Los Agentes Rurales investigan una persecución de 20 barcas a tres ballenas en el Cap de Creus
La normativa prohíbe acercarse a ellas a menos de 300 metros, navegar a más de 4 nudos y cortarles la trayectoria
El Grup de Suport Marí de los Agentes Rurales de la Generalitat en Girona ha abierto una investigación para identificar a los patrones de la veintena de barcas recreativas que el pasado domingo persiguieron y acosaron a tres ejemplares de rorcual común (Balaenoptera physalus) —ballenas—, en el Parque Natural del Cap de Creus. Esta actuación está prohibida por la normativa de conservación de los cetáceos, especies protegidas. Los expertos creen que “es una muestra del poc...
El Grup de Suport Marí de los Agentes Rurales de la Generalitat en Girona ha abierto una investigación para identificar a los patrones de la veintena de barcas recreativas que el pasado domingo persiguieron y acosaron a tres ejemplares de rorcual común (Balaenoptera physalus) —ballenas—, en el Parque Natural del Cap de Creus. Esta actuación está prohibida por la normativa de conservación de los cetáceos, especies protegidas. Los expertos creen que “es una muestra del poco conocimiento del medio marino que tienen algunos usuarios”.
Los Agentes Rurales tuvieron conocimiento del incidente a través de las redes sociales, cuando el pasado domingo por la tarde se publicaron vídeos de numerosas lanchas persiguiendo a las ballenas. Se observa como casi todas incumplen el Real Decreto 1727/2007 de protección de cetáceos, que establece unas normas de conducta para la realización de actividades recreativas de observación de estos animales. En las mismas redes sociales los Agentes han anunciado la apertura de una investigación para identificar a los infractores para denunciarles. Una vez recogida la información, se pasará al Ministerio de Transición ecológica, competente para aplicar las sanciones.
La normativa establece un perímetro de 300 metros —la zona de aproximación—, en la que sólo puede haber dos barcas a la vez, y ninguna puede acercarse a menos de 60 metros a no ser que sean científicos con permiso especial. Además, indica que, “las embarcaciones deberán ir a una velocidad constante no superior a cuatro nudos y la manera de aproximación a los cetáceos se hará de forma suave y convergente con la dirección y el sentido de la natación de los animales en un ángulo de aproximadamente 30º, nunca de frente, por detrás o perpendicularmente a su trayectoria”.
Diversas entidades de conservación de la naturaleza como Submon denunciaron esta acción por llevar a cabo maniobras prohibidas que pueden perjudicar a los animales, tanto generándoles estrés, teniendo en cuenta que “son animales acústicos”, destaca el director de Submon, Manel Gazo, como físicamente. Además también podían correr peligro los tripulantes de las embarcaciones.
Gazo, que apela a la “responsabilidad individual de cada uno para saber si queremos que haya ballenas y disfrutar de ellas respetándolas, o no”, recuerda que “ya existe una normativa” e insiste en que actualmente Submon trabaja en un proyecto con el Parque Natural del Cap de Creus y que para ello han diseñado unas guías que la explica en cuatro idiomas.