Las infraestructuras se atragantan en Almería
Ni el plan Andalucía 92 ni los Juegos del Mediterráneo repercutieron en el desarrollo económico de la ciudad
En 1992, el trayecto en ferrocarril de Almería a Sevilla se resumía en un único tren nocturno que tardaba 10 horas en llegar. Por carretera, era un viaje eterno a cualquier sitio porque no había rastro de autovía. Ese era el panorama de comunicaciones de Almería hace 30 años y, por esas cosas de la política, la Expo dejó en Almería un auditorio municipal, el Maestro Padilla, por otro lado, magnífico y muy útil para la ciudad.
Fernando Martínez López, entonces alcalde socialista de la ciudad, recuerda que “aquel año se ll...
En 1992, el trayecto en ferrocarril de Almería a Sevilla se resumía en un único tren nocturno que tardaba 10 horas en llegar. Por carretera, era un viaje eterno a cualquier sitio porque no había rastro de autovía. Ese era el panorama de comunicaciones de Almería hace 30 años y, por esas cosas de la política, la Expo dejó en Almería un auditorio municipal, el Maestro Padilla, por otro lado, magnífico y muy útil para la ciudad.
Fernando Martínez López, entonces alcalde socialista de la ciudad, recuerda que “aquel año se llevó a cabo la urbanización de la rambla de Almería, la mayor obra conocida en la ciudad en el siglo XX y vertebradora de la misma”. También, mientras duró la muestra sevillana, se estableció una conexión aérea directa con la capital hispalense, que se suprimió al terminar la Expo, aunque acabó consolidándose en 2009, cuando el Gobierno consideró la ruta una Obligación de Servicio Público.
Por lo demás, Almería vivió un 1992 muy similar al de otras provincias orientales: esperar y mirar. Y si los grandes acontecimientos son los que modernizan una ciudad, la alegría llegó a Almería en 1999, con su designación como sede de la XV edición de los Juegos del Mediterráneo. Para la Expo, los juegos no eran más que un pensamiento de la alcaldía de entonces.
Martínez, que rigió la ciudad entre 1991 y 1995 y bajo cuyo mandato se empezó a trabajar en el proyecto a principios de la década, declaraba a la prensa el día que se consiguieron, que los juegos serían “una oportunidad para que, desde Almería, sepamos exigir las infraestructuras que necesita esta ciudad”. José Carlos Tejada, de la Mesa por el Ferrocarril de Almería, tiene una opinión radical sobre la repercusión tanto de la Expo como de los Juegos del Mediterráneo en la ciudad: “Ninguna”.
Tejada asegura que “Almería ha perdido destinos y la plataforma ferroviaria hacia Guadix sigue como hace 125 años. Bueno, hace 40 quitaron una curva a su paso por Nacimiento, una estación que ya está cerrada”. La velocidad del tren en su tramo hasta Guadix es, de hecho, de 30 kilómetros por hora de media. “Nos han olvidado”, se lamenta, a la vez que recuerda que Almería es la provincia que más ha progresado económicamente en Andalucía: por la agricultura y todo lo que se mueve alrededor; por la piedra —en referencia a la empresa Cosentino— y por el turismo. Y pone un ejemplo: “Almería apuesta cada vez más por la agricultura ecológica, pero luego cada año salen hacia Europa 220.000 camiones, con una huella de carbono brutal. ¿Qué sentido tiene eso?”. Tejada considera casi una utopía el corredor mediterráneo ferroviario. Y concluye: “Ni siquiera tenemos unido el ferrocarril con el puerto y eso que están a una distancia de 500 metros. Y un convoy ferroviario equivale a aproximadamente 40 o 50 tráilers, lo que quitaría muchos camiones de en medio”.