El negocio de las estaciones de esquí se desploma hasta un 85%
Un cierre perimetral en Semana Santa supondría un nuevo varapalo
Conservar las restricciones a la movilidad y ordenar el cierre perimetral de las autonomías por Semana Santa busca tener bajo control al virus pero supone un mazazo, otro, para las actividades de esquí y de montaña, y para todo el entramado económico que depende de ellas. ...
Conservar las restricciones a la movilidad y ordenar el cierre perimetral de las autonomías por Semana Santa busca tener bajo control al virus pero supone un mazazo, otro, para las actividades de esquí y de montaña, y para todo el entramado económico que depende de ellas. La resignación es sentimiento común en estaciones, escuelas de esquí y hoteleros, y anticipa el finiquito de una temporada que apenas llegó a comenzar. Según Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), que gestiona las estaciones de Vallter, Vall de Núria y La Molina, la caída de clientes ha sido ahí de un 85%, en comparación con el año pasado.
“Ha habido días en los que no se ha vendido ni un solo forfait”, afirma Jaume Vila, guía de montaña en la empresa Guies Nord Sud, en las laderas de la estación Vallter 2000. “Llegas a pensar que es ilógico tener toda la instalación abierta si no hay clientes”, dice. “Esta temporada ha sido horrible, toda perdida, una miseria”, abunda. “Sin gente, sufre toda la economía del valle y, mientras, ves imágenes del metro a tope, no lo comprendo”.
El Ripollès y la Cerdanya recibieron un varapalo por Navidad, cuando la Generalitat aisló las dos comarcas por la alta incidencia de contagios. “Hemos pasado días críticos”, admite Ramon Boter, del departamento comercial de Masella, también dentro del área afectada por el cerrojazo. La estación apura la recta final de la temporada con los grupos colegiales que suben a realizar actividades extraescolares. Esta semana ha habido días con 600 estudiantes en las pistas, más de la mitad de Barcelona. “Pueden venir los colegios de donde sea pero, en cambio, no pueden subir esquiadores de fuera de la comarca”, dice Boter. Masella, que tiene a parte del personal en ERTE, no revela si ya ha fijado la fecha de cierre, una información que sí ofrece Baqueira Beret. La estación del Valle de Aran estará operativa hasta el 5 abril. “Por el compromiso que tenemos de dar servicio a la comarca, porque la temporada es complicada”, apuntan fuentes de la estación. Baqueira solo tiene abierta una cuarta parte de su dominio esquiable.
Port del Comte duda de si resistirá hasta Pascua. “Vamos justos de nieve y con la poca gente que viene, habrá que pensar si vale la pena”, dice Albert Estella, director del complejo. La estación está bajo mínimos: “Teníamos 5.000 personas los fines de semana y ahora apenas 35”. La zona de trineos, habilitada para el público familiar, lleva dos meses cerrada
El sector vive con la incógnita sobre si una relajación de las restricciones en Semana Santa aportaría clientes de última hora. “La nieve está en condiciones”, dicen desde Masella. “La gente tiene ganas de subir a esquiar”, refiere un portavoz de Baqueira. “Depende del clima, porque si hace sol y calor ya se piensa en la playa, pero el esquiador va a querer aprovechar hasta el último día porque no ha tenido ocasión de subir este año”, pronostica Ricard Font, presidente de Ferrocarrils de la Generalitat. “Si se mantienen las restricciones de movilidad, poca cosa vamos a notar”, añade Font.
“No queremos darlo todo por perdido pero somos realistas”, manifiesta Nacho Vallina, director de marketing de Esquiades.com, empresa líder en la comercialización online de viajes de nieve en España. La compañía, con sede en Reus, ha registrado una caída del 90% de sus reservas este año. La incertidumbre ha penalizado al negocio. “Nos han reportado casos de todo tipo, clientes a los que dejaban pasar mostrando el bono de reserva y otros que, con el mismo bono, eran sancionados. No ha habido ningún rigor”, lamenta Vallina.
Ricard Font desgrana un impacto duro, pero desigual. Las estaciones ajenas al cierre navideño de Ripollès y Cerdanya han sufrido un porrazo menor. En Port Ainé, Espot o Boí-Taüll, las otras tres que también dependen de FGC, el descenso de ventas ha sido del 60%. Una sociedad vinculada a Esquiades.com explota el resort de Boí Taüll, con 400 camas. Nacho Vallina confirma que, hasta Reyes, la actividad fluyó. “Tuvimos lleno, la mayoría eran clientes catalanes y muchos de Madrid, que allí no había confinamiento”. El efecto Madrid también ha suavizado el desplome en Baqueira, con mucho público de otras regiones de España. “No se entiende que prohibieran los desplazamientos a gente que tenía reserva de hotel y que se movía con su burbuja”, lamenta Vallina.
Permisos para segundas residencias
“Si se recuperase aquella libertad de circulación, en algunas estaciones se podría cerrar el año llegando al 50% de la temporada pasada”, asegura el presidente de FGC, Ricard Font, sobre la movilidad de lunes a viernes y permisos de fin de semana para segundas residencias. “Si nos dejan trabajar abriremos en las condiciones que sea”, dice Josep Castellarnau, de la Federación de Hostelería de Lleida. Pero advierte: “La Semana Santa es importante, pero no arriesguemos el verano por cuatro días”.