El PP asume el riesgo de tumbar las pensiones a cambio de evidenciar la debilidad del Gobierno
Feijóo hace equilibrios con una propuesta paralela para revalorizar las prestaciones por jubilación para tratar de contener el desgaste con los pensionistas
“Supongo que nos abstendremos, pero no tengo ni idea porque no nos han dicho nada”, confesaba un diputado del PP al comienzo del pleno que debatía ayer la convalidación del decreto ómnibus. La cúpula del PP manejó con celo la información y ni siquiera reveló a sus diputados en la reunión del grupo parlamentario qué iban a votar sobre la revalorización de las pensiones ...
“Supongo que nos abstendremos, pero no tengo ni idea porque no nos han dicho nada”, confesaba un diputado del PP al comienzo del pleno que debatía ayer la convalidación del decreto ómnibus. La cúpula del PP manejó con celo la información y ni siquiera reveló a sus diputados en la reunión del grupo parlamentario qué iban a votar sobre la revalorización de las pensiones de 12 millones de jubilados, la prórroga de las bonificaciones al transporte público y algunas ayudas a los afectados por la dana o el volcán de La Palma. El vicesecretario de Economía, Juan Bravo, mantuvo la incógnita en su intervención desde la tribuna y dejó en el aire la posibilidad de una abstención. Aunque fuentes de la dirección popular sostienen que la idea desde el principio era votar en contra, la realidad es que el PP solo hizo público su voto negativo hasta después de que lo hiciera Junts, porque el escenario cambiaba si el voto del PP era decisivo ―como al final fue― a si no lo era. El PP calibró mucho su decisión y terminó priorizando la estrategia de visibilizar la debilidad del Gobierno, que sufre una nueva derrota parlamentaria, a costa de asumir el riesgo de desgaste entre los pensionistas por haber impedido con su voto que sus prestaciones se revaloricen. Dirigentes del núcleo duro de Alberto Núñez Feijóo y diputados cerraron filas después con el arriesgado movimiento, pero no sin incomodidad y tratando de hacer equilibrios.
“Somos la oposición, no estamos llamados a convalidar los decretos del Gobierno”, argumentan en Génova para justificar el voto negativo del PP al decreto ómnibus. “El PP no va a enmendar la tragedia parlamentaria de Sánchez”, inciden en el equipo del líder de la oposición, cuya estrategia pasa por retratar el supuesto caos de un Gobierno que no puede gobernar. Tras la votación, Feijóo evidenció esa táctica en varios mensajes en sus redes sociales. “Esta legislatura es ingobernable”, dijo el líder del PP, que subrayó que “sin la confianza de la cámara ni de la calle, el Gobierno ya solo puede aportar decadencia e inoperancia”. “Si no pueden gobernar, el colmo es que responsabilicen a la oposición. Sin capacidad para sacar Presupuestos, reales decretos o leyes, y con más corrupción cada día, es inasumible seguir”. Y remató, citando a Pedro Sánchez: “Somos la cuarta nación de la UE. Si no gobierna, apártese”.
Ante el tira y afloja de Junts con el Gobierno, el PP ha decidido guiar su estrategia sobre la máxima de no salvar al Ejecutivo en las votaciones en las que los independentistas catalanes se descuelguen. “La frase que Feijóo le dijo a Sánchez en su investidura está en el frontispicio: cuando le fallen sus socios, no me busque”, relata un dirigente de la cúpula popular al tanto del plan. El PP quiere insistir con el mensaje de que esta es una legislatura ingobernable, pero miembros de la dirección reconocen que el Gobierno puede aguantar a pesar de ello hasta dos años más.
Sin embargo, pese a esa estrategia el PP sí salvó el envite al Gobierno el mismo día con el decreto que recoge el acuerdo alcanzado el pasado verano entre patronal y sindicatos para retocar el sistema de pensiones, entre otras cosas, a fin de facilitar que voluntariamente se pueda continuar la actividad tras haber rebasado la edad de jubilación. El sí del PP a ese otro decreto también pesó en la decisión de la cúpula para tumbar el ómnibus. “No se puede decir que somos un partido del no a todo, porque sí salvamos uno de los tres decretos”, justifican en Génova, dejando entrever, de nuevo, todos los equilibrios de Feijóo. El líder del PP tiene también la presión de Vox, que había anunciado de antemano su voto en contra y había instado a los populares a no ejercer de salvavidas del Gobierno.
El PP tumbó la norma con el argumento oficial de que contenía una “trampa”, la cesión al PNV de la sede del Instituto Cervantes en París, una vieja reclamación de los nacionalistas que el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, había calificado de “miserable”. El vicesecretario de Economía del PP puso el acento en otras cuestiones en su intervención en la tribuna y criticó que la norma era un “proyecto de recortes y de chantaje”.
La dirección popular ideó como fórmula para tratar de evitar el desgaste con los pensionistas el registro de una proposición de ley para revalorizar las pensiones. El problema es que su tramitación se demoraría semanas y, según el Gobierno, no impedirá que los jubilados reciban una prestación más baja el próximo mes de febrero. La fórmula contentó a los dirigentes del ala más moderada del PP, que justifican la decisión de la cúpula de tumbar el decreto en que la responsabilidad es de Sánchez y en que esa proposición de ley sirve para “salvar” el problema de la revalorización de las pensiones. “No se nos puede culpar de que ellos no puedan gobernar”, reflexiona un miembro de este sector. Pese al cierre de filas, el movimiento desconcertó a algunos en las filas populares, que habían apostado por la tesis de que iban a abstenerse.