. El complejo del Alta Ribagorça se ha quedado un 11% por debajo de los datos de visitantes que tuvo en 2019, cuando las óptimas condiciones de nieve propiciaron uno de los mejores arranques de campaña de su historia.
Mejor han sido las Navidades en el Valle de Arán, donde Baqueira Beret ha despachado 155.000 pases de esquí.
Las previsiones de frío para los próximos días auguran un escenario óptimo para el sector del esquí y el turismo de montaña. Pese a los toques de queda y los avisos de las autoridades sanitarias a extremar las precauciones por la dispersión de la variante ómicron, el Patronato de Turismo de Lleida refiere que durante las fiestas navideñas registró una ocupación del 70%.