TEATRO

La maratón de Nueva York vuelve al teatro barcelonés después de diez años

El espectáculo sobre la prueba, con dos actores corriendo durante toda la representación, podrá verse en el Aquitània

Una imagen promocional del espectáculo.

El espectáculo teatral La marató de Nova York, en el que los dos actores que interpretan a los protagonistas se pasan toda la obra (de una hora) corriendo, vuelve a la cartelera barcelonesa. El montaje dirigido por Juan Carlos Martel (actual director del Teatre Lliure) celebra los diez años de su primera temporada en la capital catalana con el retorno a la ciudad y podrá verse del 23 de enero al 14 de febrero en el teatro Aquitània.

La marató de Nova York, obra del dramaturgo italiano Edoardo Erba interpretada por Joan Negrié y Albert Triola y produccida por la Sala Trono,...

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El espectáculo teatral La marató de Nova York, en el que los dos actores que interpretan a los protagonistas se pasan toda la obra (de una hora) corriendo, vuelve a la cartelera barcelonesa. El montaje dirigido por Juan Carlos Martel (actual director del Teatre Lliure) celebra los diez años de su primera temporada en la capital catalana con el retorno a la ciudad y podrá verse del 23 de enero al 14 de febrero en el teatro Aquitània.

La marató de Nova York, obra del dramaturgo italiano Edoardo Erba interpretada por Joan Negrié y Albert Triola y produccida por la Sala Trono, se instaló en la sala Villarroel en 2010 y fue todo un éxito. Ahora, los dos actores han tenido no sólo que volver a ensayar la pieza sino que ponerse en forma para enfrentarse al reto artístico y físico que significa el espectáculo.

La obra original de Erba se estrenó hace 15 años y en ese tiempo ha sido traducida a 17 idiomas (entre ellos el catalán) y se ha podido ver en muchos lugares del mundo. El montaje de Martel se reestrenó en la propia Sala Trono de Tarragona del debú de la versión catalana el pasado septiembre. La pieza es una comedia dramática en la que dos amigos se apuntan a correr la famosa maratón de Nueva York. Al principio uno de ellos se resiste, argumentando que no está hecho para deportes tan duros, pero su camarada insiste y lo convence. La obra los presenta a los dos corriendo (en realidad saltando en el sitio sin parar) durante toda la hora de la representación. Los dos personajes corren y hablan entre ellos de la vida mientras lo hacen. Sudan, resuellan, maldicen... La obra se presenta también como una metáfora de la vida.

“Esta pieza de Edoardo hace reir y llorar”, explica Juan Carlos Martel, “porque explica humanamente y sin ningún mecanismo teatral, sólo con dos actores que literalmente se dejan la piel cómo son nuestras vidas de llenas y vacías”. Martel, que agradece a Filípides, el legendario soldado corredor que se desfondó los 42 kilómetros de Maratón a Atenas para llevar la noticia de la victoria sobre los persas, “por todo su esfuerzo”, destaca que el espectáculo da fe de un teatro “humano y real, directo y sin concesiones, honesto, sin piedra ni cartón”.

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