Generalitat y Diputación de Girona aseguran que apoyan a Liberisliber
La dirección de la feria de editoriales independientes ve “complicado” que se celebre la edición de este año
Las instituciones públicas afirman que apoyan Liberisliber; al menos, económicamente. Tras el anuncio este martes de la feria del libro de las editoriales independientes más importante de Cataluña de interrumpir su cita tras 11 años de éxito por la “incomprensión” institucional que sienten los organizadores, tanto Generalitat como Diputación de Girona se han apresurado a recordar las inversiones que realizan en el evento de Besalú, que llev...
Las instituciones públicas afirman que apoyan Liberisliber; al menos, económicamente. Tras el anuncio este martes de la feria del libro de las editoriales independientes más importante de Cataluña de interrumpir su cita tras 11 años de éxito por la “incomprensión” institucional que sienten los organizadores, tanto Generalitat como Diputación de Girona se han apresurado a recordar las inversiones que realizan en el evento de Besalú, que lleva visos de no celebrarse, al menos este año. Los responsables de la feria expresaron a este diario que se sienten inquietos por no conseguir de las administraciones una fórmula que les permita trabajar con estabilidad ante el acelerado crecimiento de la feria.
Fuentes del departamento de Cultura de la Generalitat esgrimen que su apoyo financiero a Liberisliber es notable “y por tres vías de subvención”, recalcan. Así, la iniciativa recibe ayudas a través del Institut Català d’Empreses Culturals (ICEC), destinadas para la feria propiamente dicha; de la Oficina de Suport a la Iniciativa Cultural (OSIC), para la organización del festival literario que incluye la cita, y, de manera indirecta, desde las bibliotecas, a las que se asigna una partida para que adquieran libros allí. De esa forma, Liberisliber percibe del gobierno catalán cantidades en los últimos años que oscilan entre los 53.500 euros de 2017 a los poco más de 43.000 del año pasado, si bien de esta última asignación dejó de recibir finalmente 12.500 euros.
Desde la Diputación de Girona recuerdan, por su parte, que “el plenario aprobó en marzo una subvención de 15.000 euros para la edición de 2021 que, como siempre, canalizamos por el Ayuntamiento de Besalú, mismo procedimiento por el que se destinaron 3.450 euros en 2020”, aseguran desde la comisión de Cultura de la institución.
“Esto es pura contabilidad creativa para desviar el problema de fondo”, afirma Miquel-Àngel Codes, fundador y codirector de Liberisliber, cuya primera convocatoria tuvo lugar en 2010 con 15 editoriales, que el año pasado fueron ya 65 (más de una decena de fuera de Cataluña) y ahora roza un presupuesto global (feria y festival) medio de 70.000 euros. “Las ayudas para las bibliotecas no revierten en nada en la organización de la feria propiamente dicha; no vemos un euro”, dice, mientras lamenta que “desde hace ya unos años que no contamos con ayuda directa de la Diputación de Girona”.
La situación económica fue especialmente delicada el año pasado, que se añadió a la crisis de la pandemia. “Tuvimos que renunciar a una parte de la subvención para no incumplir la reglamentación de la Generalitat, que prohíbe que una misma institución subvencione más de la mitad del presupuesto; para poderla aceptar debíamos poseer unos ingresos que no teníamos al fallar unas ayudas que sí se habían dado en otras ediciones”. Aún así, recuerda Codes, “lo hicimos todo, feria y festival, tras suprimir partidas, rebajar remuneraciones y renegociar con proveedores porque la situación era crítica para los editores y significábamos una buena burbuja de oxígeno”.
El incidente financiero del año pasado refuerza la sensación de los organizadores de “orfandad” e “incomprensión” ante las instituciones: “No entienden que con nuestro crecimiento ya no podemos ir con concurrencias competitivas, calendarios imposibles y descoordinados y ayudas que pueden llegar hasta medio año más tarde de acabada la cita”, expone Codes, y pide que se les considere “una feria estratégica: seguimos estando en la franja baja de los presupuestos”.
Entre una crisis de crecimiento combinada con falta de cintura institucional, la situación está estancada cuando faltan cinco meses para la cita de este año. Desde Cultura se admite que no ha habido más contactos con la dirección de Liberisliber “desde hace un par de meses”, cuando acabaron la elaboración conjunta de un plan de viabilidad. Codes, por su parte, ve “complicado” que pueda haber feria este año y lamenta que la discusión derive “en un tema de números cuando se trata de trabajar en condiciones y de afrontar aspectos de fondo que también están, como los de la discriminación por territorialidad o el peso de determinadas oligarquías político-culturales en las decisiones”.