El último ingenio del narco: cocaína oculta entre pieles de bovino
Cae un grupo que ocultaba y distribuía alijos que llegaban en contenedores a Portugal procedentes de Latinoamérica
Tras un año de seguimientos policiales, un operativo conjunto de la Guardia Civil y las policías española y portuguesa ha desarticulado esta semana una de las mayores bandas de distribuidores de cocaína que operaba en la Península. La investigación, que ha tenido como epicentro las Rías Baixas, se ha saldado con 19 detenidos de los cuales nueve ya están en prisión. El grupo había movido en los últimos meses al menos 2.332 kilos de cocaína, que ha sido intervenida. Procedente de Latinoamérica, la droga era transportada en contenedores a diversos puertos de Portugal con un camuflaje novedoso para los investigadores, ya que los fardos estaban envueltos en pieles de bovino como mercancía legal. La policía interceptó dos envíos, uno de 600 kilos en junio y otro de 1.500 kilos en agosto, ambos en Portugal.
Las investigaciones se han llevado a cabo por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) y del Equipo contra el Crimen Organizado de Galicia (ECO) de la Guardia Civil en colaboración con el Departamento de Investigación Criminal de la Policía Judiciaria de Leiría (Portugal). La dimensión del grupo ha quedado patente con el despliegue que ha precisado el desarrollo de esta operación policial en la que se han practicado hasta 32 registros en naves y domicilios. Bajo la coordinación de Europol, se ha contado con la colaboración de policía de la agencia antidroga norteamericana (DEA), italiana y de la República Dominicana. Todos ellos en calidad de observadores autorizados por la jueza instructora de Cambados (Pontevedra) a petición de la Fiscalía Antidroga de esta provincia.
Con esta operación llamada Olimpia se ha logrado desarticular una organización criminal que operaba en las provincias de Pontevedra, Madrid, Barcelona, Ourense y Guadalajara, responsable de la introducción en la península Ibérica de la droga que llegaba por vía marítima a Portugal. En las Rías Baixas, la organización contaba con un grupo de narcos que se encargaba de recoger los alijos en el país vecino y ocultarlos hasta que los distribuidores lo recogían.
La operación se ha desarrollado en varias fases, la última este pasado miércoles con detenciones en las provincias de Pontevedra, Ourense, Madrid Barcelona, Guadalajara, Zamora y Portugal. Los arrestados son de nacionalidades colombiana, portuguesa, dominicana y española y se han intervenido 150.000 euros en efectivo.
También se han incautado inhibidores de frecuencia para detectar medios técnicos de la policía, además de teléfonos satelitales, básculas de precisión, un arma corta simulada, una plantación de marihuana, dos vehículos de alta gama, 17 móviles encriptados y diversa documentación relacionada con la organización.
La investigación arrancó en septiembre de 2024 por parte de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil con el seguimiento del grupo que lideraba la comercialización de cocaína en la provincia de Pontevedra y que se desplazaba frecuentemente a Portugal. Los investigadores pudieron corroborar que la droga que pretendían distribuir en España era trasladada por carretera, utilizando sistemas de ocultación instalados clandestinamente en los vehículos.
En la comarca del Salnés (Pontevedra), la organización disponía de un importante número de inmuebles utilizados como “guarderías”, donde ocultaban la droga hasta su distribución a diferentes puntos de la geografía española. Esta frenética actividad delictiva les permitía financiar operativas cada vez de mayor envergadura.
Varios de los investigados llevaban realizando esta actividad delictiva de manera sistemática durante al menos los últimos cuatro años. Dada su dilatada experiencia delictiva y las minuciosas medidas de seguridad adoptadas habían conseguido burlar la vigilancia policial.
La jueza acordó medidas de investigación tecnológica, entre ellas la aprehensión de ordenadores y de instrumentos de comunicación telefónica y telemática. Posteriormente, ordenó el acceso y visionado urgente de los teléfonos incautados y su tráfico de llamadas.