El PP perfila un plan sobre inmigración que restringirá las regularizaciones
Génova, en competición con Vox, abre el debate sobre prohibir el niqab y el burka en espacios públicos
El PP de Alberto Núñez Feijóo se ha puesto manos a la obra para armar una propuesta política detallada sobre la inmigración, un tema que ha definido como prioritario. Tras meses de análisis y reuniones con expertos, Génova perfila un plan que será discutido con los presidentes autonómicos del PP el próximo fin de semana en Murci...
El PP de Alberto Núñez Feijóo se ha puesto manos a la obra para armar una propuesta política detallada sobre la inmigración, un tema que ha definido como prioritario. Tras meses de análisis y reuniones con expertos, Génova perfila un plan que será discutido con los presidentes autonómicos del PP el próximo fin de semana en Murcia, en una reunión de trabajo que se celebra precisamente en una comunidad autónoma marcada este pasado verano por episodios de persecución a inmigrantes, en los municipios de Torre Pacheco y Jumilla. Los populares ultiman un programa que endurece su posición para competir con Vox y que restringirá las regularizaciones, al vincular la residencia legal al trabajo y al conocimiento del español y de la cultura española. En línea con lo aprobado en su congreso de julio pasado, el PP abrirá también el debate sobre prohibir el niqab (el velo que solo deja los ojos descubiertos) y el burka en espacios públicos, mientras la extrema derecha presiona a sus Gobiernos para que vayan más lejos y veten el hiyab o velo islámico, una línea roja de momento para el PP.
La vicesecretaria de Coordinación sectorial, Alma Ezcurra, y el coordinador de inmigración en Génova, Rafael Núñez Huesca, pilotan desde hace meses los trabajos. El texto, que tienen ya casi ultimado, se ha nutrido de las aportaciones de reuniones con expertos. Para elaborarlo han estudiado también las medidas que ha adoptado Francia durante el mandato del exministro del Interior Bruno Retailleau, candidato de Los Republicanos, la formación francesa aliada del PP. Retailleau fue el impulsor de una polémica ley de inmigración que fue anulada en parte por el Constitucional francés, ya que consideró algunas de sus medidas contrarias a la ley fundamental.
El PP de Feijóo, como la mayoría de derechas tradicionales europeas, se mueve hacia la mano dura con los inmigrantes a rebufo de los partidos de extrema derecha. Los populares sostienen que lo hacen en línea con la Comisión Europea y la mayoría de Gobiernos europeos, y que es el Ejecutivo de Pedro Sánchez el que va a contracorriente.
La elección de Núñez Huesca como coordinador de esta materia en el pasado congreso del PP de julio fue una declaración de intenciones del líder del PP, porque el portavoz adjunto del PP de Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid procede de la extrema derecha, hasta el punto de que fue el creador de la marca Vox. Núñez Huesca ha pilotado las reuniones con expertos.
El plan que prepara el PP restringirá las regularizaciones de inmigrantes, pondrá trabas a su acceso a ayudas públicas y facilitará las expulsiones de los que delincan con un endurecimiento del Código Penal. Los populares han abierto también el debate sobre prohibir en espacios públicos el niqab y el burka, no así el hiyab; aunque dejan en el aire incluir esta medida en su programa.
El plan del PP pondrá coto a las regularizaciones, pese a que los populares votaron en abril de 2024 a favor de la toma en consideración de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que promueve una regularización masiva de medio millón de migrantes. La vicesecretaria de Coordinación sectorial del PP argumentó ayer que el PP apoyó la ILP “por el enorme respaldo que traía”, ya que es la ILP “con más apoyo de la democracia”, pero alegó que el PP ya planteó entonces una serie de enmiendas que no fueron admitidas y que va a seguir defendiendo. La iniciativa lleva el respaldo de Cáritas, y la Iglesia católica presionó para que saliera adelante.
El PP se opone, en realidad, a una regularización masiva. En las enmiendas, los populares hablan, en cambio, de regularizaciones “individualizadas” y definen criterios estrictos para concederlas, al establecer que el arraigo y la reagrupación familiar tengan carácter excepcional. “El PP está de acuerdo con el arraigo, pero con condiciones. No somos favorables a las regularizaciones sin control. Para continuar en España la primera condición que es cumplir la ley. Y la segunda es contribuir para permanecer”, sostuvo ayer Ezcurra.
“Contribuir para permanecer” es el eslogan elegido por el PP para exigir a los inmigrantes que estén trabajando para seguir viviendo en España. El PP condicionará la residencia de larga duración a la contribución efectiva al sistema de Seguridad Social, así como al conocimiento del idioma y de la cultura española. Los populares advierten a todos los extranjeros que se acojan a esta regularización individualizada que “tendrán que asumir, de manera expresa, los valores y deberes de la sociedad española y europea”.
El plan del PP abogará además por eliminar la relación entre el empadronamiento y el acceso de los inmigrantes en situación irregular a las prestaciones económicas no contributivas, “porque la irregularidad no puede generar derechos” y apostará por expulsar de inmediato a aquellos que cometen delitos, especialmente los reincidentes, y “a los que no se quieren integrar”, según definió la ponencia política aprobada en el congreso de julio, aunque no explica cómo se comprueba que no quieran integrarse.
Los símbolos islámicos
El PP camina también en la dirección marcada por Vox contra el velo islámico, aunque los populares dejan fuera al hiyab, que la extrema derecha sí quiere prohibir, y se centran en el rechazo al burka o el niqab. Estas dos últimas prendas islámicas “suponen una negación simbólica y práctica de la libertad de la mujer y colisionan con principios superiores como la seguridad”, dice el PP en su ponencia política, que concluye que “ninguna tradición ni creencia puede justificar prácticas que invisibilizan u oprimen a la mujer”. Génova no desvela si dará el paso de proponer su prohibición en espacios públicos.
Aunque el PP de Feijóo se acerca a Vox en las propuestas sobre inmigración, Génova defiende que no comparte algunas medidas “xenófobas” del partido de Santiago Abascal y que su posición está “en un punto intermedio entre la de Vox y la del Gobierno de Sánchez”. “Nosotros no queremos hundir el Open Arms”, ejemplifican en el puesto de mando popular.
Feijóo lleva más de un año endureciendo su discurso sobre la inmigración, que vinculó a la inseguridad por primera vez en las elecciones catalanas de 2024. “Pido el voto a los que no admiten que la inmigración ilegal ocupe nuestros domicilios”, dijo en aquella campaña. Desde entonces, Génova ha ido apretando el pistón hasta el pasado martes, cuando el PP votó a favor de una proposición de ley de Vox para restringir la regularización de inmigrantes ilegales a través del arraigo y aumentar las expulsiones.
Diez días más tarde, el próximo fin de semana, Feijóo concentrará a sus barones en Murcia, donde su presidente, Fernando López Miras, ha cedido a la eliminación del programa de árabe en los colegios por exigencia de Vox.
Además, en el municipio murciano de Jumilla, el Ayuntamiento, gobernado por el PP, aprobó este verano una norma para vetar celebraciones islámicas en sus instalaciones deportivas como respuesta a una moción presentada por la formación de Santiago Abascal, en plena tramitación de los Presupuestos municipales. La dirección del PP decidió avalar la medida, en lugar de desautorizar a la corporación local, asumiéndola como propia. Sobre el rezo islámico en espacios públicos, Génova afirma que respeta la libertad religiosa, ya que España es un Estado no confesional, pero no laico, siempre que esta actividad cumpla algunas condiciones, como la seguridad, aunque no desvela si definirá alguna medida para regularlo.