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Feijóo propone elevar el nivel de exigencia cultural y lingüístico para obtener la nacionalidad española

El líder del PP: “Nunca defenderemos una política migratoria que convierta barrios enteros de nuestro país en lugares irreconocibles de nuestro país”

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el acto donde ha presentado su plan de inmigración, este martes en Barcelona. Foto: Massimiliano Minocri | Vídeo: EPV

“Reivindico nuestro derecho a hablar de la inmigración en nuestros términos. Ni duros, ni blandos. Firmes y consistentes”. Alberto Núñez Feijóo ha presentado de esta forma en Barcelona el plan que el PP ha preparado para abordar el fenómeno de la inmigración, con el que pretende encontrar un discurso propio, entre el de la izquierda y el de la extrema derecha. El resultado es un programa que endurece la posición del PP acercándola a la de Vox, del que asume parte de su retórica. Los populares plantean más trabas a la llegada de extranjeros, a las regularizaciones y al acceso de los inmigrantes a las ayudas públicas y a la nacionalidad española. Y vincula todo a que tengan trabajo. Como novedad, el líder del PP ha propuesto hoy “elevar el nivel de exigencia cultural y lingüístico” para obtener la nacionalidad con el argumento de que esta “no se regala, se merece”.

En opinión de Feijóo, la nacionalidad solo debe concederse “a quienes demuestran su voluntad de integrarse”, ha defendido en su discurso en Barcelona para presentar el plan del PP sobre inmigración, en un acto al que el PP ha invitado a los sindicatos de policía, a representantes de los autónomos, a cónsules y a “nuevos españoles”, como les ha saludado Feijóo, esto es, a extranjeros con la nacionalidad española. “Ser español no es solo vivir en España, es compartir una historia, unos valores y un destino”, ha argumentado delante de todos ellos el líder del PP, que lleva semanas haciendo hincapié en la necesidad de que los inmigrantes se adecúen a los “valores” españoles, aunque el PP no termina de aterrizar cómo deben hacerlo.

La iniciativa novedosa del plan, que el PP ha ido haciendo público poco a poco, se refiere a los requisitos de acceso a la nacionalidad, que los populares quieren endurecer. “La nacionalidad española no se regala, se merece”, ha enfatizado Feijóo. En España ya se exigen una serie de requisitos legales y administrativos para obtener la nacionalidad española. Como regla general, se requiere haber residido 10 años en España, no tener antecedentes penales ni en España ni en el país de origen y demostrar que se está integrado en la sociedad española, algo que se acredita con un examen de conocimientos constitucionales y socioculturales de España y otro de español. El PP plantea elevar el nivel de exigencia lingüística hasta el B2 e implantar una prueba “reforzada de conocimiento institucional, legal, cultural e histórico, para garantizar el compromiso con nuestra democracia y valores comunes”, se lee en el documento del plan, de 11 páginas.

El líder del PP ha presentado sus medidas con un discurso que describe la situación de la inmigración en España como caótica, asumiendo parte de la retórica de Vox. “Nunca defenderemos una política migratoria que convierta barrios enteros de nuestro país en lugares irreconocibles de nuestro país”, ha defendido Feijóo entre aplausos, en una de las partes de su intervención que más entusiasmo ha cosechado.

El jefe de la oposición ha acusado al Gobierno de “haber perdido el control” del fenómeno migratorio. “Miles de seres humanos mueren cada día engañados por las mafias. Cientos de miles de personas viven irregularmente mientras cientos de puestos de trabajo están vacantes. No hay orden. La vía ilegal se ha convertido en el camino más corto”, ha descrito.

El PP plantea “una reforma profunda de la política migratoria que devuelva al sistema su legitimidad”, ha anunciado Feijóo, cuya filosofía es ligar tanto el acceso de los extranjeros a España, que puedan quedarse y que puedan acceder a prestaciones, a que tengan en todo momento trabajo. Quienes no lo tengan, tendrán que irse. “España necesita los beneficios asociados a la inmigración. Pero el descontrol no trae nada de eso. ¿Qué beneficio tiene la inmigración ilegal que no trabaja y no cotiza? ¿Y la que consume recursos de quien sí se esfuerza, trabaja y contribuye? (...) También es inhumano diseñar la política migratoria a costa de los recursos de los trabajadores que pagan impuestos", insiste Feijóo.

En esa tesis entronca una de las medidas que ha chirriado en el sector más moderado del PP, la de vincular la percepción del ingreso mínimo vital, la prestación que garantiza un nivel mínimo de ingresos para los más vulnerables, y que en más del 40% de los casos lo perciben hogares con niños, a la búsqueda activa de empleo de sus progenitores, si son extranjeros. “No tiene ningún sentido que medio millón de inmigrantes viva sin trabajar ni cotizar y sin intención de trabajar o de cotizar”, ha defendido el líder del PP. El ingreso mínimo vital exige ahora que los perceptores hayan residido en España de forma legal, efectiva y continuada durante al menos el año anterior.

El PP plantea también un visado por puntos para la entrada de los extranjeros en España, que valorará la formación, la experiencia, el idioma y la integración y que primará a los inmigrantes de origen latinoamericano. “La Hispanidad, entendida como espacio compartido de lengua, historia y valores, será un factor positivo en la evaluación del visado”, dice el documento del PP.

Los populares proclaman también “el fin de las regularizaciones generalizadas y sin control” y proponen para los extranjeros en situación irregular en España “un régimen transitorio, también evaluado por puntos, individualizado, riguroso y reservado a quienes acrediten trabajo, cotización o esfuerzo real de integración”. Feijóo ha hablado de un “visado temporal” para los migrantes que decaerá si no consiguen un empleo. “Finalizado el tiempo del visado temporal, si tiene trabajo, se queda. Y si no, se va”, ha proclamado. El PP votó a favor de la toma en consideración de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que plantea la regularización de medio millón de personas migrantes que residen en España, pero ahora se opone frontalmente a las regularizaciones masivas. Acceder a la residencia por arraigo también se dificultaría con el sistema del PP, de nuevo vinculándolo al empleo.

El plan del PP pone trabas, además, al derecho al asilo, con controles más estrictos a la reagrupación familiar, y facilita la expulsión de los extranjeros que delincan. La regla general será la expulsión ante condena por delitos especialmente graves (homicidio, asesinato, agresión sexual, terrorismo, trata o tráfico) o reincidencia dolosa en delitos menores. “A quienes vengan a alterar nuestra convivencia, les decimos: aquí no sois bienvenidos”, ha clamado Feijóo. Los populares quieren, además, que la inmigración sea gestionada por una única autoridad estatal, en lugar de que distintos ministerios tengan competencias en esta materia.

El PP decidió en el congreso del partido del pasado mes de julio endurecer su posición política sobre la inmigración, como están haciendo todas las derechas tradicionales en Europa a rebufo de las extremas derechas. Fuentes del PP argumentan que, en su caso, no están pensando en la competición con Vox ―pese a que los ultras les roban en torno a un millón de votos, según las encuestas− sino en “el votante descontento del PSOE”. Los populares señalan que en un reciente sondeo de Sociométrica, seis de cada diez votantes del PSOE plantean endurecer la política migratoria. “Conviene recordar”, concluyen fuentes del PP, “que quienes más padecen parte de los problemas que genera la inmigración irregular en España son votantes tradicionalmente adscritos a la izquierda ideológica”.

La propuesta del PP ha recibido críticas tanto del PSOE como de Vox. Los socialistas han cargado contra “la limpieza étnica que pretende el PP en los barrios”, ha cuestionado el portavoz parlamentario, Patxi López, y el “tufo xenófobo que rezuma”, ha criticado la ministra portavoz, Pilar Alegría, informa José Marcos. Mientras, la extrema derecha ha demostrado que siempre llega más lejos que el PP, y dobla la apuesta de Feijóo. Si el PP vincula la inmigración al trabajo, Vox también, pero incluyendo que los españoles tengan trabajo. La portavoz parlamentaria, Pepa Millán, ha defendido que “no puede entrar en España ni un inmigrante más mientras tengamos estas cifras de paro”.

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