Cerca de un centenar de gazatíes solicita desde Egipto su traslado a España para pedir asilo
El grupo, que incluye a familias enteras que huyeron de la guerra, malvive en un limbo en El Cairo desde hace meses y se acoge a un artículo de la ley española
Cerca de un centenar de palestinos que se encuentran en Egipto tras haber huido de Gaza por la guerra han presentado en los últimos meses a la embajada española en El Cairo peticiones de traslado a España para solicitar protección internacional desde el país. Los gazatíes, 84 en total, incluyend...
Cerca de un centenar de palestinos que se encuentran en Egipto tras haber huido de Gaza por la guerra han presentado en los últimos meses a la embajada española en El Cairo peticiones de traslado a España para solicitar protección internacional desde el país. Los gazatíes, 84 en total, incluyendo algunas familias completas, se hallan en una situación de serio desamparo legal en el país árabe, según defiende su equipo de abogados, y basan su petición en un artículo de la ley de asilo española que contempla este tipo de desplazamientos seguros.
Entre los solicitantes figuran algunas mujeres embarazadas, menores con enfermedades y sin escolarización y personas mayores con afecciones severas, según señala por correo a El PAÍS el grupo que los representa, LegalAid38. “Se encuentran en situación de grave vulnerabilidad en Egipto, donde es prácticamente imposible acceder a un permiso de residencia, [lo que] a su vez impide acceder a la educación, a la sanidad y a otros derechos básicos”, expresan desde el colectivo, que asegura que están estudiando 48 solicitudes adicionales.
Para evitar que alguien que huye de su país tenga que jugarse la vida para encontrar refugio en España, la ley de asilo de 2009 establece que los embajadores españoles podrán autorizar un traslado seguro a fin de que puedan realizar esta petición. La ley solo fija dos requisitos: que el solicitante no sea nacional del país donde está la embajada española y que su integridad física esté en peligro. En 2024, una sentencia del Tribunal Supremo aclaró que este peligro para la integridad física se refiere solamente a la situación en el país de origen y no de tránsito.
El equipo legal del grupo asegura que las primeras 10 solicitudes se realizaron hace más de tres meses y que no recibieron ninguna respuesta de la Administración una vez transcurrido el plazo contemplado para hacerlo. El colectivo afirma que pasado este lapso consideran las solicitudes denegadas por silencio administrativo negativo y estudian presentar un recurso contencioso-administrativo. EL PAÍS ha podido saber que en la segunda mitad de noviembre la Embajada española en El Cairo empezó a realizar entrevistas con algún solicitante.
Las solicitudes de los palestinos se empezaron a presentar después de que las peticiones de otros 26 gazatíes fueran todas aprobadas y se les permitiera viajar a España a principios de este año para poder pedir asilo. Desde LegalAid38 indican que han seguido “exactamente” los mismos pasos que el representante legal de aquel grupo. “[El actual] silencio absoluto deja a muchas familias en una situación de gravísima vulnerabilidad”, denuncian.
Tras permanecer durante meses en un limbo, la mayoría de familias de Gaza que a mediados de 2024 presentaron ante la embajada española en El Cairo una solicitud de traslado a España para poder pedir asilo vieron su petición aprobada y comenzaron a viajar a la Península el pasado abril. Contactado por EL PAÍS, el ministerio de Asuntos Exteriores español se limitó a afirmar, sobre este nuevo grupo de palestinos que reclaman viajar a España para formalizar aquí su petición de asilo, que “las solicitudes de traslado realizadas al amparo del artículo 38 en la Embajada en El Cairo se están tramitando o se tramitarán”.
Desamparo en Egipto
Aunque la situación en el país de tránsito no figura entre los criterios de aplicabilidad del artículo 38 de la ley de asilo española, muchos gazatíes que huyeron a Egipto en los primeros meses de guerra se encuentran en una situación muy vulnerable. La mayoría entró al país con un visado ordinario sin opción de renovarlo, por lo que permanecen sin residencia. Esto les impide trabajar, acceder a servicios básicos como la sanidad y educación, firmar un alquiler, abrir una cuenta bancaria o contratar una línea telefónica. Además, para abandonar Gaza la mayoría pagó elevadas sumas de dinero, lo que representó un gran esfuerzo económico.
Egipto no reconoce el mandato de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) a los ciudadanos palestinos, por lo que estos no pueden registrarse. Y la agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina, la UNRWA, no opera en Egipto. Las autoridades del país árabe han deportado asimismo en el pasado a cientos de ciudadanos sudaneses y eritreos a pesar del riesgo que corrían sus vidas en sus respectivos países de origen.
Una de las solicitantes, una joven de 27 años de Ciudad de Gaza que trabajaba en una empresa de telecomunicaciones y huyó de la Franja en febrero de 2024, recuerda: “Cada noche pensábamos que moriríamos”. La mujer lamenta que en Egipto “la vida es extremadamente difícil para cualquiera de Gaza sin estatus legal” y señala que “empezar de cero en un país donde no se puede ni trabajar ni tener residencia o seguro médico es imposible”.
Otro solicitante, un hombre de 38 años de Ciudad de Gaza que también trabajaba en el sector de las telecomunicaciones, explica que tomaron la decisión de huir a Egipto en abril de 2024 con su mujer y sus cinco hijos después de que un bombardeo israelí destruyera el edificio contiguo al que se encontraban y él tuviera que rescatar a un niño con una pierna amputada de los escombros. “Sueño con dar a mis hijos la vida que se merecen: con salud, seguridad y educación”, señala.
El equipo legal de los solicitantes de asilo asegura que en Egipto sus clientes afrontan unas condiciones de vida “extremadamente precarias” que afectan sobre todo a los más pequeños, que “llevan más de tres años sin escolarización ni posibilidad de socializar en entornos seguros”. También denuncian que la falta de acceso a la sanidad está generado “situaciones de riesgo vital para numerosas personas”, en particular entre quienes padecen enfermedades crónicas o graves.
“Todo ello supone una revictimización de personas que ya han sufrido violencias extremas, desplazamientos forzosos y pérdidas irreparables”, subrayan desde el equipo LegalAid38. “Tras haber sobrevivido a ataques indiscriminados, a la destrucción de hogares y la pérdida de familiares, ahora se ven nuevamente expuestas a un contexto de desprotección, exclusión y sufrimiento prolongado”, indica el grupo, que describe como una “urgencia humanitaria y jurídica” la situación y los casos de sus representados.
Algunos de los solicitantes de asilo con los que este periódico se ha puesto en contacto también expresaron su preocupación por las repercusión que pueda tener para sus peticiones el alto el fuego en Gaza alcanzado a mediados de octubre que Israel ha violado prácticamente a diario. Decenas de personas han muerto desde entonces en ataques israelíes mientras Hamás ha recuperado un cierto control.
“Gaza está en ruinas, incluso si la guerra se detiene, no hay dónde volver”, expresa otro de los solicitantes, un hombre de 38 años de Ciudad de Gaza que huyó de la Franja a finales de marzo de 2024. “Quedarse allí es peligroso por Israel y por Hamás”, insiste el gazatí, que explica que años antes de la guerra fue brevemente detenido e interrogado por el grupo palestino. “[Israel] nos ha desconectado de todo a lo que estábamos unidos; a mí no me queda nada”, añade, pero en Egipto “estamos en un limbo” y “merecemos la oportunidad de llevar una vida normal”, añade.
La solicitante de Ciudad de Gaza consultada por este periódico reconoce, además, que en Egipto su vida “está estancada” y que está “totalmente sola”. “Pasan semanas sin que hable con nadie ni salga de casa. Cuando vi la oportunidad de reconstruir mi vida en otro lugar la aproveché, porque no sé qué hacer. He pensado en acabar con mi vida más de una vez. No puedo seguir viviendo así”, concluye.