La Costa Brava se reinventa para salvar la temporada con seguridad

La asociación que reúne a 400 empresarios del sector turístico propone un protocolo conjunto para este verano

Una imagen de archivo de Cadaqués.
Girona -

La Costa Brava intenta tenerlo todo a punto para abrir las primeras instalaciones turísticas con su pase a la fase 1 el próximo lunes. El objetivo ahora es que el desconfinamiento continúe, puedan llegar turistas de otras provincias y, posteriormente del resto de Europa. Para hacerlo el Grupo Costa Brava Centro, que agrupa a 400 empresarios del sector turístico, propone un protocolo común para dar seguridad a los turistas y evitar que cada población vaya a la suya. Entre las medidas se contempla establecer un máximo de cuatro...

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La Costa Brava intenta tenerlo todo a punto para abrir las primeras instalaciones turísticas con su pase a la fase 1 el próximo lunes. El objetivo ahora es que el desconfinamiento continúe, puedan llegar turistas de otras provincias y, posteriormente del resto de Europa. Para hacerlo el Grupo Costa Brava Centro, que agrupa a 400 empresarios del sector turístico, propone un protocolo común para dar seguridad a los turistas y evitar que cada población vaya a la suya. Entre las medidas se contempla establecer un máximo de cuatro comensales por mesa, manteles de un solo uso, un recepcionista-acomodador y desinfección de mesas.

La Región Sanitaria de Girona entra el lunes en fase 1 y, por lo tanto, las terrazas de restaurantes y bares podrán abrir. El Grupo Costa Brava Centro propone protocolos y recomendaciones para dar seguridad y confianza a la clientela más allá de la distribución de mesas y sillas. El objetivo del modelo de terraza que propone pretende, “dar una imagen homogénea de la marca Costa Brava”. Platja d’Aro se suma a esta iniciativa y además pone en marcha un plan de choque con 4,2 millones de euros y 44 acciones económicas y sociales para combatir los efectos del virus. La principal avenida será peatonal, las terrazas ganarán espacio a la calzada, la playa se dividirá en sectores y habrá dispensadores de hidrogel en la calle.

El objetivo del sector turístico es cumplir la normativa de desescalada del confinamiento y captar clientes. Para ello han realizado varios estudios e informes. Todos apuntan a que la recuperación de la actividad turística irá vinculada a la sensación de seguridad que sean capaces de transmitir establecimientos y destinos. Municipios como Pals, Palamós, Palafrugell, Castell-Platja d’Aro, Calonge i Sant Antoni, Castelló d'Empúries y l'Escala, han aceptado tomar como referencia la propuesta del Grupo Costa Brava Centro. Otros, como Begur o Roses, lo están estudiando.

Las medidas dictadas por el estado han creado cierta “controversia” en el litoral de Girona porque para reducir el aforo de los locales un 50% parten de una reducción de sillas y no se especifican el número de personas por metro cuadrado. “En Madrid las terrazas se pagan por silla pero aquí las licencias de ocupación se calculan por superficie”, dice el gerente del Grupo, Martí Sabrià.

En Platja d’Aro, por su parte, se ha consensuado un plan con los diferentes sectores del municipio que incluye medidas como la división de los dos kilómetros de la Platja Gran —aprovechado las pasarelas que conectan el paseo con el agua— en ocho sectores de entre 200 y 250 metros de largo. “En función de los metros cuadrados se calculará el aforo”, explica el alcalde, Maurici Jiménez. Un informador identificará a los bañistas y se contratarán a 35 empleados. Los informadores velarán para que los grupos o las personas estén a nueve metros de distancia. Las zonas contiguas a las pasarelas donde hay líneas de vida, o de los socorristas, serán prioritarias para mayores de 70 años o con movilidad reducida. Los informadores dependerán del área de Seguridad y “si ven que no se respetan las medidas adoptadas o tienen algún problema con alguien que no pueden solventar ni con mediación, acabarán avisando a la policía”, detalla el alcalde.

También se priorizarán espacios para peatones y la ampliación de terrazas en todo el municipio. Para ello, eliminarán zonas azules de aparcamiento y la Avenida de S’Agaró, la que atraviesa el eje comercial, sólo será circulable durante unas horas. “Esta posibilidad se había planteado otras veces, pero como ahora nos vemos forzados a adoptarla por seguridad, será como una prueba piloto y si al final del verano ha ido bien, quizás la dejemos”, apunta Jiménez. La medida permitirá que las terrazas puedan ubicarse en la calzada y las tiendas deberán alinear los expositores con ellas para permitir un paso uniforme a la gente.

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Un recepcionista para acomodar a los clientes

Una de las propuestas del Grupo Costa Brava para conseguir la confianza sanitaria de los clientes es la creación de un recepcionista, “al estilo del acomodador de cine”, según explica el gerente Martí Sabrià. Esta nueva figura sería necesaria “para terrazas con más de 6 mesas y de locales turísticos”. El recepcionista recibiría a los clientes, les diría donde sentarse y colocaría los manteles de un solo uso. La mesa no tendría nada previamente encima y cuando los clientes se fueran, se encargaría de desinfectarla.

Según los cálculos de Sabrià, “la media de ocupación de una mesa de cuatro personas es de 2,7, lo que significa que en una misma terraza habrá mesas con una persona, con parejas y con tres o cuatro. Esto ayudará a esponjar”, indica Sabrià. El Grupo propone que las mesas sean de 140 x 70 cm, que tengan cuatro sillas, sin perjuicio de que se puedan juntar hasta diez clientes. “Sobre una misma superficie ofrecemos diferentes fórmulas de montaje”, indica.

Además, la propuesta incide en una separación de dos metros entre las mesas para añadir un parámetro de conciencia cívica para que la distancia también permita el paso de sillas de ruedas.


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