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España, dispuesta a aportar dos cazas y un avión cisterna a la defensa de la OTAN contra los drones rusos

El Estado Mayor estudia trasladar a Polonia parte de los Eurofighter destacados en Lituania

España está dispuesta a contribuir con dos cazas y un avión de reabastecimiento en vuelo a la Operación Centinela Oriental, anunciada por la Alianza Atlántica después de que ...

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España está dispuesta a contribuir con dos cazas y un avión de reabastecimiento en vuelo a la Operación Centinela Oriental, anunciada por la Alianza Atlántica después de que al menos 19 drones rusos penetraran la semana pasada en Polonia, en lo que constituye la mayor violación de las fronteras de la OTAN desde el inicio de la guerra de Ucrania en 2022. El presidente Pedro Sánchez anticipó el pasado día 12, a través de las redes sociales, que “España participará con medios aéreos en el nuevo dispositivo de seguridad que la OTAN desplegará en el flanco Este de Europa”; pero sin precisar cuál será su contribución.

Fuentes gubernamentales señalan que esta podría concretarse en dos cazas y un avión cisterna, aunque añaden que se está a la espera de que concluyan las conversaciones en curso con el Mando Supremo de la OTAN para Europa, que dirige el general estadounidense Alexus Grynkewich, para cerrar los la contribución. Los países aliados han remitido al cuartel general de Mons (Bélgica) sus aportaciones y se espera que a lo largo de esta semana el Estado Mayor aliado comunique qué capacidades tiene ya cubiertas y cuáles le faltan para cumplir la misión.

Por razones de rapidez, se baraja la posibilidad de que se incorporen a la nueva operación dos de los ocho Eurofighter españoles desplegados actualmente en Lituania. Los cazas del Ala 11 del Ejército del Aire y del Espacio, procedentes de Morón de la Frontera (Sevilla), empezaron a operar en la base de Šiauliai, al norte de la república báltica, a finales de julio y está previsto que permanezcan allí hasta finales de noviembre, en misión de policía aérea. En los últimos tiempos su actividad ha sufrido un fuerte incremento, al aumentar el número de tráficos no identificados —habitualmente aviones rusos sin plan de vuelo— por los cielos bálticos, pasando de tres alertas en todo el mes de agosto a siete entre el 9 y el 13 de septiembre —incluidos aviones Il-76, Il-20, Tu-154 y drones—, según ha informado el Estado Mayor de la Defensa.

No obstante, para la misión de policía aérea solo se necesitan dos aviones, con otros en reserva para caso de avería, mientras que el resto se dedica a realizar ejercicios de adiestramiento e integración con fuerzas de la OTAN, por lo que hay margen para que dos de ellos se desplacen a Polonia. El denominado destacamento Vilkas cuenta también con 200 militares y un avión de reabastecimiento de vuelo A400M del Ala 31, con base en Zaragoza.

Otros países aliados, como Francia, con tres cazas Rafale; Alemania, con cuatro Eurofighter; Dinamarca, con una fragata antiaérea y dos F-16; y el Reino Unido, con cazas Typhoon, han anunciado que participarán en la Operación Centinela Oriental. La Fuerza Aérea será solo uno de sus componentes, ya que los aviones de combate solo se emplearían si las aeronaves intrusas no pudieran ser neutralizados por los sistemas antidrón y la artillería. Será un dispositivo “flexible y ágil”, en palabras del general Grynkewich.

Aunque no se tiene la seguridad de que la entrada de 19 drones en el espacio aéreo polaco en la noche del 9 al 10 de septiembre fuese intencionada, los expertos militares dudan de que una irrupción tan masiva pueda ser accidental, como sugirió el presidente estadounidense Donald Trump y rechazaron las autoridades polacas. En cualquier caso, agregan las fuentes consultadas, incluso si la entrada fue fortuita, una vez que se produjo, las autoridades rusas tomaron buena nota de la reacción de la OTAN. No responder a una violación del espacio aéreo de Polonia, concluyen, daría pie a que Moscú pensase que puede utilizarlo impunemente, si no para agredir a la OTAN, sí para atacar a Ucrania por la espalda, sorprendiendo a las defensas ucranias con ataques procedentes de un país aliado. También cabe la posibilidad, sostienen las mismas fuentes, de que Putin busque un efecto psicológico: atemorizar a la opinión pública de los países de la OTAN con la posibilidad de que la guerra se extienda a su territorio para debilitar su apoyo a Kiev. Eso explica que la OTAN haya buscado una reacción contundente, tanto desde el punto de vista militar como político: al menos tres drones rusos fueron derribados por F-16 polacos y F-35 neerlandeses y Polonia recibió la solidaridad de los aliados. En todo caso, la amenaza continúa: un avión ruso no tripulado invadió el sábado el espacio aéreo de Rumania y el aeropuerto polaco de Lublin se cerró por segunda vez en la misma semana por alerta de drones.

En España, el anuncio de que el país se sumará a la operación de la OTAN ha provocado las críticas de Podemos, cuyo portavoz, Pablo Fernández, ha asegurado que el Gobierno es “cada vez más militarista y otanista”. Por su parte, la secretaria de Regeneración Institucional del PP, Cuca Gamarra, ha reclamado al presidente Sánchez que comparezca en el Congreso para informar del papel que jugará España. No se sabe cuánto durará la misión —la de Lituania se prolonga cuatro meses— pero Sánchez ha dicho que los cazas españoles estarán “todo el tiempo que haga falta”.

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