El pueblo que pagó caras las Navidades

Paüls, en Tarragona, tiene confinados a casi la mitad de sus 500 vecinos tras las reuniones sociales de fin de año

Una familia celebra la Navidad.Getty Images

Las reuniones y comidas de las pasadas Navidades pasan factura en Paüls, un pueblo pegado a Tortosa (Baix Ebre, Tarragona) que tiene casi a la mitad de sus 500 vecinos confinados en casa por un brote masivo de coronavirus. Desde el 5 de enero hasta este jueves el ayuntamiento contabilizó 90 positivos por el virus y se calcula que hay más del doble de sospechosos. La súbita dispersión de la covid-19 coincide con la interacción social que trajo las fiestas de fin de año. “La situación de la pand...

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Las reuniones y comidas de las pasadas Navidades pasan factura en Paüls, un pueblo pegado a Tortosa (Baix Ebre, Tarragona) que tiene casi a la mitad de sus 500 vecinos confinados en casa por un brote masivo de coronavirus. Desde el 5 de enero hasta este jueves el ayuntamiento contabilizó 90 positivos por el virus y se calcula que hay más del doble de sospechosos. La súbita dispersión de la covid-19 coincide con la interacción social que trajo las fiestas de fin de año. “La situación de la pandemia ha evolucionado muy desfavorablemente”, informa el alcalde de la localidad, Enric Adell. “Hemos pasado de una situación muy buena a que se haya complicado todo muy rápidamente, en una semana”, manifiesta. Incluso ha grabado un vídeo que se ha divulgado por las redes sociales para tratar de concienciar a los vecinos de la importancia que tiene respetar los aislamientos y las cuarentenas para no contribuir a amplificar la dispersión del contagio.

El pueblo está paralizado. Los negocios permanecen cerrados y la escuela solo ofrece servicios mínimos. El Ayuntamiento ha habilitado una red de suministros básicos para asistir a las personas confinadas.

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“Ha habido una rápida transmisión y una preocupante evolución del virus. Comidas y cenas. La gente se ha reunido, hace mucho frío y quizá no se ventiló correctamente”, apunta Enric Adell. Las alertas se activaron el 5 de enero. Paüls, como buena parte de las Terres de l’Ebre, se libró de los efectos de la covid19 durante la primera oleada de la pandemia y había logrado resistir bien el segundo envite del virus. Apenas se conocía una docena de casos positivos. Hasta que llegó la Navidad, el Fin de Año y los Reyes. Ahora es uno de los municipios con el riesgo de rebrote más disparado y con mayor velocidad de propagación, por encima del 3,5.

“Quiero pedir que toda la gente que haya estado en contacto con un positivo, por favor que se aísle y se confine”, indica el alcalde. “Vamos a hacerlo bien, porque si no, esto no lo vamos a poder parar”, abunda.

Incluso en el caso de aquellas personas que han dado negativo en una PCR, la recomendación es que se encierren en casa si han tenido contacto directo con un positivo. El Ayuntamiento de la localidad justifica la petición en los resultados que arrojó un cribado masivo realizado en el pueblo el pasado fin de semana. “Mucha gente que dio negativo ha terminado siendo un caso positivo con el paso de los días”, apunta Adell. Sin aquel cribado que se organizó de urgencia viendo la evolución del brote, la situación podría haber sido peor. “Tal vez estaríamos hablando de 120 personas contagiadas porque detectamos 23 asintomáticos, personas que habrían hecho vida normal”, advierte el alcalde.

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