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Las rutas terrestres de hachís se reactivan: 31 toneladas incautadas en dos meses

Las redes apuestan por introducir sus cargamentos desde Marruecos por los puertos españoles para cruzar el país en pocas horas

Las organizaciones criminales están volviendo a recurrir a los puertos para introducir hachís en camiones o furgonetas que después siguen su camino hasta el país de destino. En apenas dos meses, la Policía Nacional ha intervenido casi 31 toneladas de esta droga que entraron en España por esta método. Los investigadores creen que las dificultades para recurrir a la vía marítima, un método más costoso que implica la participación de lanchas rápidas y más personas implicadas, y el hecho de tener cargamentos acumulados en Marruecos, llevan a los narcotraficantes a retomar estos métodos como alternativa a otros.

El comisario Alberto Morales, jefe de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional ha puesto en contexto este martes la Operación Bucos, en la que este septiembre han intervenido más de 11 toneladas de hachís en dos actuaciones con apenas cuatro días de diferencia. “Aprovechan la temporada estival para hacer envíos masivos de esta mercancía”, ha explicado el mando en las dependencias policiales de Canillas, en Madrid, donde se ha exhibido el cargamento de fardos de hachís. A esta operación, se añaden las 15,3 toneladas intervenidas en Almería en julio, el mayor intervenido este 2025 y el quinto en el histórico de España. “Todo esto hace pensar que esta ruta se ha vuelto más activa”, ha subrayado el comisario.

Pocos melones, mucho hachís

La fina capa de melones que cubría el cargamento de hachís que fue interceptada en un camión frigorífico el 10 de septiembre en Málaga —llevaba 9.300 kilos de hachís entre muy pocas frutas— da muestra de la confianza que tenía la organización en que iba a tener éxito con el cargamento, que había llegado al Puerto de Algeciras procedente de Tánger. Unos días antes, el 5 de septiembre, se intervinieron, también en la Costa del Sol, 1.825 kilos de hachís escondidos en el doble fondo de muebles, como canapés, en una furgoneta.

Estas organizaciones pueden tardar entre 12 y 14 horas en sacar la droga del país. En sus trayectos hacen paradas para no levantar sospechas y también se cambia de vehículo o reparten la carga en turismos que recorren las autopistas a gran velocidad. En la Operación Bucos, el camión y la furgoneta con muebles iban precedidos por “vehículos lanzadera” que les servían para vigilar la mercancía y detectar cualquier presencia policial. “Trabajan todo tipo de sustancias, conocen los horarios, los parámetros, las frecuencias y se activan cuando tienen la certeza cuando saben que pueden cruzar el territorio”, ha detallado el comisario. En este caso, el destino de la droga era Francia, algo que les indica a los investigadores la presencia y participación de dos personas de nacionalidad francesa, también detenidas, y que aportaban “cierta garantía” para custodiar el hachís. “¿Qué suele ocurrir? Que harán una parada intermedia y parte de esa droga sea la forma de pago de la organización en España, algo que supone un tráfico a nivel nacional", ha incidido el jefe de Estupefacientes.

El precio del último cargamento intervenido superaría los 19 millones euros en el mercado. Entre los diez detenidos que han ingresado en prisión provisional, los investigadores destacan la presencia de cuatro españoles y dos franceses con numerosos antecedentes.

En sus tretas, los narcotraficantes suelen contar con apoyo con gente en los puertos, que les dan garantías de que la droga pasará los controles, pero en este caso, no funcionaron. El comisario ha destacado la colaboración “activa” y “tan estrecha” de la Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN). La investigación se inició en julio gracias al intercambio de información con las autoridades marroquíes.

El responsable policial ha reconocido que el hecho de que las redes criminales recurran cada vez más a las narcolanchas para traficar con cocaína, un tipo de droga que deja más margen de ganancias por cada operación, puede ser uno de los elementos para la reactivación de la vía terrestre para introducir los cargamentos de hachís. Con todo, ha incidido en que les resulta “más fácil” introducir el hachís en un camión para cruzar la frontera que recurrir a la vía marítima, ya que en esta entran en juego muchos elementos, como los traslados a las playas, uso de lanchas rápidas, desplazamientos por la Península, presencia de autoridades en el agua u ojeadores. “Hay muchos motivos por los que es más rentable”, ha valorado, además de incidir en que hay “almacenamiento de sobra” para estas operaciones.

El último balance anual de incautaciones en España, correspondiente a 2023,recoge una subida de las aprehensiones de resina de hachís hasta 35,7 toneladas, un 12% más que el año anterior, según datos del Ministerio del Interior.

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