Forcadell saldrá cinco días semanales a hacer voluntariado tras su traslado a la cárcel Wad Ras
La expresidenta del Parlament tenía hasta ahora un permiso de tres días para colaborar con una entidad y cuidar a su madre
La expresidenta del Parlament Carme Forcadell saldrá cinco días a la semana durante doce horas por jornada para llevar a cabo labores de voluntariado en una nueva entidad, tras su traslado desde la cárcel Mas d’Enric de Tarragona a la de Wad Ras de Barcelona. Según ha informado el Departamento de Justicia, las salidas de Forcadell se enmarcan en la nueva aplicación del artículo 100.2 que ha diseñado la cárcel de Wad Ras para la reclusa, puesto que el voluntariado que hacía hasta ahora desde Mas d’Enric era imposible...
La expresidenta del Parlament Carme Forcadell saldrá cinco días a la semana durante doce horas por jornada para llevar a cabo labores de voluntariado en una nueva entidad, tras su traslado desde la cárcel Mas d’Enric de Tarragona a la de Wad Ras de Barcelona. Según ha informado el Departamento de Justicia, las salidas de Forcadell se enmarcan en la nueva aplicación del artículo 100.2 que ha diseñado la cárcel de Wad Ras para la reclusa, puesto que el voluntariado que hacía hasta ahora desde Mas d’Enric era imposible de llevar a cabo una vez fue internada en la prisión barcelonesa. Hasta ahora, Forcadell salía tres días a la semana durante doce horas para hacer voluntariado y cuidar a su madre anciana.
Forcadell fue trasladada el pasado lunes a Wad Ras, después de que la propia reclusa lo solicitara por razones de vinculación familiar y lo aprobara la secretaría de Medidas Penales de la Generalitat. La expresidenta del Parlament tenía avalado el 100.2 que le concedió Mas d’Enric por el juez de vigilancia penitenciaria de Lleida, pero pendiente de que lo confirmara el Tribunal Supremo, al que el magistrado remitió el recurso de apelación que la Fiscalía había presentado contra su decisión.
Al dejar en manos del Supremo el recurso, el magistrado de Lleida —competente para resolver cuestiones que atañen a la prisión de Tarragona— se desmarcaba así del resto de jueces de vigilancia y de la propia Fiscalía, que entienden que, a diferencia de la clasificación penitenciaria, en el caso del 100.2 son las audiencias provinciales y no el tribunal sentenciador las que tienen la última palabra.
El traslado de Forcadell le permite ahora eludir el control del juez de Lleida, puesto que por competencia territorial serán los jueces de vigilancia penitenciaria de Barcelona los que deberán decidir si avalan el nuevo 100.2 autorizado por Wad Ras.