Una persona vacunada es menos transmisora
La reducción del riesgo de contagiar el coronavirus se observa 14 días después de la inoculación, que es el tiempo que necesita nuestro organismo para generar los anticuerpos protectores
Una de las dudas que se plantean desde el inicio del programa de vacunación frente a la covid-19 es si las vacunas evitan también la infección (formas asintomáticas) además de prevenir la enfermedad y sus complicaciones (hospitalizaciones y muertes). Los ensayos clínicos no permitieron dar respuesta a esta pregunta, ya que se incluyeron personas naive, es decir, personas que no habían padecido la covid-19 previamente, y no se realizó seguimiento de posibles casos en ausencia de síntomas.
Resolver esta duda es de gran importancia, ya que si las vacunas protegen también de la infección, p...
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Una de las dudas que se plantean desde el inicio del programa de vacunación frente a la covid-19 es si las vacunas evitan también la infección (formas asintomáticas) además de prevenir la enfermedad y sus complicaciones (hospitalizaciones y muertes). Los ensayos clínicos no permitieron dar respuesta a esta pregunta, ya que se incluyeron personas naive, es decir, personas que no habían padecido la covid-19 previamente, y no se realizó seguimiento de posibles casos en ausencia de síntomas.
Resolver esta duda es muy importante porque permite alcanzar de forma más eficaz la deseada inmunidad de grupoResolver esta duda es muy importante porque permite alcanzar de forma más eficaz la deseada inmunidad de grupo
Resolver esta duda es de gran importancia, ya que si las vacunas protegen también de la infección, permitirán controlar la transmisión del virus y alcanzar de forma mucho mas eficaz la tan deseada inmunidad de grupo.
Empiezan a publicarse los primeros datos y estudios sobre este tema. Un estudio realizado por la Agencia de Salud Pública de Inglaterra señala que el riesgo de que los adultos vacunados transmitan el virus a las personas con las que conviven es mucho menor que en los no vacunados. El estudio ha incluido 552.984 personas que residían en su domicilio con algún enfermo de covid-19, y que por tanto se podían considerar contactos estrechos. Cuando el caso de covid-19 era una persona no vacunada, el 10% de los contactos se infectaron, mientras que si el caso había recibido una dosis de vacuna de AstraZeneca o de Pfizer hacía como mínimo 21 días, el porcentaje de infección en los contactos se reducía al 5,7% y al 6,2%, respectivamente, para cada tipo de vacuna. Los autores concluyen que, en el caso de los adultos que se contagiaron de coronavirus tres semanas después de recibir las vacunas de Pfizer o AstraZeneca, el riesgo de transmisión intrafamiliar era un 40-50% menor que en el caso de los adultos infectados pero no vacunados.
La reducción del riesgo de contagiar se observa ya desde el día 14 tras la vacunación, lo que se corresponde con el tiempo que necesita nuestro organismo para generar los anticuerpos protectores. Y, un dato también muy relevante, esta reducción del riesgo no depende de la edad, del género ni de la intensidad del contacto. Cualquier persona que convive con un vacunado se beneficia de este menor riesgo de contagiarse. Este efecto podría ser incluso superior en contactos de personas vacunadas con dos dosis.
Estos resultados son comparables a los de otro estudio realizado en Escocia que también mostró un menor riesgo de infección en contactos domiciliarios de profesionales sanitarios vacunados.
Estamos dejando atrás la época más dura de la pandemia de la covid, pero no podemos relajarnosEstamos dejando atrás la época más dura de la pandemia de la covid, pero no podemos relajarnos
¿Por qué las personas vacunadas transmiten menos el virus? La carga viral en las personas vacunadas que se infectan es más baja que en los no vacunados, lo que explicaría esta menor transmisibilidad.
El hecho de que la vacunación reduzca no solo el riesgo de desarrollar una enfermedad grave, sino también el riesgo de contagiar, es otra gran noticia en la lucha contra la pandemia. Aunque estos resultados solo hacen referencia al entorno domiciliario, este es el de mayor riesgo, ya que el grado de contacto entre convivientes es superior al de otros entornos, con tasas de transmisión secundaria de hasta el 37%, según algunos estudios. Estamos dejando atrás la época más dura de la pandemia, pero no podemos relajarnos. Una persona vacunada también puede infectarse, y una persona vacunada también puede contagiar. Es menos probable, pero es posible.
Magda Campins es jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Vall d’Hebron en Barcelona.