BCN Supercomputing Center: “Es incoherente no querer dar nuestros datos al Gobierno para resolver la crisis”
Pep Martorell, director asociado del organismo opina que datos como la posición GPS o el registro de las interacciones de los ciudadanos los tendrían que almacenar los estados en vez de gigantes tecnológicos
Al Barcelona Supercomputing Center (BSC) no le ha gustado que Apple y Google se hayan aliado para facilitar que las apps para rastrear los contagios de coronavirus estén en todos los móviles. Su director asociado, Pep Martorell, considera que la tecnología será esencial para controlar el desconfinamiento. Sin embargo, opina que datos como la posición GPS o el registro de las interacciones de los ciudadanos con otras personas los tendrían que almacenar los estados europeos en vez de gigantes tecnológicos norteamericanos. “A los gobiernos como mínimo los votamos, el control que tenemos sobre las...
Al Barcelona Supercomputing Center (BSC) no le ha gustado que Apple y Google se hayan aliado para facilitar que las apps para rastrear los contagios de coronavirus estén en todos los móviles. Su director asociado, Pep Martorell, considera que la tecnología será esencial para controlar el desconfinamiento. Sin embargo, opina que datos como la posición GPS o el registro de las interacciones de los ciudadanos con otras personas los tendrían que almacenar los estados europeos en vez de gigantes tecnológicos norteamericanos. “A los gobiernos como mínimo los votamos, el control que tenemos sobre las corporaciones es prácticamente nulo”, defiende.
El Gobierno apuesta por una app para detectar focos de infección y establecer zonas de confinamiento parciales bajo el proyecto europeo PEPP (siglas en inglés de Rastreo Paneuropeo de proximidad para Preservar la Privacidad), originado en Alemania. La idea es que funcione con bluetooth para trazar quién ha estado cerca de personas contagiadas. El BSC, que alberga uno de los superordenadores más potentes de Europa, se ofrece como centro público para almacenar y tratar datos masivos de esta herramienta y rechaza que los gestionen Apple y Google.
Aparte del posicionamiento GPS, Martorell menciona el almacenamiento de la información del resultado de los test y los tratamientos realizados a aquellos que ya hayan superado la infección por coronavirus. “Cruzar estos datos puede dar información epidemiológica de mucho valor”, apunta. En ese sentido, el BSC valora —“salvando las distancias”— que China, Singapur y Corea hayan optado por soluciones tecnológicas propias, mientras que espera que los Estados Unidos encargue estas apps a las grandes firmas. “Tecnológicamente no son triviales, pero no es como ir a la luna, desarrollarlas está al alcance de muchas empresas y de todos los gobiernos”, sostiene.
Martorell celebra la “generosidad” de la ciudadanía durante el confinamiento y considera que “es una incoherencia ser reticentes a ceder nuestros datos al Gobierno para resolver la crisis sanitaria”, cuando parte de la población cede datos a corporaciones privadas “prácticamente sin darse cuenta”. Según el director asociado del BSC, “los gobiernos podrían hacer muchas más cosas si tuvieran un mejor acceso a los datos personales en un momento como este, con garantías”, y subraya: “sin barra libre para el futuro”.
“Quizá acabaremos teniendo una especie de certificación sobre nuestro estado respecto la enfermedad que nos permitirá, por ejemplo, viajar”, plantea Martorell. Defiende que este sistema tendría que ser totalmente europeo. Según Martorell, la pandemia está demostrando “cómo de importante es la investigación y que Europa sea soberana”, hecho que “ha demostrado algo tan simple como la dificultad para conseguir mascarillas”.
El BSC tiene varios frentes abiertos en la lucha contra la pandemia. Sus equipos de investigación analizan las distintas cepas del virus y sus mutaciones de animales a humanos, con la colaboración del instituto de investigación contra el VIH IrsiCaixa y la multinacional Grífols, en la búsqueda de una vacuna. Uno de los proyectos más recientes es el análisis de una base de datos de radiografías torácicas, en un acuerdo con el hospital Clínic de Barcelona y el 12 de Octubre de Madrid, para crear un algoritmo de inteligencia artificial que ayude a detectar con más rapidez las infecciones por neumonía
A finales de año Barcelona recibirá un nuevo supercomputador que, con un coste de unos 200 millones, subvencionará la mitad la Comisión Europea. “Quizá habrá algún retraso por cuestiones logísticas pero la comisión está apretando para que estos impactos se minimicen”, explica Martorell. “Pocas veces se ha hecho tan evidente que la investigación es importante”, defiende preguntado por si el BSC teme la crisis económica fruto de la pandemia. Su director asociado augura que “la apuesta por la investigación aumentará para dotar a Europa de tecnología propia y medios propios de producción industrial”.