Fallece la crítica de danza Montse G. Otzet a los 70 años
Entrevistó a Nureyev, Béjart y Plisetskaya y escribió durante 20 años en ‘El Periódico’
Montse G. Otzet (Barcelona 1950), una de las críticas de danza más relevantes de Cataluña, ha fallecido hoy en Barcelona a los 70 años de edad tras librar una dura lucha contra el cáncer. Apasionada, discreta y con una voluntad de hierro hizo de la danza su forma de vivir. Su primer profesor de ballet, el mítico Juan Tena, la llamaba “pequeña pasionaria” cuando asistía a sus clases en el barrio de Gràcia. Vivió con intensidad e implicación hasta el último momento; ni la silla de ruedas ni últimamente el bastón lograron disuadirla de ir a los espectáculos de danza, al cine o al teatro.
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Montse G. Otzet (Barcelona 1950), una de las críticas de danza más relevantes de Cataluña, ha fallecido hoy en Barcelona a los 70 años de edad tras librar una dura lucha contra el cáncer. Apasionada, discreta y con una voluntad de hierro hizo de la danza su forma de vivir. Su primer profesor de ballet, el mítico Juan Tena, la llamaba “pequeña pasionaria” cuando asistía a sus clases en el barrio de Gràcia. Vivió con intensidad e implicación hasta el último momento; ni la silla de ruedas ni últimamente el bastón lograron disuadirla de ir a los espectáculos de danza, al cine o al teatro.
En 1979 junto a Beatriu Daniel y quien escribe estas líneas editamos la revista Dansa-79 que se publicó hasta 1986. Única revista especializada en aquellos tiempos. Una aventura que sólo la juventud y la inconsciencia hizo posible. Entrevistó a Rudolf Nureyev, Maurice Béjart, Antoni Gades y Maia Plisetskaya, entre otras figuras de la danza con una cercanía impensable en los tiempos actuales. Nureyev le concedió la entrevista después de 8 horas de espera y de asaltarlo en los aseos para artistas de la Ópera de París, valió la pena.
Empezó como crítica de danza en el Diari de Barcelona y luego en El Periódico durante más de veinte años. Fue jurado en numerosos premios de danza y escribió artículos para destacadas revistas de ballet. En los últimos años escribía para Recomana.
Su implicación en la danza la llevó a trabajar con la Asociación de Profesionales de Danza de Cataluña (APC), y en la gestión de las compañías de danza Gelabert-Azzopardi y Roseland Musical. El Mercat de les Flors, el Festival Grec y el Festival Castell de Peralada eran sus escenarios de vida.
Andarina incansable y curiosa compartimos la afición por los grandes viajes, Australia, China, Rusia o Japón. Al igual que a Nureyev le gustaban los hombres guapos, pero no el vino blanco: ella prefería la cerveza. Su eterna sonrisa nos acompañará e iluminará siempre.