La policía detiene a uno de los dos presos que se fugaron de la cárcel de Picassent con una soga de sábanas

Los agentes han arrestado a Sergio Cabello en Burjassot tras alertar los vecinos al 091 de que un hombre golpeaba las puertas de sus casas para entrar

Sergio Cabello Domínguez y David Montejano García, presos huidos de Picassent en diciembre.

Sergio Cabello, uno de los dos presos fugados en la noche del pasado 22 diciembre de la cárcel de Picassent (Valencia) con la ayuda de una soga hecha con sábanas volverá pronto a prisión. El evadido ha sido detenido esta madrugada en la localidad valenciana de Burjassot (46.500 habitantes) después de que los vecinos de un inmueble alertaran a través del teléfono 091 a la Policía Nacional sobre la presencia de un hombre desconocido que golpeaba las puertas de sus domicilios y gritaba que era policía para que le dejaran entrar, según ha adelantado el diario ...

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Sergio Cabello, uno de los dos presos fugados en la noche del pasado 22 diciembre de la cárcel de Picassent (Valencia) con la ayuda de una soga hecha con sábanas volverá pronto a prisión. El evadido ha sido detenido esta madrugada en la localidad valenciana de Burjassot (46.500 habitantes) después de que los vecinos de un inmueble alertaran a través del teléfono 091 a la Policía Nacional sobre la presencia de un hombre desconocido que golpeaba las puertas de sus domicilios y gritaba que era policía para que le dejaran entrar, según ha adelantado el diario Las Provincias y ha confirmado EL PAÍS en fuentes policiales.

Cabello se evadió de prisión junto a David Montejano, ambos de nacionalidad española y encarcelados por delitos de robo con violencia e intimidación, tras aprovechar el alboroto que se produce habitualmente en los recintos penitenciarios cuando los internos siguen desde sus celdas por la radio un partido de fútbol destacado, como el que disputaban en aquel día el FC Barcelona y el Atlético de Madrid, para que el ruido que produjeron no les delatara.

Según ha detallado la Policía en una nota, el ahora detenido entró pasada la medianoche en un edificio y comenzó a llamar violentamente a las puertas asegurando que era policía. Gracias a ello, logró colarse en algunas. Al lugar se desplazó una patrulla policial, ante lo que el fugitivo intentó esconderse bajo la cama de la hija de uno de los propietarios. Finalmente, los agentes pudieron reducirlo. Tras consultar las bases de datos, los agentes descubrieron que el detenido tenía activas seis reclamaciones judiciales, una de ellas para su ingreso inmediato en prisión, y también que se trataba de uno de los dos reclusos fugados de Picassent. Tras el arresto, el arrestado fue trasladado a un centro hospitalario para recibir asistencia médica. Está a la espera de pasar a disposición de la autoridad judicial como presunto autor de un delito de allanamiento de morada.

21 12 2024. Dos presos se fugan de la cárcel de Picassent

La fuga que el ahora detenido incluyó elementos cinematográficos, según reflejó una fotografía que se difundió poco después de su evasión. En esa imagen se veía una ventana de la prisión con los barrotes forzados de la que desciende una larga soga fabricada trenzando sábanas y bolsas de basura. Según la primera reconstrucción de la huida, los dos internos consiguieron abandonar las celdas contiguas que ocupaban entre las 21.00 horas, cuando se realizó un recuento en el que ambos aún estaban en su celda, y las 23.00, horas de la primera ronda nocturna de seguridad.

Tras forzar los barrotes de una ventana haciendo palanca con una barra posiblemente robada del gimnasio del centro, se descolgaron hacia el patio con la soga de fabricación artesanal de la imagen, según confirma fuentes penitenciarias. Estas mismas fuentes destacan que la existencia de esta cuerda artesanal revela una preparación previa, ya que los reclusos tuvieron que distraer sin ser descubiertos tanto sábanas como bolsas de basura para poder trenzarla. Una vez en el patio, ambos acudieron al portón por el que entran las mercancías en el centro penitenciario y, tras forzarlo, abandonaron el recinto. Su salida no fue detectada por los efectivos de la Guardia Civil que custodian el recinto ni por los sistemas pasivos de seguridad. Instituciones Penitenciarias abrió una información previa [investigación interna] para averiguar lo ocurrido y, para ello, desplazó a un equipo desde la Secretaría General desde Madrid. Hasta el momento, el otro preso fugado, David Montejano, continúa sin localizar.

Esta doble fuga elevó a 24 el número de evadidos en las cárceles españolas desde 2003, según la estadística oficial de Instituciones Penitenciarias. Esta cifra de fugados representa una mínima parte de los quebrantamientos de condena registrados estos dos últimos decenios ―más de 10.000, según una estimación de este diario a partir de varias respuestas parlamentarias del Gobierno―. Tres cuartas partes de esta cifra las protagonizaron reclusos que aprovecharon el disfrute de un permiso para no regresar a prisión. Otra parte se produjo durante salidas de los reclusos para acudir a los juzgados, cuando están ingresados en centros hospitalarios o al realizar una actividad cultural fuera de la cárcel. La población reclusa en España era a finales de diciembre de 59.226 personas, aunque al año pasan por ellas en algún momento cerca de 80.000, según detallan fuentes penitenciarias.

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