Opinión

El Mediterráneo, ágora del conocimiento

Está en nuestras manos que los espacios del sur vuelvan a ser un espacio de progreso. La ciencia es nuestra arma

Contaminacion en Barcelona.Carles Ribas (EL PAÍS)

El Mediterráneo pasa por un momento transcendental para los 500 millones de personas que habitan en sus orillas. Mientras Europa se estanca demográficamente, en la ribera sur la población aumenta rápidamente y lo seguirá haciendo en las próximas décadas. La economía de los países meridionales no progresa al ritmo suficiente, lo que se traduce en una disminución de su riqueza per cápita y en la consiguiente presión migratoria hacia Europa.

La necesidad de agua, alimentos, energía y empleo crece con fuerza en toda la región. Los países ribereños han exportado alimentos durante siglos y ho...

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El Mediterráneo pasa por un momento transcendental para los 500 millones de personas que habitan en sus orillas. Mientras Europa se estanca demográficamente, en la ribera sur la población aumenta rápidamente y lo seguirá haciendo en las próximas décadas. La economía de los países meridionales no progresa al ritmo suficiente, lo que se traduce en una disminución de su riqueza per cápita y en la consiguiente presión migratoria hacia Europa.

La necesidad de agua, alimentos, energía y empleo crece con fuerza en toda la región. Los países ribereños han exportado alimentos durante siglos y hoy, sin embargo, importan el 50% de lo que precisan. El cambio climático tiene un impacto muy severo. Se calcula que el aumento de temperatura en la zona es un 20% superior al del resto del mundo, lo que agrava la escasez de agua dulce, destinada principalmente (80%) a usos agrícolas. El aumento de la temperatura marina y el vertido de contaminantes están diezmando a las poblaciones piscícolas y vegetales del mar. Asimismo, avanza sin freno la desertificación y la pérdida de biodiversidad.

Abordar estos problemas es un reto mayúsculo en todos los ámbitos: político, financiero, cultural, educativo y, en definitiva, social. Ningún país puede por sí solo resolverlos ni abordarlos. La acción multilateral es más necesaria que nunca al compartir dificultades y objetivos sostenibles comunes. Además la región tiene potencialidades que hay que desarrollar y evitar migraciones masivas infrahumanas fruto del hambre y de la falta de futuro. La población del sur del Mediterráneo es mayoritariamente joven y puede beneficiarse rápidamente de la transformación digital para devenir un competidor de primer orden en la economía digital global. Nuestros agricultores, ganaderos y pescadores cuentan con una larga tradición y conocimientos para mitigar las condiciones atmosféricas adversas del cambio climático.

La región además tiene buenas condiciones para el desarrollo de energías renovables (la solar y la eólica, en especial) y goza de una gran biodiversidad (el 7% de las especies marinas en solo el 0,8% de todos los océanos). Disfrutamos de una dieta saludable que contribuye a que muchos países ribereños tengan una larga esperanza de vida aunque su abandono, sobre todo entre la población más desfavorecida y en los niños, está provocando un aumento muy importante del sobrepeso y obesidad. La ciencia es el mejor puente para las actividades multilaterales. Los científicos hablan un lenguaje común, trabajan de un modo similar, y están acostumbrados a colaborar con colegas de otros países. La mejor muestra a nivel global ha sido el rápido desarrollo de las vacunas contra la covid.

PRIMA (Asociación para la Investigación y la Innovación en el Mediterráneo), con sede en Barcelona, se creó con este fin. Es una iniciativa de 19 países ribereños, 11 de la UE y ocho no europeos que ha financiado ya el trabajo de 1.200 equipos científicos. Con un presupuesto de 500 millones de euros provenientes de las contribuciones de sus miembros y de la UE, financia proyectos de investigación e innovación en el uso eficiente del agua en la agricultura y la alimentación sostenible. Todos los proyectos deben, necesariamente, incluir equipos europeos y no europeos.

Está en nuestras manos que el mare nostrum vuelva a ser un espacio de progreso gracias a la colaboración y la transmisión de conocimiento. La ciencia es nuestra mejor arma para adaptarnos y reducir el impacto del cambio climático.

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Octavi Quintana es el director PRIMA

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